ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nadie sospeche que fuiste mi amada.
--José A. Buesa--
Cariño...
Tú sabias muy bien que, en algún momento, antes o después tendríamos que despedirnos: el cansancio y el aburrimiento acabaría por separarnos... Es verdad que infinidad de veces intercambiamos promesas de eternidad, sin embargo hoy nos decimos adios igual que aquellos que tuvieron la honradez de guardar silencio.
No me duelen prendas el cruzar esa puerta definitivamente. Te prometo no derramar una lágrima ante el beso de despedida que nos demos los dos, el último. No sé tú, porque hace mucho que no sé de tus pensamientos, pero yo no me arrepiento de un solo instante de los vividos juntos.
No sientas pena por haber dado tú el paso, por favor. Mejor así, cariño, quedémonos con lo bueno y deseémonos lo mejor, estoy seguro que otro hombre volverá hacerte feliz, nadie se lo merece más que tú. Yo buscaré a otra mujer en quién depositar el amor que me sobró y que tú, quizás por hastío, ya no valorabas.
Te prometo que si algún día nos vemos del brazo de otros, me pararé a saludarte, sin rubor y sin amargura. A él le daré la enhorabuena porque tendrá la suerte loca de haberte conocido. Aunque más la tuve yo; lo mejor de tu vida me lo regalaste a mi..
Y no creas, no me voy descreyendo del amor, he descubierto que este es constante, solo cambian los amantes, y tú y yo hacía tiempo ya que dejamos de serlos.
Este que te quiere
No hay comentarios:
Publicar un comentario