¡Buenas
noches, amor mio,
buenas
noches! Yo quedo en las tinieblas
y
tú volaste hacia el amanecer...
¡Hasta
mañana, amor, hasta mañana!
Porque,
aun cuando el destino
acumulara
lustro sobre lustro
de
mi prisión de por vida, son fugaces
esos
lustros; sucédense los días
como
rosarios, cuyas cuentas magnas
son
los domingos...
Son
los domingos, en que, con mis flores
voy
invariablemente al cementerio
donde
yacen tus formas adoradas.
¿Cuántos
ramos de flores
he
llevado a la tumba? No lo sé
¿Cuántos
he de llevar? Tal vez ya pocos
¡Tal
vez ya pocos! ¡Oh, que perspectiva
deliciosa!
¡Quizás
el carcelero
se
acerca con sus llaves resonantes
a
abrir mi calabozo para siempre!
¿Es
por ventura el eco de sus pasos
el
que se oye, a través de la ventana,
avanzar
por los quietos corredores?
¡Buenas
noches,amor de mis amores!
Hasta
luego, tal vez..., o hasta mañana.
(Amado
Nervo)
Después
de la muerte de Jesucristo, crucificado, a las nueve en punto de la
mañana, fueron los apóstoles los que siguieron sus ideas y las
distribuyeron por todo el imperio romano pero.. los apóstoles no
sólo fueron los doce que todos creemos, ¡Qué va! fueron muchos
más...
Hay
datos fiables según los cuales al menos setenta y dos discípulos de
Jesús le precedían cada vez que entraba en alguna ciudad. Un día
antes de que Jesús entrara en la población elegida, estos
incondicionales preparaban los lugares donde de iba a impartir sus
charlas y predicas. Por cierto, se presentaban siempre descalzos. Y
no solo eso, una multitud de entregados seguidores, hombres y
mujeres, seguían a Jesús de sitio en sitio allá donde iba.
Entre
los primeros apóstoles que reclutó Jesús después de verse con
Juan “El Bautista” y hacerse bautizar por éste, estaban: Andrés un
pescador que había seguido antes a Juan y Pedro, un tipo impulsivo, generoso y tímido hasta la vileza, según algunos
textos. También se añadieron al grupo Santiago y Juan, hijos de
Zebedeo, pescadores todos, y Mateo, éste funcionario y, pásmense,
resulta que el odiado Judas Iscariote, (el traidor) que también se
apuntó entonces, era el encargado de administrar los escasos fondos
de la pequeña comunidad ¡Ya ven, la zorra al cuidado del gallinero!., una especie de Luis Bárcenas de la época.
Después de muerto Jesús, los
dos mandamases de todo éste cotarro, por decirlo de manera gruesa,
eran Pedro y Pablo (casi igual que ahora en la política). De Pedro ya sabemos que era el preferido de Jesús, y
Pablo fue un burgués judío que perseguía con saña a los primeros
cristianos pero ¡Claro! hasta que cayó el caballo, se dio un golpe
en la cabeza del que estuvo tres días inconsciente y durante el cual
se le apareció Cristo... y se convirtió.
Pablo,
muy arrepentido de todo lo que había hecho hasta entonces se
trasladó a Jerusalén a hacerse perdonar por Pedro. Éste le perdonó
y se hicieron amigos, diseñando ambos la manera de convertir a más
fieles, es decir, pusieron la primera piedra de lo que seria después
la enorme empresa del Cristianismo.
Permítanme
un par de curiosidades: en ésta futura gran multinacional que fue el
Cristianismo, el director ejecutivo fue sin duda Pablo, que desde un
principio lo tuvo muy claro y pensó evangelizar a todo el mundo y no
sólo a judíos como pretendía Pedro; para eso admitió en la nueva
fe a tipos que no estaban circuncidados (solo los judíos lo estaban)
Acuérdense, la circuncisión consiste en liberar al glande (la
cabeza del pene) de la telilla que le impide mostrarse tal cual es de
frondoso ¡Vaya manera de explicar el asunto, perdónenme!.
Otra
curiosidad de ambos: cuando Pedro fue detenido en Roma junto a otros
cristianos por los secuaces de Nerón a propósito del incendio de la
ciudad, pidió ser crucificado boca abajo, como respeto y
consideración a Jesucristo, que lo hizo en nombre de todos los
pecadores de la tierra; parece ser que le fue concedida esta
petición. Sin embargo, Pablo fue decapitado pues al ser ciudadano
del imperio tenia derecho de súplica; había nacido en Tarso (Siría)
que era parte del Imperio romano. ¡Menudo "chollo" los que tenían el
privilegio de ser ciudadanos romanos, sólo le cortaban la cabeza de
un tajo!.. Al resto crucifixión...
Los
primeros cristianos se reunían en secreto. Las mujeres también
participaban en el culto aunque con la cabeza cubierta para ocultar
los cabellos. El sacerdote bendecía el pan (igual que ahora) y la
ceremonia concluía con el beso de amor y fraternidad entre todos. Algunos debieron entenderlo mal porque pronto se determinó que
los besos se dieran de hombre a hombre y de mujer a mujer, y con la
boca cerrada para evitar malos entendidos ¡Qué harían algunos!
¡Igual aprovechaban y sacaban la lengua!..En fin, ahora somos más
prudentes sólo no damos las manos.
En
las primeras comunidades cristianas el aborto estaba prohibido (en
Roma era muy habitual el aborto) y el divorcio permitido solo si la
mujer lo solicitaba (en eso estaban muy adelantados). En el tema de
la homosexualidad ha cambiado poco el cuento, tampoco la permitían.
Eso sí, todos los cristianos estaban obligados a recoger a los niños
abandonados, adoptarlos y darle una buena educación cristiana.
Para
terminar con estas curiosidades que, seguro no conocían, en aquella
lejana y primeriza época sólo se administraban dos sacramentos: el
bautismo, que se hacía cuando el individuo ya era mayor (esto lo
hacen ahora los Testigos de Jehová) y la confirmación. En la
muerte, el finado ya no era cosa de la familia, sino que era la
comunidad la encargada de hacerle un buen funeral y enterrarlo en
tumbas excavadas en paredes haciendo galerías, es decir, lo que
todos conocemos por catacumbas.
Espero
que les haya servido de algo..
cosasdejoaquinyerga@blogspot.com
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