Los paraísos perdidos
Amiga...
Tu sensibilidad de mujer apasionada
te hace sentir elevadas sensaciones.
Supongo que hacen falta pensamientos
de oro puro y un alma de cristal
para percibir tales emociones.
No obstante, tu belleza, para mi, está
Esa certeza me reconforta...
--Joaquín--
El “Paraíso
Terrenal” también llamado “Jardín del Edén” creado por Dios, estaba situado a la orilla de dos caudalosos ríos. Allí colocó el Creador a sus dos primeros seres, Adán y Eva, para que vivieran felices en un maravilloso paraje donde nada faltara..
Sí, porque el
sueño de toda civilización que se precie ha sido siempre vivir en
zonas próximas a ríos o arroyos pues, ¡qué imagen más bucólica
es aquella en donde los hombres, dichosos, riegan sus huertos y
recolectan hermosas y abundantes cosechas mientras sus hacendosas
mujeres ayudan en las rudas tareas campestres, además, por supuesto,
de realizar sus labores domesticas y sacar adelante su numerosa
prole!
Sepan
que la historia de la humanidad con su evolución y sus adelantos se inició a orillas de grandes ríos. Una civilización, importante
y antigua, aunque un pelin desconocida para nosotros los
occidentales se dio en los margenes del rio Indo, en la India. Hay constancia de su rica cultura desde el año 3.500 a.c. La otra, más antigua, y de la que hemos mamado todos los
europeos, es la Mesopotámica. Y ésta empezó a dar señales de
vida, nada menos, que unos 5.000 años a.c. Luego está la egipcia, a
orillas del Nilo, que copió de ésta última.
La
región más que posible de la que habla la biblia como lugar donde
estaba situado el Edén es, sin duda, Mesopotamia, que
significa, precisamente, “Tierra entre ríos”. Y estos ríos son
los míticos Tigris y Eúfrates. Imagínense una extensa llanura de
clima cálido y rodeada por dos corrientes de agua abundante
procedentes de altas montañas, en donde los inviernos son posaderas
de gran cantidad de nieve y precipitaciones, ¡pues qué decirles!, un
vergel. Nada me extrañaría que allí naciera todo.
Y
es allá, en esos privilegiados lugares, donde el hombre ha tenido la
oportunidad de discurrir la manera de prosperar, sobre todo en
agricultura y ganadería que ha sido la base de nuestra
civilización. Allí, con abundante agua a su alcance se atrevieron
a indagar y probar con nuevas técnicas agrícolas, y manipularon
semillas y domesticaron animales salvajes como el perro, el gato o el
caballo que les sirvieron de gran utilidad. No es nada raro que los
que escribieron el “Génesis” y dentro de él, el "Edén" miraran al Oriente de
Israel, es decir, a Mesopotamia para poner allí su paisaje soñado.
En
Mesopotamia nacieron las primeras ciudades, con sus códigos, sus
leyendas, sus poetas y sus escribas. Poblaciones como Súmer, la más
antigua, Babilonia
y su mítico rey Hammurabí, que se hizo famoso por su grandeza y sus
leyes. En el museo del Louvre,
en
París,
custodian la conocida piedra finamente tallada, de 2,5 mts. de alto y
55 cmts. de ancho, en donde están grabadas las 55 leyes de su
reinado, es el famosísimo “Código
de Hammurabí”
considerado el primer ordenamiento legal de la historia. Entre otras
disposiciones, advierte: “Si un hombre acusa a otro de homicidio y
no lo puede probar, será sentenciado a muerte” “Si un hombre se
presenta como testigo y es falso su testimonio, será sentenciado a
muerte” etc. etc. En fin, este es el origen de la llamada “Ley
del Talión”.
Claro, que si los imaginativos escribientes del “Génesis” vivieran hoy
en día y tuvieran que volver a concebir “El Jardín del Edén”,
creo que su idea sería muy diferente, ¡y es que ha cambiado mucho el
cuento!..
Ahora estoy seguro que lo más, digamos idílico, no es la
reseca llanura de Irak, que es donde está situada
Mesopotamia, y no lo digo por la perversidad de muchos de sus
habitantes que se destrozan entre ellos por asuntos religiosos, ¡qué
va! Lo digo porque la agricultura y ganadería ya no es rentable como
antaño; ahora, posiblemente, pondrían el “Paraíso Terrenal”
en alguna playa paradisíaca del Caribe o del Índico, incluso, tal
vez, en alguna elegante ciudad de las muchas situadas en la
rica Europa o en Los Estados Unidos, con sus enormes
parques, sus museos, o zonas de ocio; y por supuesto con acceso fácil a Internet y demás redes sociales, que hacen las delicias de sus
habitantes.
Estoy
por apostar que en estos nuevos “Paraísos Terrenales” que aludo, Adán
ya no necesitaría ir en taparrabos comiendo frutas el bosque,
imagino que ahora sería un alto ejecutivo de alguna multinacional
con salario astronómico y con todas las delicias mundanas a su
alcance. Eva, por supuestisimo, no se consideraría la
costilla de Adán y dispondría de vida propia para hacer lo que le diera la real gana.. ¡Ah! y con la manzana que le ofreciera la serpiente se
haría un zumo a media mañana.
Dicho
queda...
Joaquin Yerga
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