Infortunios y otros manoseos de la Conchi.
Una
Constitución no puede por sí misma hacer feliz a un pueblo. Una
mala si puede hacerlo muy infeliz.
(G.Carcassonne)
Juro
sobre esta moribunda Constitución que haré cumplir, impulsaré las
transformaciones políticas necesarias para que la República nueva
tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos.( Hugo
Chávez, febrero de 1999)
Los
nuevos tiempos para su pueblo a los que se refería Hugo
Chávez cuando juró el cargo de presidente fueron: colocar
la inflación al 120%, ser el segundo país más violento de
América, que los supermercados estén vacíos, que la precariedad
más absoluta en sanidad y educación prevalezca, o que la pobreza
suba de manera rampante. Sin obviar, tampoco, hacer endémica la
inseguridad jurídica, o la censura periodística. Esto suele pasar
cuando personajes mesiánicos irrumpen a trapo y se proponen
arreglar el país de la manera más sencilla.
Por
eso, y aunque no se lo crean, el 6 de diciembre celebrado ayer pudiera tratarse del
día más importante de todos nosotros, los españoles, como sociedad
y cómo país. No crean que exagero, nuestra constitución es la gran
estructura legal sobre la que se sujetan todas las normas y leyes que
nos hacen convivir en paz y armonía, que no es poco.
Corresponde, (como
todos los años por estas fechas) hablar de su reforma, aunque
eso sí, nadie especifica el qué, ni el cómo, ni qué artículos,
ni con qué espíritu. Es como un mantra, una especie de serpiente
informativa que surge todos los años al celebrar su cumpleaños,
pero que luego pasa, y se enfría, y volvemos a rescatarlo al año
siguiente. De todas formas debemos tener en cuenta que nadie en
España lo pide a gritos.
Nuestra
Carta Magna o Ley de leyes es muy moderna, y envidiable, pues se hizo
con un espíritu amable y conciliador por parte de los buenos
políticos de entonces. Además fue refrendada por casi el noventa
por ciento de nuestros compatriotas de todas las comunidades,
exceptuando el País Vasco, curiosamente, ahora tal vez la votarían,
y no me extraña, pues estando dentro del, Estado Español,
como llaman ellos eufemísticamente, tiene todas las prebendas,
y apenas obligaciones.
Entre
los diferentes partidos de nuestro espectro político los hay
partidarios de entrar en ella a saco y destriparla, otros sin embargo
solo maquillarla.
El Psoe quiere
modificar algunos artículos para hacer de España un estado federal,
pero la mayoría esperamos que nos expliquen qué significa eso, pues
realmente ya lo somos. Ni que decir tiene que las autonomías
poseen muchas más competencias cedidas que muchos estados federales.
Por otra parte, ¿Cómo compaginamos darle más poder a las regiones
con fomentar la igualdad entre ellas, cuando es notorio que a mas
poder más desigualdad e injusticia?.
Los
de Podemos quieren cambiar sus artículos más
sensibles como son los referentes a la unidad del país y su modelo
político. En el primer caso abogan por incluir en la Constitución
el derecho a decidir de las regiones, es decir, un guirigay
disgregador ¿Han pensado en serio ésta gente qué pasaría si les
concediéramos ese privilegio?... Pues sencillamente que esto sería
un reino de taifas; todo el mundo querría ser independiente. ¡Menudo
somos los españoles cuando nos atan tan largo!! Además van a
contracorriente de la verdadera ideología de izquierdas. Con esa
premisa permitirían a las más ricas serlos más todavía, y
dejarían tiradas a su suerte a las más pobres. Imagino que todo
esto lo hacen como forma de alcanzar el poder, después, ¡vete a
saber!, quizás pretendieran perpetuarse en él a fuerza de
maquinaciones y tergiversaciones de leyes y decretos, ejemplos haylos
en el mundo.
A
los nacionalistas y demás patulea les vendría muy
bien reformarla, cuanto más mejor, incluso yo diría que hasta
quemarla. Hay que tener en cuenta que a ellos cuanto peor nos vaya a
los españoles, digamos ortodoxos, mejor les irá a ellos, sacarían
mas tajada.
Los
de la parte conservadora y centrista de nuestro
panorama político, parecer ser, no se desviven precisamente por
entrar de lleno a destriparla. Tan solo cambiar el artículo que hace
referencia a la sucesión a la corona, (para que pueda reinar la hija
mayor de Felipe) y poco más.
Creo
que tenemos una buena constitución, moderna y garantista y de
retocarla, que fuese solo superficialmente para ajustarla a los
tiempos. Debemos tener en cuenta que cualquier modificación
importante conlleva el tener que estar de acuerdo dos tercios de
todos los diputados del congreso, y después convocar un referéndum
para que votemos todos las conclusiones finales. Y ya sabemos por
experiencias recientes que a éstos (los referéndums) los carga el
diablo, acordémonos, sino del Brexit en Inglaterra.
Recientemente
y como todos sabemos nos hemos visto obligados a recurrir a un
articulo que nunca habíamos aplicado, el famoso 155. Y apuesto que
casi todos estaremos de acuerdo en sus efectos balsámicos.
Por
cierto, lo del título del articulo se me ha ocurrido por que,
si a nuestra primera Constitución, la de 1812, se la llamó La
Pepa, por promulgarse el día de San José, a ésta última
deberíamos llamarla, La Conchi, por hacerlo
dos días antes de la Inmaculada Concepción.
Dicho
queda…
cosasdejoaquinyerga@blogspot.com
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