jueves, 2 de enero de 2025

Ya no era la misma mujer que conocí

                                                                                       



Huye de ese mortal desasosiego

que interroga a las sombras del Destino;

la vida es ciega y el amor es ciego,

pero nunca equivocan el camino.

--Ricardo León--


Me levanté temprano, moribundo casi. Pero resucité y di la bienvenida al mundo. Luego desayuné, con las mismas noticias políticas de siempre, y me fui en Metro al trabajo.

Aburrido vigilaba las caras de los viajeros, compañeros rutina y bostezos, cuando...

En el asiento de enfrente, de repente un rostro iluminó el vagón. Esos gestos y esa cara me trajeron recuerdos de otros paisajes, de otros tiempos, tiempos en los que una suerte mejor me sonreía, y me ilusioné.

No me atreví a decirle nada, no estaba seguro, aunque esos ojos, sin duda, eran suyos; más cargados de nostalgia, quizás más oscuros, pero era ella y estaba casi igual, tan hermosa como entonces, o tal vez más. Cerré los ojos y me puse a imaginar, ¿de qué manera entrarle, cómo podría saludarla?:

Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad”---pensé en decirle---”¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos?. Acuérdate, éramos muy jóvenes. ¿Recuerdas cuando buscábamos cualquier rincón sin luz?. "Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro", me decías. Ahora que te encuentro, veo que aún arde la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerto. Te recuerdo que antes de rendirnos fuimos eternos”.

Todo esto se me ocurrió decirle, pero...

Me levanté y me acerqué a ella:

---Hola, ¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?---le pregunté

Con una sonrisa tímida respondió:

---Perdone, pero creo que usted se ha equivocado.

---Disculpe, señorita, ¡Me recuerda tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años!.

Más viejo y más cansado volví a mi asiento. Aburrido volví a vigilar las caras de los viajeros, compañeros de rutina y bostezos.






2 comentarios:

  1. Maria Romero Carbonell4 de enero de 2025, 12:06

    Entrañable historia Joaquín,😊

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  2. Que triste joaquin!!!!.....me queda en nebulosa.. si era ella o no? Y porqué lo hizo?

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