Una mirada al pasado
Si
te dice que ya no hay magia en la relación es porque ya le están
haciendo trucos con otra varita.
(No
viene a cuento pero es simpático)
Según
el gran orador romano Cicerón,
a Julio César habría que darle el título de Reina, pues hacía las
veces de consorte del rey de Bitinia, Nicomedes. También Pompeyo,
general romano, contaba de él que…César sometió a las Galias, y
Nicomedes sometió a César. Ambos hacían referencia a su
bisexualidad.
La
historia al igual que las matemáticas son disciplinas que no suelen
tener muchos adeptos entre la concurrencia. Me encuentro entre los
que huyen de la segunda como alma que lleva el diablo, aunque también
es verdad, y según dicen los grandes matemáticos, que es cuestión
de poner empeño en conocerlas pues
una
vez comprendidas son apasionantes. Sin embargo la primera la entiendo
como un asunto capital en nuestras vidas pues
si queremos entender nuestro presente deberíamos conocer nuestro
pasado.
Llevamos
de historia más de 5500 años (recuerden que ésta comienza desde
que tenemos constancia de documentos escritos; todo lo anterior es
prehistoria) y siempre nos proporciona infinidad de hechos,
anécdotas y aprendizajes de todo tipo. Y a todos, por cierto, se le pueden
extraer suculentas enseñanzas.
Hoy
quiero hablar de un personaje excepcional. Leí su biografía hace ya
unos años y juro que para los amantes de la historia es muy
apetitosa. Fue éste un hombre único, inimitable, y habría que
incluirlo entre los personajes más interesantes que ha dado la
humanidad, aludo por
supuesto
a Julio César.
Fue
un patricio romano que desempeñó varias funciones dentro de la
República, aunque la más conocida fue la de general; para muchos el
mejor general que ha dado la historia. Yo lo pondría, incluso, por
delante de Napoleón
y Alejandro Magno, los otros dos monstruos de la estrategia militar.
Porque
Napoleón, al fin y al cabo, salió derrotado en su batalla más
importante y decisiva, la de Waterloo.
Y gracias a ella, Francia, perdió la hegemonía en Europa, a costa
de ganarla su enemigo más acérrimo, Inglaterra. A Napoleón se le
detuvo, lógicamente, al terminar esa batalla y se le deportó a la
isla de Santa Helena, en los confines del Atlántico Sur. Allí
murió en el año 1821, y su cadáver lo retornaron a su Francia
natal unas décadas después. Ahora está enterrado y es venerado en
un edificio colosal, cerquita de la torre Eiffel, en Los
Inválidos de,
París.
Doy fe de ello porque lo visité, por cierto, una lluviosa mañana de
un mes de Julio, mes nombrado así en honor a Julio César,
precisamente.
El
otro rival, Alejandro Magno, además de ser un magnifico general y
estratega conquisto media Asia y Egipto. Fundó
ciudades como Alejandría,
de las más importantes de la antigüedad y exportó la cultura
griega a todos esos territorios, que no es poco. Con un ejército
menor que el de sus enemigos los derrotó en tres batallas
principales y contra todo pronóstico. Murió en el año 323 a.c. de
unas fiebres en Babilonia,
la mítica ciudad de los jardines colgantes y una de las siete
maravillas del mundo antiguo. La localización de su tumba se ha
convertido en uno de los grandes misterios de la historia. De
buscarle algún pero, yo diría que los ejércitos a los que derrotó
(medos
y persas)
no
estaban tan preparados como el suyo, ni eran tan combativos. De
hecho, éstos ya habían sucumbido bajo los atenienses ciento
cincuenta años antes. No
obstante,
el gran Julio César, fue el máximo exponente de la táctica y
habilidad militar de la historia. Luchó y ganó mil batallas, contra
galos, hispanos, o bárbaros y lo que era más difícil,
contra sus propios compatriotas, como el gran Pompeyo.
Julio
Cesar vino al mundo en Roma en el año 100 a.c. en el seno de una
familia noble, por lo que estaba predestinado a ocupar cargos
políticos relevantes en la República….Y así fue, pasó por
destinos como, Pretor, Pontífice y Consulado, éste último
precisamente en Hispania.
Su
época fue muy convulsa pues coincidió con sublevaciones,
triunviratos o el fin de la República y comienzo del Imperio. El
senado romano tenía predilección por el general Pompeyo
(fundador de Pamplona)
gran vencedor para la República de territorios importantes y
menospreciaba de alguna manera a Julio César, que desde siempre,
ambicionó ser alguien en la historia. Se contaba, con cierto grado
de credibilidad, que se lamentaba amargamente porque Alejandro Magno,
con treinta años había conquistado medio mundo y él ya con
cincuenta no había hecho nada para la historia.
Siendo
cónsul solicitó y consiguió del senado el mando de las legiones
para combatir a los galos (franceses)
que asolaban la parte norte de Italia. Fue el comienzo de su carrera
como militar. Venció a docenas de pueblos celtas y germanos de
las Galias, sur de Germania
e incluso hizo incursiones en Britania, sometiendo a millones de
personas, también exterminó tribus enteras. En cinco años
pacificó y se anexionó para la República todo el territorio que
tantos disgustos le habían dado a Roma durante siglos. Sus
legionarios le adoraban. Legisló
para ellos una ley según la cual a todos los veteranos se les
concedería tierras y pertrechos gratis al licenciarse.
Una
vez pacificada las Galias se decidió volver a Roma y apartar
a Pompeyo que pretendía junto al senado hacerse con el poder de
facto... Existía una norma no escrita, (para evitar golpes de
estado)según la cual ningún general romano podía entrar en Roma
armado y al mando de sus legiones. Jamás lo intentó nadie; Julio
Cesar lo hizo…Para ello tuvo que pasar el Rubicón un pequeño rio
que actuaba como símbolo. Al hacerlo pronunció las míticas
palabras…Alea iacta est (La suerte está echada)
Venció
a Pompeyo y a todos sus enemigos patrios en múltiples batallas. Éste
último se refugió en Egipto huyendo de él, pero el faraón
Ptolomeo XIII (hermano
de Cleopatra)
le
cortó la cabeza y se la ofreció en bandeja de plata a César.
Horrorizado éste por la suerte de quien había sido su amigo y,
también mayor enemigo, ordenó que se le hiciese un entierro digno..
Allí en Egipto fascinó a Cleopatra,
tuvo un hijo con ésta y la ayudó a conquistar el poder en contra de
su hermano.
Julio
César había tenido una juventud disipada, y fue amante de juergas y
orgías de todo tipo. Es increíble como un hombre así, del cual
todos pensaban que acabaría como un ser insulso y libidinoso,
terminaría siendo el mayor genio militar de la historia. Cuentan sus
biógrafos que aguantaba durísimas jornadas de campaña, durmiendo
en camastros y malcomiendo lo mismo que sus legionarios. Antes de
cada batalla, actuaba, (salvando los conceptos y distancias) como
Simeone, el entrenador del Atleti, arengaba de tal forma a sus
legionarios que ganó muchas batallas estando en inferioridad de
condiciones, gracias a los ánimos y furia que les insuflaba.
Su
vida sexual fue, como no podía ser menos agitada y variada, pues
tocaba todos los palos. Entre sus soldados y detractores se decía
que era, “el marido de todas las mujeres y la mujer de
todos los maridos” pues se acostó con muchos de ellos, y
ellas. Acuérdense de aquella anécdota que cuenta Plutarco
(historiador de la época) cuando un personaje importante de la
sociedad romana quiso acostarse con la mujer de César. Para ese fin,
aprovechando una fiesta solo para féminas, se vistió como tal para
yacer con ella. Lo pillaron, fue un escándalo, y nunca se supo si
consumó el acto o no, pero Julio César se curó en salud y dijo
aquello de “La mujer de César, además de serlo tiene que
parecerlo” después de reprobarla…¡Claro!.
Unos
de los complejos que tuvo era ser calvo. Lo
fue desde muy joven, para evitarlo se untaba la cabeza con toda
clase de potingues, con pésimo resultado precisamente… Cuenta
también Plutarco que de joven yendo en un barco a Siria
lo secuestraron unos piratas en el Mediterráneo, y tuvieron estos la
desgracia de pedir por él un rescate escaso, (pues
entonces aun no era nadie) César
indignado, mas por esto último que por el secuestro en sí, juró
vengarse, de tal forma que cumplió a rajatabla su promesa, al ser
liberado se propuso acabar con todos ellos, y a fe que lo hizo, no
quedó ni uno.
Después
de ganarlo todo y ser adorado por pueblo romano, tan solo el
asesinato pudo con él. Ocurrió durante los llamados, Idus
de Marzo. Murió a los 56 años. Un grupo de senadores
conjurados, entre ellos Brutus, su hijo adoptivo, lo
apuñalaron veintitrés veces seguidas. La razón que esgrimieron fue
que temían, dado el poder y el cariño que había adquirido entre el
pueblo de Roma, se convirtiera en dictador y terminara con la
República…Según fuentes bien informadas jamás se le pasó por la
cabeza. Por supuesto todos los que habían participado en la conjura
fueron exterminados tras dura persecución. Curiosamente muerto
él acabó la República y comenzó el Imperio con Octavio
Augusto como primer emperador, su sobrino predilecto.
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
29/11/2016
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