jueves, 29 de junio de 2017

El hombre indiscreto.




Todos los hombres matan lo que aman; 
que no lo olvide nadie:
quién con una mirada, 
quién con un donaire;
el cobarde con un beso 
y el valiente con la espada.
Oscar Wilde



Si Oscar Wilde estuviera vivo hoy en día, no dudo que hace unas cuantas semanas se hubiera dado una vuelta por Madrid en la fiesta del Orgullo Gay, por su condición de homosexual.
El dandi y pisaverde Oscar Wilde fue un tipo quizás muy desfasado en su estética, incluso para la época en que vivió, pero es que siempre hacía lo que le daba la gana, y nadie jamás le amedrentó por ello. Nació en Dublín a mitad del siglo XIX y murió (voluntariamente exiliado) en París justo al comenzar el siglo XX. De él es conocida, ademas de sus obras, las numerosas frases ocurrentes y aforismos que escribió a lo largo de su vida.
Efectivamente Oscar Wilde fue extemporáneo en el vestir pero lo hacía conscientemente, y un pelin provocador. Fue un hombre excepcional en todo (por lo excesivo), tanto en su obra como en su vida. También, como no, lo fue en su muerte.
Según quienes le conocieron, una de las cosas que más asqueaba a Wilde era el fariseismo y la hipocresía de la gente de su tiempo. Y más si estos tiempos eran nada menos que la remilgada época Victoriana.  
De la época Victoriana sabemos de su mucha pose, su mucho aparentar y su puritanismo. De puertas afuera ¡claro! porque después, en la intimidad, todo era frustración y mentiras. Wilde vivió de manera opuesta a esos usos. Como buen conocedor de esa sociedad se burló de ella y la criticó abiertamente en su vida y en su obra.
A los veinte años se traslada a Londres porque para su manera de ser extravagante y con un ego infinito, necesitaba un espacio amplio y con gran repercusión en donde explayarse. Y que también por supuesto le valoraran como él se creía merecer. Y para eso Dublín no daba la talla.
Allí en la capital inglesa empieza a escribir y a frecuentar eventos y lugares propios de gente de alto copete, no tardando mucho en darse a conocer por sus obras y su dominio del lenguaje. Hasta tal punto llegó a ser popular en esos ambientes que el mismísimo Príncipe de Gales exigió que se lo presentaran. Dijo de él “Quien no conoce al señor Wilde no es conocido en sociedad.”
Durante bastante tiempo sus obras se anunciaron y representaron en los mejores teatros de Londres. El fantasma de CantervilleUna mujer sin importancia o La importancia de llamarse Ernesto, fueron de las mas exitosas. De esta última se ha llegado a decir que es la comedia mas perfecta que se ha escrito nunca. Cuando publicó El retrato de Dorian Graysu mujer, Constance, llegó a manifestar que a partir de entonces nadie les invitaba a su casa. Aludía a la temática de sus obras, todas mordaces y muy criticas con la sociedad de entonces.
Uno de los aspectos mas trascendentales en la vida Oscar Wilde fue su homosexualidad, porque esto indiscutiblemente le llevó a morir atormentado y demasiado joven. Aunque Wilde nunca tuvo contacto carnal con hombres hasta bastante después de casado. Su mujer siempre fue muy comprensivo con él, incluso tuvieron dos hijos. No obstante su famosa frase “El único modo de evitar una tentación es caer en ella” la dijo precisamente en aquellos días.
Todo empezó durante una pequeña crisis matrimonial en la que conoció a lord Alfred Douglas y se enamoró de él. Alfred (Bosie para los amigos) era un joven absurdo, vanidoso y con un carácter tremendamente destructivo. Su padre era el lunático y rigorista marqués de Queesnsberry, que al conocer las andanzas amatorias de su hijo con Wilde, se propuso meterlo en la cárcel y a fe que lo consiguió. 
Fue después de ásperos y largos juicios, durante los cuales se le acusó de sodomita cuando Wilde se vio perdido. Aun así, lejos de negar lo evidente como le aconsejaban sus abogados, se defendió haciendo alarde de su fina ironía. Cosa que escandalizó sobremanera a los miembros del jurado, al juez, y al personal invitado de la sala.
Le cayeron solo dos años de trabajos forzados pero debido a las pésimas condiciones de salubridad de la prisión contrajo tuberculosis y otras calamidades, lo que le llevó a la muerte un par de años después de ser puesto en libertad. A él, que lo había sido todo en la vida no solo le arrebataron la libertad y sus bienes materiales, sino que le despojaron de sus derechos mas preciados, volver a ver a sus hijos, y sobre todo su dignidad.
Durante su estancia en la cárcel escribió.. De Profundis, una carta implacable y brillante de cincuenta mil palabras, todas dedicadas a su gran amor, el papanatas lord Alfred Douglas (Bosie). Éste imbécil pasó de él a pesar de ser el culpable de todo lo malo que aconteció en su vida. Oscar Wilde tenÍa una mente tan privilegiada que en sus mordaces e inteligentes frases nos lo revela continuamente cada vez que le echamos un vistazo.
Su tumba en el cementerio parisino de Pére-Lachaise es de las mas visitadas de Europa.
Dicho queda...


                             Joaquín Yerga
                             29/06/2017






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