lunes, 25 de junio de 2018

Los paraísos perdidos




Amiga...
Tu sensibilidad de mujer apasionada
te hace sentir elevadas sensaciones.
Supongo que hacen falta pensamientos 
de oro puro y un alma de cristal 
para percibir tales emociones.
No obstante, tu belleza, para mi, está 
en que sé que existes. 
Esa certeza me reconforta...
--Joaquín--

El “Paraíso Terrenal” también llamado “Jardín del Edén” creado por Dios, estaba situado a la orilla de dos caudalosos ríos. Allí colocó el Creador a sus dos primeros seres, Adán y Eva, para que vivieran felices en un maravilloso paraje donde nada faltara..
Sí, porque el sueño de toda civilización que se precie ha sido siempre  vivir en zonas próximas a ríos o arroyos pues, ¡qué imagen más bucólica es aquella en donde los hombres, dichosos, riegan sus huertos y recolectan hermosas y abundantes cosechas mientras sus hacendosas mujeres ayudan en las rudas tareas campestres, además, por supuesto, de realizar sus labores domesticas y sacar adelante su numerosa prole!
Sepan que la historia de la humanidad con su evolución y sus adelantos se inició a orillas de grandes ríos. Una civilización, importante y antigua, aunque un pelin desconocida para nosotros los occidentales se dio en los margenes del rio Indo, en la India. Hay constancia de su rica cultura desde el año 3.500 a.c. La otra, más antigua, y de la que hemos mamado todos los europeos, es la Mesopotámica. Y ésta empezó a dar señales de vida, nada menos, que unos 5.000 años a.c. Luego está la egipcia, a orillas del Nilo, que copió de ésta última.
La región más que posible de la que habla la biblia como lugar donde estaba situado el Edén es, sin duda, Mesopotamia, que significa, precisamente, “Tierra entre ríos”. Y estos ríos son los míticos Tigris y Eúfrates. Imagínense una extensa llanura de clima cálido y rodeada por dos corrientes de agua abundante procedentes de altas montañas, en donde los inviernos son posaderas de gran cantidad de nieve y precipitaciones, ¡pues qué decirles!, un vergel. Nada me extrañaría que allí naciera todo.
Y es allá, en esos privilegiados lugares, donde el hombre ha tenido la oportunidad de discurrir la manera de prosperar, sobre todo en agricultura y ganadería que ha sido la base de nuestra civilización. Allí, con abundante agua a su alcance se atrevieron a indagar y probar con nuevas técnicas agrícolas, y manipularon semillas y domesticaron animales salvajes como el perro, el gato o el caballo que les sirvieron de gran utilidad. No es nada raro que los que escribieron el “Génesis” y dentro de él, el "Edén" miraran al Oriente de Israel, es decir, a Mesopotamia para poner allí su paisaje soñado.
En Mesopotamia nacieron las primeras ciudades, con sus códigos, sus leyendas, sus poetas y sus escribas. Poblaciones como Súmer, la más antigua, Babilonia y su mítico rey Hammurabí, que se hizo famoso por su grandeza y sus leyes. En el museo del Louvre, en París, custodian la conocida piedra finamente tallada, de 2,5 mts. de alto y 55 cmts. de ancho, en donde están grabadas las 55 leyes de su reinado, es el famosísimo “Código de Hammurabí” considerado el primer ordenamiento legal de la historia. Entre otras disposiciones, advierte: “Si un hombre acusa a otro de homicidio y no lo puede probar, será sentenciado a muerte” “Si un hombre se presenta como testigo y es falso su testimonio, será sentenciado a muerte” etc. etc. En fin, este es el origen de la llamada “Ley del Talión”.
Claro, que si los imaginativos escribientes del “Génesis” vivieran hoy en día y tuvieran que volver a concebir “El Jardín del Edén”, creo que su idea sería muy diferente, ¡y es que ha cambiado mucho el cuento!.. 
Ahora estoy seguro que lo más, digamos idílico, no es la reseca llanura de Irak, que es donde está situada Mesopotamia, y no lo digo por la perversidad de muchos de sus habitantes que se destrozan entre ellos por asuntos religiosos, ¡qué va! Lo digo porque la agricultura y ganadería ya no es rentable como antaño; ahora, posiblemente, pondrían el “Paraíso Terrenal” en alguna playa paradisíaca del Caribe o del Índico, incluso, tal vez, en alguna elegante ciudad de las muchas situadas en la rica Europa o en Los Estados Unidos, con sus enormes parques, sus museos, o zonas de ocio; y por supuesto con acceso fácil a Internet y demás redes sociales, que hacen las delicias de sus habitantes.
Estoy por apostar que en estos nuevos “Paraísos Terrenales” que aludo, Adán ya no necesitaría ir en taparrabos comiendo frutas el bosque, imagino que ahora sería un alto ejecutivo de alguna multinacional con salario astronómico y con todas las delicias mundanas a su alcance. Eva, por supuestisimo, no se consideraría la costilla de Adán y dispondría de vida propia para hacer lo que le diera la real gana.. ¡Ah! y con la manzana que le ofreciera la serpiente se haría un zumo a media mañana.
Dicho queda...
                                                                         Joaquin Yerga
                                                                

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