Decía Leonardo Da Vinci: "Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce una muerte dulce".
Todos desearíamos tener una vida emocionante y maravillosa, aunque ¡Ay!, me temo que cuando llegue el último momento y revisemos cada uno de nuestros actos, quizás nos arrepintamos de ciertas cosas.
Fijaos de lo que se arrepienten la mayoría de los que están a punto de morir:
No haber sido fiel a sí mismo es el más común. A todos nos pasa que muchas veces hemos tomado decisiones importantes influenciados por los demás.
Haber trabajado tanto. La mayoría de los hombres moribundos lamentaban profundamente haber pasado la mayor parte de sus vidas en una rutina de trabajo y dedicado poco a su familia.
No haber expresado mejor lo que sentía. Muchos reprimieron sus sentimientos para mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y anodina.
No haber sido más feliz. ¿Pero no se dieron cuenta hasta el final de sus días de que la felicidad no es un estado, sino una elección?.. El miedo al cambio les hizo fingir que estaban felices, cuando en el fondo de su corazón necesitaban comportarse de otra forma.
En fin, por mi parte, deciros que, además de estas, tendré algunas cosillas más de las que arrepentiré, pero os lo cuento otro día..
Joaquín
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