martes, 29 de noviembre de 2016

Una mirada al pasado




Si te dice que ya no hay magia en la relación es porque ya le están haciendo trucos con otra varita.
(No viene a cuento pero es simpático)


Según el gran orador romano Cicerón, a Julio César habría que darle el título de Reina, pues hacía las veces de consorte del rey de Bitinia, Nicomedes. También Pompeyo, general romano, contaba de él que…César sometió a las Galias, y Nicomedes sometió a César. Ambos hacían referencia a su bisexualidad.
La historia al igual que las matemáticas son disciplinas que no suelen tener muchos adeptos entre la concurrencia. Me encuentro entre los que huyen de la segunda como alma que lleva el diablo, aunque también es verdad, y según dicen los grandes matemáticos, que es cuestión de poner empeño en conocerlas pues una vez comprendidas son apasionantes. Sin embargo la primera la entiendo como un asunto capital en nuestras vidas pues si queremos entender nuestro presente deberíamos conocer nuestro pasado.
Llevamos de historia más de 5500 años (recuerden que ésta comienza desde que tenemos constancia de documentos escritos; todo lo anterior es prehistoria) y siempre nos proporciona infinidad de hechos, anécdotas y aprendizajes de todo tipo. Y a todos, por cierto, se le pueden extraer suculentas enseñanzas.
Hoy quiero hablar de un personaje excepcional. Leí su biografía hace ya unos años y juro que para los amantes de la historia es muy apetitosa. Fue éste un hombre único, inimitable, y habría que incluirlo entre los personajes más interesantes que ha dado la humanidad, aludo por supuesto a Julio César.
Fue un patricio romano que desempeñó varias funciones dentro de la República, aunque la más conocida fue la de general; para muchos el mejor general que ha dado la historia. Yo lo pondría, incluso, por delante de Napoleón y Alejandro Magno, los otros dos monstruos de la estrategia militar.
Porque Napoleón, al fin y al cabo, salió derrotado en su batalla más importante y decisiva, la de Waterloo. Y gracias a ella, Francia, perdió la hegemonía en Europa, a costa de ganarla su enemigo más acérrimo, Inglaterra. A Napoleón se le detuvo, lógicamente, al terminar esa batalla y se le deportó a la isla de Santa Helena, en los confines del Atlántico Sur. Allí murió en el año 1821, y su cadáver lo retornaron a su Francia natal unas décadas después. Ahora está enterrado y es venerado en un edificio colosal, cerquita de la torre Eiffel, en Los Inválidos de, París. Doy fe de ello porque lo visité, por cierto, una lluviosa mañana de un mes de Julio, mes nombrado así en honor a Julio César, precisamente.
El otro rival, Alejandro Magno, además de ser un magnifico general y estratega conquisto media Asia y Egipto. Fundó ciudades como Alejandría, de las más importantes de la antigüedad y exportó la cultura griega a todos esos territorios, que no es poco. Con un ejército menor que el de sus enemigos los derrotó en tres batallas principales y contra todo pronóstico. Murió en el año 323 a.c. de unas fiebres en Babilonia, la mítica ciudad de los jardines colgantes y una de las siete maravillas del mundo antiguo. La localización de su tumba se ha convertido en uno de los grandes misterios de la historia. De buscarle algún pero, yo diría que los ejércitos a los que derrotó (medos y persas) no estaban tan preparados como el suyo, ni eran tan combativos. De hecho, éstos ya habían sucumbido bajo los atenienses ciento cincuenta años antes. No obstante, el gran Julio César, fue el máximo exponente de la táctica y habilidad militar de la historia. Luchó y ganó mil batallas, contra galos, hispanos, o bárbaros  y lo que era más difícil, contra sus propios compatriotas, como el gran Pompeyo.
Julio Cesar vino al mundo en Roma en el año 100 a.c. en el seno de una familia noble, por lo que estaba predestinado a ocupar cargos políticos relevantes en la República….Y así fue, pasó por destinos como, Pretor, Pontífice y Consulado, éste último precisamente en Hispania.
Su época fue muy convulsa pues coincidió con sublevaciones, triunviratos o el fin de la República y comienzo del Imperio. El senado romano tenía predilección por el general Pompeyo (fundador de Pamplona) gran vencedor para la República de territorios importantes y menospreciaba de alguna manera a Julio César, que desde siempre, ambicionó ser alguien en la historia. Se contaba, con cierto grado de credibilidad, que se lamentaba amargamente porque Alejandro Magno, con treinta años había conquistado medio mundo y él ya con cincuenta no había hecho nada para la historia.
Siendo cónsul solicitó y consiguió del senado el mando de las legiones para combatir a los galos (franceses) que asolaban la parte norte de Italia. Fue el comienzo de su carrera como militar. Venció a docenas de pueblos celtas y germanos de las Galias, sur de Germania e incluso hizo incursiones en Britania, sometiendo a millones de personas, también exterminó tribus enteras.  En cinco años pacificó y se anexionó para la República todo el territorio que tantos disgustos le habían dado a Roma durante siglos. Sus legionarios le adoraban. Legisló para ellos una ley según la cual a todos los veteranos se les concedería tierras y pertrechos gratis al licenciarse.
Una vez pacificada las Galias se decidió volver a Roma y apartar a Pompeyo que pretendía junto al senado hacerse con el poder de facto... Existía una norma no escrita, (para evitar golpes de estado)según la cual ningún general romano podía entrar en Roma armado y al mando de sus legiones. Jamás lo intentó nadie; Julio Cesar lo hizo…Para ello tuvo que pasar el Rubicón un pequeño rio que actuaba como símbolo. Al hacerlo pronunció las míticas palabras…Alea iacta est  (La suerte está echada)
Venció a Pompeyo y a todos sus enemigos patrios en múltiples batallas. Éste último se refugió en Egipto huyendo de él, pero el faraón Ptolomeo XIII (hermano de Cleopatra) le cortó la cabeza y se la ofreció en bandeja de plata a César. Horrorizado éste por la suerte de quien había sido su amigo y, también mayor enemigo, ordenó que se le hiciese un entierro digno.. Allí en Egipto fascinó a Cleopatra, tuvo un hijo con ésta y la ayudó a conquistar el poder en contra de su hermano.
Julio César había tenido una juventud disipada, y fue amante de juergas y orgías de todo tipo. Es increíble como un hombre así, del cual todos pensaban que acabaría como un ser insulso y libidinoso, terminaría siendo el mayor genio militar de la historia. Cuentan sus biógrafos que aguantaba durísimas jornadas de campaña, durmiendo en camastros y malcomiendo lo mismo que sus legionarios. Antes de cada batalla, actuaba, (salvando los conceptos y distancias) como Simeone, el entrenador del Atleti, arengaba de tal forma a sus legionarios que ganó muchas batallas estando en inferioridad de condiciones, gracias a los ánimos  y furia que les insuflaba.
Su vida sexual fue, como no podía ser menos agitada y variada, pues tocaba todos los palos. Entre sus soldados y detractores se decía que era, “el marido de todas las mujeres y la mujer de todos los maridos” pues se acostó con muchos de ellos, y ellas. Acuérdense de aquella anécdota que cuenta Plutarco (historiador de la época) cuando un personaje importante de la sociedad romana quiso acostarse con la mujer de César. Para ese fin, aprovechando una fiesta solo para féminas, se vistió como tal para yacer con ella. Lo pillaron, fue un escándalo, y nunca se supo si consumó el acto o no, pero Julio César se curó en salud y dijo aquello de “La mujer de César, además de serlo tiene que parecerlo” después de reprobarla…¡Claro!.
Unos de los complejos que tuvo era ser calvo. Lo fue desde muy joven, para evitarlo se untaba la cabeza con toda clase de potingues, con pésimo resultado precisamente… Cuenta también Plutarco que de joven yendo en un  barco a Siria lo secuestraron unos piratas en el Mediterráneo, y tuvieron estos la desgracia de pedir por él un rescate escaso, (pues entonces aun no era nadie) César indignado, mas por esto último que por el secuestro en sí, juró vengarse, de tal forma que cumplió a rajatabla su promesa, al ser liberado se propuso acabar con todos ellos, y a fe que lo hizo, no quedó ni uno.
Después de ganarlo todo y ser adorado por pueblo romano, tan solo el asesinato pudo con él. Ocurrió durante los llamados, Idus de Marzo. Murió a los 56 años. Un grupo de senadores conjurados, entre ellos Brutus, su hijo adoptivo, lo apuñalaron veintitrés veces seguidas. La razón que esgrimieron fue que temían, dado el poder y el cariño que había adquirido entre el pueblo de Roma, se convirtiera en dictador y terminara con la República…Según fuentes bien informadas jamás se le pasó por la cabeza. Por supuesto todos los que habían participado en la conjura fueron exterminados tras dura persecución. Curiosamente muerto él acabó la República y comenzó el Imperio con Octavio Augusto como primer emperador, su sobrino predilecto.
Dicho queda…


                                          Joaquín Yerga
                                           29/11/2016


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