lunes, 5 de diciembre de 2016

No pongas tus sucias manos...




Es tan ligera la lengua como el pensamiento, que si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua.
D.Quijote


La que a continuación van a tener el placer de conocer es una inquietante historia de supervivencia, una historia ya sabida por todos pero contada al revés. Se trata, nada menos, que de las andanzas de tres molinos de viento. Sí, tres molinos de los de siempre, robustos, manchegos, que señoreaban sus esplendidas figuras en la cima de la más alta colina de un lugar de La Mancha de cuyo nombre ahora no puedo acordarme.
Discurría apacible el tiempo, como siempre, cuando un amenazador rumor, tal vez movido por el viento, llegó hasta ellos. Y se pusieron en guardia… Uno de ellos, el más formidable del clan se alza con valentía a liderar las decisiones a tomar.
--¡Oídme compañeros! debéis conocer sin tapujos y de manera fehaciente la truculenta  historia que cuenta nuestro querido patrón y dueño, el Molinero, al que el altísimo guarde muchos años… ¡Dios me libre pretender perturbar vuestros lánguidos y gozosos flirteos con el tiempo, mientras os dejáis mecer plácidamente por el cálido y suave viento, pero he de haceros saber lo que corre de boca en boca por los excitados mentideros de la villa! --Y continúa...
--Comentan en el pueblo, y es un no parar, que un loco acomodado cabalga por la comarca  acompañado de un servil escudero arremetiendo sin compasión contra todo molino de viento que se interponga en su tortuoso camino. Por eso, y perdonad si de manera insensata os amedrento, debéis escuchar... Confunde el orate nuestras recias y legendarias figuras manchegas con peligrosos adversarios a batir. Ante semejante osadía y temeridad debemos estar en guardia. Para ello, permitidme daros unos prudentes y sabios consejos.
El líder, el más osado, el que lleva la voz cantante se dirige ahora al que tiene más cerca y le advierte muy seriamente…
--¡Vos!, sí vos, que estáis en la atalaya más sólida y prominente, y os mostráis erguido e imponente cuán soberbio caballero... Vos sois el más visible y por tanto, el más indicado y expuesto a ser derribado por mor de su poderosa y temible lanza. Para preveniros del trance os aconsejo: constricción y mucha fortaleza.
Inmediatamente después posa sus ojos en el tercer compañero, diciéndole...
-Y también vuestra merced... Sí, vos… el segundo más lustroso de nuestra comunidad, y más parecido, por cierto, a un garboso galán que a un pétreo molino de viento. Sepa usted que después de aniquilado el más pujante de nosotros, ése chiflado botarate os enfocará con su iracunda mirada, y una vez en su diana enfilará la punta de su temida alabarda hacia vuestras decaídas y retozonas aspas. Con ésta previsible, aunque lamentable exhibición, os exhorto pues a que no dejéis de voltearlas, para así mostraros tenaz y valiente. Y... ¡Pardiez! no perdáis la esperanza en que Dios, nuestro señor, lo confunda y aturda.
Una vez avisados ambos, recapacita en voz alta y ...
--Sin embargo el que os habla acumula ya años de abandono; tiene las paredes deslucidas, las aspas desdentadas y la techumbre arruinada. Más de una vez os habéis mofado de mi aspecto por ser el más deslomado del clan, así que... ¡¡Ya me diréis cómo me defiendo de ese atribulado demente!!…
Y continúa...
--¿Pero? bien pensado, y perdonad mi osadía, quedaré inerte cuan roca impávida, y con ésta pinta andrajosa pasaré desapercibido a ojos de ese chalado y su lacayo. Y él por tanto, presto se afanará con vuestras mercedes, que aparecéis enhiesto y fornido, el uno, y  activo  y animoso el otro, cuán hostiles enemigos.
Y termina desafiante...
--Aun así ya os digo, ¡Y Vive Dios! que si ese desalmado se atreviere a cruzar nuestras lindes, démonos por arruinados, y demolidos, pues me consta en él su loca desmesura en tozudez y ventura… Suplicad pues compañeros a que los daños que nos infrinja ese memo sean los menos y podamos, presurosos, volver con donosura a exhibir nuestra hermosura. Porque si el azar, caprichoso, hacernos quisiera aparecer ante su perturbada mirada, entonces ¡Por Dios! Solo rezar nos quedara...


Nota del autor.


No pongas tus sucias manos sobre Cervantes.”.. No exactamente así, pero con algo parecido publicó Manuel Vicent, un libro en el año 1983, solo que escribía sobre Mozart. Yo me he permitido el lujo de colocar a Cervantes y quitar a Mozart, que era el original.
Con este título pretendo hacer un símil del que hizo Vicent, para dar a entender con él, tan solo, que nuestro escritor más importante de la historia es: inviolable e inimitable. Seguro que todos estarán de acuerdo conmigo.
Cervantes escribió todo el libro en la cárcel (estaba preso por apropiación indebida en temas de impuestos) aunque no hay datos minuciosos de su desventura. Imaginemos lo difícil que sería, primero crear tantas historias, y después plasmarlas con tan pocos medios de, comodidad, de luz y de material. Por otra parte, y por contar algo más, (si exceptuamos la biblia) es el libro más vendido de la historia. Se calcula que se han imprimido más de quinientos millones de ejemplares.
Siguiendo con datos curiosos sobre nuestro libro más universal, marcó éste un antes y un después en nuestra literatura, pues se escribió en un castellano moderno y que todo el mundo entendía cosa que antes no sucedía. De la primera edición de El Quijote, de la cual se imprimieron quinientos ejemplares, se cree que solo quedan dos en excelente estado. Uno de ellos se vendió en el año 1989 por casi dos millones de euros. El otro se custodia en la Biblioteca Nacional. Teniendo en cuenta que su autor, Cervantes, murió en la más absoluta ruina, díganme si no es para echarse a llorar.
Con decir que el Quijote de la Mancha contiene casi 400.000 vocablos, ya está dicho casi todo. Se calcula que pocas palabras de nuestro idioma no aparecen alguna vez a lo largo de sus páginas.
A pesar de la pequeña absurdez que he creado arriba, no es mi intención, para nada,…poner mis sucias manos sobre Cervantes… ¡¡Dios me libre!!


                                          Joaquín Yerga


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