Me doblaba en años, es cierto, pero, ¡claro!, supone esto que ella cumplía los treinta y pocos; justo la edad en la que una mujer exhibe su máximo esplendor físico. Sobre todo ante los impertinentes ojos de un mozalbete de 14 años, como era mi caso.
Cuando os cuente lo que os voy a contar, pensaréis de mi que soy un tipo procaz, y no os faltará razón, pero, ¡qué podría yo hacer, dios mío, si ligerita de ropa aparecía por casa y se sentaba en el umbral sin yuxtaponer debidamente sus bonitas piernas, dejando entrever sus blancos y obscenos muslos! ¡Cómo, con esos mimbres tan carnales, no estar en un sinvivir constante si la tenía de vecina!.
Por no extenderme demasiado, apenas os mencionaré aquel maravilloso día del, para mi inolvidable verano del 74. Fijaos: alentado por mi madre, acudí una tarde a su casa a ayudarle a pintar las paredes de una habitación; al terminar, ambos sudorosos, recuerdo que me dijo:
---Joaquín, ¿Quieres una Pepsi mientras me ducho?..
Ufffff, me puse en guardia.. Me hallaba muy cerca del cuarto de baño. Luego, ¿De manera indiscreta o indiferente a mi picardía? No lo sé, el caso es que dejó la puerta abierta y, ¡claro!, mis hormonas, granujas ellas, me impidieron mirar para otro lado. Es más, yo diría que las muy ladinas me impusieron quedarme petrificado y con la mirada fija en el horizonte, aunque éste horizonte no alcanzaba más allá que la sonrosada tez de sus esplendorosas nalgas y gran parte de su excitante vello púbico..
Desde el interior del baño ella me miró, yo la miré.. El resto me lo callo para no suscitar pasiones innecesarias. Solo os confesaré mi satisfacción por haber traspasado la frontera del sexo con una ternura infinita, por su parte, y quizás también con paciencia..
El verano pasó y llegaron otros y no se repitió la aventura. Yo permanecía ojo avizor esperando cualquier señal que me permitiera dar rienda suelta a mis instintos más primarios. Ésta nunca más llegó y mí ansiada segunda experiencia sexual quedó inédita hasta que, años más tarde en otras circunstancias y con otros personajes, logré satisfacer plenamente mis apetencias.
Joaquín

No hay comentarios:
Publicar un comentario