sábado, 24 de diciembre de 2016

Una noche y algo mas...




Cuando estas feliz disfrutas la música; cuando estas triste entiendes la letra. 
Anónimo

Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, saca la bota María que me voy a emborrachar” . Esta letra de ese conocido villancico estaría ahora muy mal vista, por lo de emborracharse, pero la tradición es así, y mira que eran malos los guionistas y letristas de los villancicos.
Pero nada más lejos mi intención que hacer de aguafiestas precisamente esta noche, tan especial para tantos. Aunque imagino que nadie se escandalizará si les recuerdo que Jesús no nació exactamente hoy. Esta noche y el resto de la navidad, incluido fin de año, simplemente seguimos la tradición pagana que se remonta a los tiempos de los romanos. La iglesia cristiana continuó con las mismas costumbres y así aprovechar las fiestas para inculcar a la gente la nueva fe. ¡A ver quien es el guapo que le quita al personal unas fiestas, sean estas paganas o cristianas!.
La no coincidencia del día de nacimiento de Jesucristo con estas fechas es lo mismo que el error del año de su alumbramiento. Aunque éste último se deba a la torpeza de un mal cálculo del asceta Dionisio “el Exiguo”. Éste fraile de curioso apelativo se equivocó al evaluar el año de nacimiento, porque erró al echar cuentas con la fundación de Roma, que era entonces la fecha de referencia; contó tres años menos.
La tercera semana de diciembre han celebrado siempre el solsticio de invierno casi todas las civilizaciones habidas y por haber, (es decir el día más corto y la noche más larga del año)  Y los evangelios se empeñaron, también, en hacer coincidir el nacimiento de Cristo con estos días precisamente, de tal forma que así no cambiaba apenas nada tan solo el objeto de veneración… De, el Sol Invictus de los romanos al Jesucristo de los cristianos. Y mientras tanto la gente seguía divirtiéndose.
Aun a pesar de que fecha, razón y sentido común se obstinen en llevar la contraria a la Navidad cristiana, qué duda cabe que la buena intención es lo verdadero al fin y al cabo, pues los sentimientos y deseos de paz y bondad que se perciben en estas fechas es lo que cuenta.
Estamos seguros todos que nada ocurrió tal y como nos lo cuenta la tradición. Y que hacemos oídos sordos a la machacona realidad y seguimos a lo nuestro, pero si hacemos el esfuerzo de aceptarlo como simples o extraordinarias metáforas y esto nos sirve para mejor comportarnos aunque solo sea una vez al año, démoslo por sucedido.
Si la excusa de la Navidad nos ayuda, insisto, además de los buenos deseos en Internet, a recapacitar y valorar realmente lo poco o mucho que poseemos todo el año, en cuanto a amistad, paz, o bienestar, sobre todo si hacemos la comparación con los que no tienen (que suelen ser casi todo el resto del mundo) bienvenida sea.
Y si pensamos fríamente lo que conlleva estas fechas (aún soportando las pantagruélicas cenas con los cuñaos) en cuando a deseos, afanes de concordia y buenas intenciones, llegaremos a la conclusión de que merece la pena celebrarlas, ya tenemos el resto del año para hacernos la guerra.
El cristianismo ha evolucionado tanto que, pudiera haber llegado a ser inocuo, insípido, adulterado o inverosímil, es cierto, pero nunca dañino ni perjudicial, ni nocivo, pues todo lo que divulga y propaga ahora es armonía, fraternidad y paz entre los hombres, que no es poco con la que está cayendo en otros lares.
Feliz Noche a todos.
Joaquín Yerga  








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