lunes, 22 de junio de 2020

Ay, si Colón levantara la cabeza...




Amiga...
Dulce melodía de amor me inspira tu voz.
A sugerente aventura inducen tus labios.
Tus besos son pétalos de rosa en mi boca;
un sutil roce de seda, igual que posa la mariposa
en tierna flor sus delicadas alas.
Con ellos me ofreces un cielo donde aquietar
mi alma esa eternidad soñada..
--Joaquín--


Parece ser que entramos en una época de revisión feroz de todo el pasado. Ya lo vemos en los medios informativos a diario. En los Estados Unidos sobre todo y, aprovechando el tema del racismo policial contra lo negros, que yo no discuto por desconocimiento, hordas de gentes andan atareados tirando estatuas, quemando placas conmemorativas y cambiando nombres de calles, plazas, etcétera, de todo aquello que huela a los primeros colonizadores de aquel continente. Empezaron con Colón, y ya van por Junipero Serra, el fraile que fundó San Francisco y Los Angeles. Ahora le han puesto el ojo a Isabel la Católica y a un mural suyo que tienen en el Capitolio. Desconocen que ésta mujer defendió con ahínco a los indígenas americanos..
Bueno, he de decirles que ése movimiento lo empezamos aquí hace unos años, acuérdense de los cambios de nombres de calle que tanto nos gusta hacer cada vez que entra un nuevo régimen. Yo, y perdónenme que les diga, creo que si hemos llegado a ser como somos en progreso y hasta en pretender llegar a buscar la igualdad absoluta entre los hombres, algo inaudito en la civilización humana, es porque no todo lo hemos hecho mal. En mi opinión debemos dejar el pasado como está, mejorar el presente y encontrar juntos un futuro pleno de igualdad entre hombres y mujeres del mundo..
Comprendo perfectamente la indignación de la comunidad afroamericana de los Estados Unidos por la muerte alevosa del joven de raza negra George Floyd a manos de una policía, quizás aún supremacista, y sé de la necesidad de curar las heridas de un pasado reciente no muy tolerante precisamente en ése país, pero de ahí a despotricar de todo lo que pasó en los cinco siglos de colonización europea va un trecho..
Todo aquél que tenga un pasado exquisito que levante la mano, que diría aquel. Si nos ponemos en esa tesitura deberíamos destruir las pirámides de Egipto, el Partenón de Atenas, la torre Eiffel de París, el acueducto de Segovia, el Palacio Real de Madrid y hasta la Sagrada Familia de Barcelona, puesto que se erigieron, o bien con esclavos o con trabajadores explotados y con los sueldos bajísimos de entonces, y claro, esto no tendría sentido.
Si nos ponemos exquisitos con el pasado, también deberíamos profanar la tumba de Napoleón en París (provocó cientos de miles de muertos), la de Lincoln en Sprinfield (abolicionista pero racista) la Jefferson en Washington (tenía a su servicio un montón de esclavos) la de Lenin en Moscú (ordenó miles de asesinatosla de Perón en Buenos Aires (prohibió el voto a los homosexuales) o la de Simón Bolivar en Caracas (no hacía prisioneros, masacró a miles de ellos) y de paso las de casi todos los artistas, escritores, pintores, directores de cine etcétera, sacar los restos de estos personajes, quemarlos y previo ritual o aquelarre esparcir sus cenizas por los alrededores, como hacían en le Edad Media con los dirigentes que caían en desgracia, porque, claro, la inmensa mayoría de todos estos vivían acorde con sus tiempos y posiblemente tenían esclavos (no necesariamente negros) o eran machistas tal y como era la sociedad de entonces..
En fin, no hagamos el canelo, dejemos el pasado y la historia como está, y sobre todo que nos sirva para no repetir lo malo y aprender de lo bueno, que también lo hubo y mucho. La mejor prueba de esto es comprobar hasta donde hemos llegado en progreso, teniendo en cuenta que partíamos de unos monos que andaban por los arboles..
Lo dicho.. 

Joaquín

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