No pongas tus sucias manos...
Es
tan ligera la lengua como el pensamiento, que si son malas las
preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua.
D.Quijote
La
que a continuación van a tener el placer de conocer es una
inquietante historia de supervivencia, una historia ya sabida por todos pero contada al revés. Se trata, nada menos, que de las
andanzas de tres molinos de viento. Sí, tres molinos de los de
siempre, robustos, manchegos, que señoreaban sus esplendidas figuras
en la cima de la más alta colina de un lugar de La Mancha de cuyo
nombre ahora no puedo acordarme.
Discurría
apacible el tiempo, como siempre, cuando un amenazador rumor, tal vez
movido por el viento, llegó hasta ellos. Y se pusieron en guardia…
Uno de ellos, el más formidable del clan se alza con valentía a
liderar las decisiones a tomar.
--¡Oídme
compañeros! debéis conocer sin tapujos y de manera fehaciente la
truculenta historia que cuenta nuestro querido patrón
y dueño, el Molinero, al que el altísimo guarde muchos
años… ¡Dios me
libre pretender perturbar vuestros lánguidos y
gozosos flirteos con el tiempo, mientras os dejáis mecer
plácidamente por el cálido y suave viento, pero he de haceros saber
lo que corre de boca en boca por los excitados mentideros de la
villa!
--Y
continúa...
--Comentan
en el pueblo, y es un no parar, que un loco acomodado cabalga
por la comarca acompañado de un servil escudero arremetiendo
sin compasión contra todo molino de viento que se interponga en
su tortuoso camino. Por eso, y perdonad si de manera insensata os
amedrento, debéis escuchar... Confunde el orate nuestras recias
y legendarias figuras manchegas con peligrosos adversarios a batir.
Ante semejante osadía y temeridad debemos estar en guardia. Para
ello, permitidme daros unos prudentes y sabios consejos.
El
líder, el más osado, el que lleva la voz cantante se dirige ahora
al que tiene más cerca y le advierte muy seriamente…
--¡Vos!,
sí vos, que estáis en la atalaya más sólida y prominente,
y os mostráis erguido e imponente cuán soberbio caballero...
Vos sois el más visible y por tanto, el más indicado y
expuesto a ser derribado por mor de su poderosa y temible lanza.
Para preveniros del trance os aconsejo: constricción y mucha
fortaleza.
Inmediatamente
después posa sus ojos en el tercer compañero, diciéndole...
-Y
también vuestra merced... Sí, vos… el segundo más lustroso de
nuestra comunidad, y más parecido, por cierto, a un garboso galán
que a un pétreo molino de viento. Sepa usted que después de
aniquilado el más pujante de nosotros, ése chiflado botarate os
enfocará con su iracunda mirada, y una vez en su diana enfilará la
punta de su temida alabarda hacia vuestras decaídas y retozonas
aspas. Con ésta previsible, aunque lamentable exhibición, os
exhorto pues a que no dejéis de voltearlas, para así mostraros
tenaz y valiente. Y... ¡Pardiez! no perdáis la esperanza en que
Dios, nuestro señor, lo confunda y aturda.
Una
vez avisados ambos, recapacita en voz alta y ...
--Sin
embargo el que os habla acumula ya años de abandono; tiene las
paredes deslucidas, las aspas desdentadas y la techumbre
arruinada. Más de una vez os habéis mofado de mi aspecto por ser el
más deslomado del clan, así que... ¡¡Ya me diréis cómo me
defiendo de ese atribulado demente!!…
Y
continúa...
--¿Pero?
bien pensado, y perdonad mi osadía, quedaré inerte cuan roca
impávida, y con ésta pinta andrajosa pasaré desapercibido a ojos
de ese chalado y su lacayo. Y él por tanto, presto se
afanará con vuestras mercedes, que aparecéis enhiesto y fornido, el
uno, y activo y animoso el otro, cuán hostiles enemigos.
Y
termina desafiante...
--Aun
así ya os digo, ¡Y Vive Dios! que si ese desalmado se
atreviere a cruzar nuestras lindes, démonos por arruinados, y
demolidos, pues me consta en él su loca desmesura en
tozudez y ventura… Suplicad pues compañeros a que los daños que
nos infrinja ese memo sean los menos y podamos, presurosos, volver
con donosura a exhibir nuestra hermosura. Porque si el azar,
caprichoso, hacernos quisiera aparecer ante su perturbada mirada,
entonces ¡Por Dios! Solo rezar nos quedara...
Nota
del autor.
“No
pongas tus sucias manos sobre Cervantes.”.. No exactamente así,
pero con algo parecido publicó Manuel Vicent, un libro en el
año 1983, solo que escribía sobre Mozart. Yo me he permitido el
lujo de colocar a Cervantes y quitar a Mozart, que era el
original.
Con
este título pretendo hacer un símil del que hizo Vicent, para dar a
entender con él, tan solo, que nuestro escritor más importante de
la historia es: inviolable e inimitable. Seguro que todos estarán de
acuerdo conmigo.
Cervantes
escribió todo el libro en la cárcel (estaba preso por apropiación
indebida en temas de impuestos) aunque no hay datos minuciosos de su
desventura. Imaginemos lo difícil que sería, primero crear tantas
historias, y después plasmarlas con tan pocos medios de,
comodidad, de luz y de material. Por otra parte, y por contar algo
más, (si exceptuamos la biblia) es el libro más vendido de la
historia. Se calcula que se han imprimido más de quinientos millones
de ejemplares.
Siguiendo
con datos curiosos sobre nuestro libro más universal, marcó éste
un antes y un después en nuestra literatura, pues se escribió en un
castellano moderno y que todo el mundo entendía cosa que antes no
sucedía. De la primera edición de El Quijote, de la cual se
imprimieron quinientos ejemplares, se cree que solo quedan dos en
excelente estado. Uno de ellos se vendió en el año 1989 por casi
dos millones de euros. El otro se custodia en la Biblioteca Nacional.
Teniendo en cuenta que su autor, Cervantes, murió en la más
absoluta ruina, díganme si no es para echarse a llorar.
Con
decir que el Quijote de la Mancha contiene casi 400.000 vocablos, ya
está dicho casi todo. Se calcula que pocas palabras de nuestro
idioma no aparecen alguna vez a lo largo de sus páginas.
A
pesar de la pequeña absurdez que he creado arriba, no es mi
intención, para nada,…poner mis sucias manos sobre Cervantes…
¡¡Dios me libre!!
Joaquín
Yerga
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