viernes, 15 de junio de 2018

Vidas al límite...


                                                                                       



Vibro tan sólo por un sueño, vibro

por realizar un simultaneo empeño;

que leamos los dos el mismo libro

y soñemos los dos el mismo sueño.


Nos volveremos a la sombra suave,

adonde el invisible nos arroja,

hacía el terror de lo que no se sabe

y el perfume de lo que se deshoja.

--Rafael H. Valle--



Confiado, el joven aguardaba en la puerta del esplendido salón donde le esperaba su padre. Hacía años que no se veían y una enorme emoción de cariño le embargaba.

--¡Qué ganas de abrazarlo! ¡Qué ilusión volverlo a ver-- --pensaba mientras la impaciencia por la espera le exasperaba--

Él había sido el favorito entre sus hermanos, pero malentendidos y envidias, a veces ajenas a la familia, les hicieron indisponerse con él

Pero ese día estaba feliz, su padre le había mandado mensajes conciliadores que él recogió con esperanza y alegría. Acababa de llegar desde muy lejos, donde había permanecido distanciado de la familia por culpa de las desavenencias. Ahora acudía raudo a su encuentro. Ansioso estaba por verlo y besarlo, y hasta por pedirle perdón por su comportamiento..

Dos tipos que franqueaban la entrada, quizás guardaespaldas de su padre, le invitaron a pasar al interior. El joven entró rápido mirando aquí y allá buscando el rostro sonriente de su progenitor, pero.. 

¡¡De pronto, los tipos de la entrada se abalanzaron sobre él y le tapan la cabeza con un oscuro velo! ¡No podía respirar! ¡Le asfixian! ¡Han rodeado su cuello con una fina cuerda de cáñamo, y la aprietan! ¡¡Se muere!!. 

Ni siquiera pudo lanzar un grito de terror. Quedó exhausto en medio de la entrada principal del enorme salón, inmóvil, tirado en el suelo. Su cara mostraba una indescriptible mueca de sorpresa y espanto...

El joven no llegó a verlo, pero su padre había contemplado la escena tras unos visillos de seda en una estancia contigua, ¡¡Dios, y no había movido un músculo de su rostro para salvar a su hijo!!. Es más, ¡¡creo que él ordenó su muerte!!..

Poco antes de morir, el joven había dejado escrito el nombre de su verdadera asesina, Si, porque fue ella..

Fijaos..

Su padre había tenido tres hijos y él había sido el mayor. Su madre fue Gulbahar (Rosa de Primavera). Sus otros dos hermanos, en realidad hermanastros, eran hijos de Roxelana, la amante..

Pero el viejo se había divorciado de su madre Rosa de Primavera, y enamorado de Roxelana, y el chico lo sabía. Y sabía también que tarde o temprano Roxelana incitaría al viejo a firmar su sentencia de muerte, y no se equivocó.

Pero lo que el chico nunca supo es que el amor que se tuvieron su viejo y Roxelana fue sincero. Sí, su padre, Solimán el Magnifico y Roxelana, su amante, vivieron una historia de amor que traspasó el tiempo y se convirtió en leyenda..

Ahí quedó la tumba, donde yacen los dos, en el magnifico patio ajardinado del palacio de Topkapi en Estambul. Las preciosas rosas y los enhiestos tulipanes que embellecen el entorno parecen ajenos a ese testimonio de amor eterno que una vez iluminó la historia, aunque empezó manchado de sangre.

Joaquín

                                               
                                                            

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