miércoles, 15 de enero de 2025

Me arrepiento de no haber sabido hacer feliz

                                                                                 


                                                       

Una tarde antes de operarse, su última tarde, paseábamos mi padre y yo por el jardín del hospital. Con timidez y ojos lánguidos, como el niño que le pide perdón a su madre después de haber hecho una trastada, temiendo una regañina, mi padre me pidió un cigarro, y yo se lo negué... Le negué fumarse un cigarrillo en la antesala ya de su muerte. Esa torpe decisión me impidió ser feliz durante un tiempo..

Años más tarde, en una entrevista televisiva, oí decir a Borges, el gran escritor argentino:

"Yo estaba siguiendo un tratamiento para la vista. Mi madre, que estaba muriéndose, me preguntaba: Hijo, ¿ves ya mejor?. Y yo, con toda crueldad del mundo, le dije: “No, sigo viendo mal, cada vez peor”.

Nada me hubiera costado mentirle, decirle: “Sí, mamá, veo un poco más, ahora percibo tal color. ¿Por qué no lo hice? Cómo es posible que me haya comportado de ese modo tan terrible. Además lo hice delante de toda la familia. Luego lo pensé: He cometido el peor de los pecados, no ser feliz. No por mi, sino porque uno debe ser o simular ser feliz para no apenar a quienes lo quieren”.

Salvando las enormes distancias entre Borges y yo (a su favor, por supuesto) me reconfortó oírle decir aquello.. Entiendo que habréis pensado que mi intención con mi padre era buena (temía en el daño que le iba hacer tabaco vísperas de una operación de alto riesgo) y es verdad, pero le robé su último ratito de felicidad, y eso no me lo perdonaré nunca. También aprendí una lección: ¡¡Con qué poca cosa se puede hacer feliz a alguien!! a veces.. 

Ay, melancolía, me viste llegar y sonreíste

con la incierta sonrisa que deja al alma triste,

entre el dolor y el júbilo indecisa;

y a mi viniendo con semblante amigo,

me cogiste de la diestra y apartando

las mustias ramas, con acento blando

cariñosa exclamaste: ¡Ven conmigo!

--T. Llorente--





No hay comentarios:

Publicar un comentario