Dejadme. Voy muy bien por la existencia
sin mendigar un vítor ni una palma,
pues bastan a mi anhelo y mi creencia
un pedazo de azul en la conciencia
y un rayito de sol dentro del alma..
--Amado Nervo--
No a todo el mundo tiene porqué gustarle España, eso es evidente. Pasa con nuestro país como con todo, que para gustos los colores.. Aun así, nosotros no podemos quejarnos de admiradores y querencias; ahí tenemos los millones de turistas que vienen cada año a saborear nuestras paellas, soles y cubatas..
Entre los detractores de nuestro país, además de los tres o cuatro millones de independentistas que, posiblemente les gustaría verlo desecho y troceado para así ellos ser más grandes y engullir regiones limítrofes, estaba el bueno de Frank Sinatra... Pero, bueno, digamos que éste estaba despechado y celoso de algunos galanes patrios que se acostaban con su mujer Ava Gadner allá por la década de los cincuenta.
De entre los tipos a los que sí les entusiasmaban nuestras costumbres, sobre todo los toros y las fiestas estaba el gran director de cine Orson Welles, que está enterrado en Ronda; el escritor y premio Nobel de literatura Ernest Heminguay o la ya mencionada Ava Gadner, la llamada, “El animal más bello del mundo” que se instaló en Madrid, y por aquí estuvo, a base de jodienda y borracheras durante unos cuantos años...
Otro que también le gustó las juergas madrileñas de final de los cincuenta fue el director de cine de Hollywood, Nicholas Ray; otro que vino el hombre a ahogar sus penas en alcohol y parranda.. Este tipo, bixesual, y alcohólico, estaba amargado desde que en 1955 hizo la película “Rebelde sin causa” y en la que dirigió a James Dean, el joven protagonista, que murió en un accidente con su Porsche cuando apenas rondaba los 24 años. Fue un mazazo para Nicholas Ray. Desde entonces no levantó cabeza, se cree que estaba enamorado del chico.
Samuel Bronston, aquel que hizo de España en la década de los cincuenta un magnifico plató de cine gracias a nuestros paisajes y a los bajos sueldos de los miles de extras que necesitaba para sus enormes producciones, llamó a Nicholas Ray para dirigir la película “Rey de reyes”, a rodar aquí..
Pero al perillan de Nicholas le gustó tanto el ambiente nocturno madrileño que se quedó unos cuantos años.. Montó un club en la Avenida de América y se lo pasó pipa jugando al poker, bebiendo whisky y dando rienda suelta a la amargura que le acompañaba desde la muerte del joven James Dean..
Por cierto, en su famoso club, el “Nickas” (el culo de Nick) se daban cita lo más granado de la golfearía madrileña. Una de las que no faltaba ni una noche era una tal Mari Trini, entonces una jovencisima chica murciana de ojos azules de la que Nicholas estaba encaprichado. ¿O quizás fuera del jovenzuelo Carlos Larrañaga, que también frecuentaba el club, del que estaba prendado Nicholas?. No olvidemos que era bisexual..
Es verdad que los que he nombrado como amantes de nuestro país por una u otras razones no son los más, digamos recatados y honrados tipos que podríamos encontrar, pero fueron gente inteligente que dejaron huella.. ¡A ver qué huella dejan estos papanatas nacionalistas que tanto nos odian!..
Joaquin Yerga
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