viernes, 23 de junio de 2017

En busca del Arca perdida

                                                                                   


                                                               


Nunca un soplo de amor llevó una brizna
a mi corazón.
Jamás un beso, ni caricia alguna
me impregnó con sus mieles sabrosas.
Hoy, sin embargo, desespero por tus besos.
Has corrido las cortinas de mi alma
y un esplendoroso universo de sentimientos
se exhibe ante mis ojos..
--Joaquín--


Aconteció un día en la historia de la humanidad en el que Dios, a pesar de haber creado a su imagen y semejanza a los hombres, éstos se le descarriaron. Y tanto llegó a enojarse con ellos que amenazó con acabar con todos. Pero luego recapacitó y decidió salvar de la extinción al único hombre justo que moraba en la tierra, Noé, y con él a su familia.
Porque de todos es sabido que Dios creó el mundo y decidió dejar a su albedrío a los humanos. Aunque éstos ya desde los inicios de los tiempos empezaron a hacer de las suyas, ¡se desmadraron!. 
Hasta un punto tal alcanzó la indignación de Dios, que por su cabeza pasó enviar sin más dilación un Diluvio Universal sobre la tierra y acabar con todos de una vez. ¡¡Harto estaba, el hombre!!..
Sin embargo se acordó Dios de Noé. Le buscó, y le habló:
--¡Noé, Noé, estoy indignado con los hombres!. ¡Quiero acabar con todos!. ¡Sólo a ti y a tu familia salvaré; eres el único hombre honesto sobre la tierra!..
Escuchó Noé a Dios con atención y se mostró dispuesto a cumplir sus deseos.
--¡Noé!-- siguió hablándole Dios--  --tienes que construir un Arca de madera de 150 mts. de largo, por 25 de ancho, por 15 de alto y meter en ella a una pareja de todos los animales que habitan la tierra. Te doy quince días de plazo; después comenzarán los aguaceros.
Noé se las compuso bien y obedeció como un buen hijo, a pesar de que tenia ya el buen hombre la avanzada edad de 600 años; eso sí, recién cumplidos. Y diluvió durante cuarenta días y cuarenta noches.. Las aguas subieron quince metros y el Arca estuvo a la deriva durante un año..
La tripulación del barco, es decir, Noé, su mujer y sus tres hijos (Cam, Sem y Jafet) andaban ya desesperados. Había pasado un año y las aguas no bajaban. Soltaron una paloma, pero está regresó al poco tiempo (señal que no encontraba tierra donde posarse). Volvieron a repetir la acción varios días después y, ¡Eureka! aquella regresó con una rama de olivo en su pico. La cosa mejoraba...
A la tercera intentona la paloma ya no volvió (señal de tierra cercana). Sin mas dilación Noé se dispuso bajar a tierra firme. Una vez terminada la faena del desembarco y la posterior posesión de las nuevas tierras, Dios le prometió que nunca jamás volvería a enviar otro Diluvio sobre los hombres. De momento lo ha cumplido...
Por cierto, a Noé (Noah en hebreo) se le adjudica la invención del vino; él fue el primero que plantó una parra. Después lo elaboró con sus propias manos, y pies.. También fue el primer humano que agarró una excepcional cogorza, porque...
Borracho como una cuba se tumbó completamente desnudo en la esterilla de su tienda y fue su hijo Cam quien, abochornado de ver así a su padre, lo tapó con una manta. 
Pero al despertarse Noé (imagino que con una resaca de padre y muy señor mío), la emprendió con su nieto Canaán, (hijo de Cam), llamándole de todo menos bonito y maldiciendo su linaje. Y es aquí donde comienza la discordia entre los entendidos. ¿Porqué maldice a su nieto y no a su hijo que fue el que tapó sus vergüenzas?. En fin..
Hasta hace muy poco tiempo aún se buscaban restos del Arca de Noé por alguna zona del cercano oriente. Incluso una expedición reciente al monte Ararat en Turquía, (que es el más alto de la zona), aseguraba (hay fotos) haber encontrado restos de maderas en su cumbre que pudieran tratarse de la famosa Arca. Todavía andan algunos enfrascados haciendo cálculos.
Por cierto, según el Génesis, todos los hombres y mujeres descendemos directamente de Adán y Eva, pero si nos fijamos detenidamente nuestro verdadero padre es el vejete y borrachín Noé. Él, y su familia, fue el único hombre que quedó vivo tras el Diluvio, ¿no les parece?.. Y su mujer, Naamah, nuestra madre, ¡claro!..
Joaquín Yerga





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