Conoció a Cristina a través de internet, José María se entusiasmó. No tardó apenas nada en enamorarse de ella. Él era catalán, de Castelldefels y Cristina gallega, en una aldea cercana a Vigo vivía. En el intercambio de mensajes entre uno y otro, todo se lo contaron, y hubo fotos; nada de secretos ni mentiras..
Fue ella, Cristina la que animó a José María a que la visitase, y once días después del primer contacto se montó en un avión que cubría la ruta Barcelona y Vigo y se plantó ante la chica, que fue a recogerlo, y lo instaló en su domicilio unifamiliar.
Los primeros días en Galicia todo marchó sobre ruedas. La pareja salió a cenar y compartieron tiempo juntos. Algunos vecinos del lugar recuerdan haberlos visto de la mano. Pero la aparente concordia no tardó en resquebrajarse. Pocos días después de ese primer encuentro el ambiente empezó a enrarecerse, todo se precipitó. Las discusiones entre la pareja fueron subiendo de tono y Cristina, desencantada con el hombre que tenía al lado, le pidió que recogiese sus cosas y se volviese a Barcelona.
No se sabe por qué, pero a Cristina dejó de gustarle José María. No obstante él, loco por ella, le dijo que no se iría, que la amaba y que su idea era instalarse allí. Se había llevado su PlayStation y hasta había comprado una cafetera para la casa. Una adquisición, a priori inocente, que Cristina interpretó como una declaración de intenciones de la vida en pareja que José María planeaba y que detonó su última pelea, la definitiva.
Y Cristina no pudo más, un día suministró a su amante un cóctel fatal de somníferos, lo ahogó con una almohada y lo descuartizo a trocitos. Lo supo la policía por unos detalles que ella había dado a su médico cuando José María llevaba cuatro meses en la lista de desaparecidos.
Por cierto, Cristina tiene una hermana gemela. Ambas sufrieron abusos sexuales cuando eran niñas. Lo digo por buscarle un eximente.. El juicio sale uno de estos días..
Joaquín




















