Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Es
mejor estar callado y parecer estúpido que abrir la boca y disipar
las dudas.
A.
Lincoln
Al
contrario que nosotros, que valoramos tarde y mal y olvidamos rápido,
los norteamericanos veneran a sus Padres de la Patria como
seres sobrenaturales. Para ellos son el espejo donde mirarse y están
bien orgullosos de la nación que crearon una vez, hace unos escasos
250 años.
Los
primeros de esos padres fueron los llamados, siete
fundadores, que redactaron la Carta de Independencia en 1776,
culminando así la emancipación definitiva de Inglaterra. Sin
embargo, pasado el tiempo y acaecida la historia se ha depurado esa lista y son cuatro los que han quedado como los pilares en los que se
sostiene el gran armazón heroico-emotivo de los Estados Unidos:
George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore
Roosevelt. Todos ellos han sido presidentes.
Los
que hayan visto la película de Hitchcock, “Con la muerte en los
talones” recordarán ya casi al final de ella, el escenario donde
está ambientada. Se trata ni mas ni menos que del monte Rushmore.
Allí están esculpidas las cabezas de esos cuatro personajes épicos
de la nación. Y se acordarán de Cary Grant (Mr. Káplan)
descolgarse por la inmensa nariz o sujetarse en las orejas de una de
las enormes efigies mientras era perseguido por dos esbirros. Éste
famoso conjunto de estatuas está situado cerca de la localidad de
Keystone en el estado de Dakota del Sur. Lo modeló un tal Gutzon
Borglum, ayudado por mas de cuatrocientos trabajadores. Se realizó
la proeza entre 1927 y 1941, y los bustos miden cada uno dieciocho
metros de altura. Impresiona contemplar las cuatro cabezas
sobresaliendo de las graníticas rocas de la montaña.
De
los cuatro estadistas tan principales quizás Abraham Lincoln sea, con mucho, el mas admirado por todos. Lo fue por muchos motivos pero
el más importante, sin duda, el haber salvado a su patria de su
desmembramiento durante la guerra de secesión. A estos Padres
de la Patria se les honra con vehemencia porque
hicieron mucho por su país, sentaron las bases de lo que luego sería
el mas poderoso del mundo. No obstante y como todo ser humano
imperfecto que somos, cada uno de ellos tienen otra cara menos
amable. Mi propósito es mostrarles hoy ese lado oscuro y turbio de
cada uno. Aun sin menospreciar, por supuesto, su gran labor política.
Si
hacemos bien las cosas y empezamos por el mas antiguo, es decir, por
orden cronológico, deberíamos hacerlo por:
George
Washington, el primer presidente de los Estados Unidos. Fue un
rico propietario de Virginia y quizás el mejor preparado para
ponerse al frente de las fuerzas independentistas. De pequeño
padeció de viruelas y al superarlas quedó ya inmunizado de ellas.
Este percance le sirvió después para aguantar impertérrito la
epidemia de éste virus que, parece ser, esparcieron los ingleses
adrede para acabar con los americanos de esa manera tan ruin, en vez
de hacerlo noblemente con las armas. Otra de las curiosidades de
Washington fue la fea dentadura que tenia. Se quedó sin dientes a
los veinte años, aunque como era un manitas de grueso calibre él
mismo llegó a fabricarse unas cuantas a lo largo de su vida. Y le
funcionó, una de ellas se muestra en el Museo de Odontología de
Báltimore. Por cierto, éste personaje, junto al resto, plasmaron en
la Carta de Fundación muy bonitas palabras sobre la
igualdad entre los hombres y tal, pero el gran George llegó a
tener, hasta su muerte, a mas de doscientos esclavos negros en sus
fincas.
Eso
sí, al terminar la guerra tal fue su prestigio que muchos de sus
compañeros quisieron hacerle primer rey de los Estados Unidos. Menos
mal que el se negó. ¡A saber en lo que habría derivado el tema…!
Como todos sabemos a la capital de este inmenso país, así como al
estado de la costa oeste cuya ciudad principal es Seattle (cuna y
sede de Microsoft) se les puso el nombre de Washington, en su honor.
El
tercer presidente, y otro gran hombre idolatrado por los yanquis fue, sin duda, Thomas Jefferson. Al igual que George Washington
terrateniente y aristócrata. Éste fue el verdadero ideólogo del
cotarro y el más preparado de los padres fundadores. Estudió e hizo de
todo, filosofía, literatura, arquitectura etc. Durante su
presidencia compró Luisiana a Francia por dos perras y creó la
universidad de Virginia. Se casó con una joven viuda de veintitrés
añitos y tuvo unos cuantos hijos. No obstante enviudó muy pronto y
se amancebó con una esclava negra de su propiedad Sally Hemming, con
treinta años menos. Parió ella un montón de niñitos mulatos de
él. Por supuesto, como eso estaba mal visto mantuvo el largo romance
en secreto. ¡Claro! que cuando la gente visitaba su residencia se
sorprendía sobremanera al comparar el gran parecido físico de estos
niños esclavos con el bueno de Thomas. Hace unos años la revista
Nature se propuso hacer un estudio. Recogieron unas muestras de ADN
de gente de la zona y resulta que mas de 800 personas portan un
cromosoma especial que solo puede ser del tercer presidente, “el
despabilado y fogoso” Jefferson.
Al
ser el principal redactor de la Constitución
Americana, en donde se dice que todos los hombre
nacemos y seremos iguales, demuestra que un poquillo hipócrita al
igual que Washington, si que era, pues en su diario y cartas
personales escribió cosas como: “No se debe permitir la mezcla de
blancos y negros porque eso degrada a la humanidad...” Y cosas
peores…
Otro
al que tampoco le gustaba mucho los negros ni las mujeres fue Abraham
Lincoln. A los norteamericanos que no les importa reconocer
estos, digamos, sensibles datos ya lo saben y los toleran. A los que
no los aceptan tendrán que negar la evidencia o
taparse los oídos.
Abraham
si fue un humilde granjero de Illinois que gracias a su verborrea
llegó a ser presidente en un momento crucial de los Estados Unidos.
Al igual que Churchill salvó a Inglaterra en la Segunda Guerra
Mundial, Linconl libró a los americanos de una división del país.
Pero esto no quita para que, según muchos, fuera un racista. Es
cierto que emancipó a los negros, pero lo hizo como estrategia
militar y no como hombre ecuánime y humanitario. Lo de las mujeres
iba por otros asuntos. Fue un homosexual sin llegar a salir del
armario, entonces no se podía. Se casó y tuvo hijos pero él como
se lo pasaba pipa era con gente de pelo en pecho. Murió asesinado
por un sudista al final de la guerra.
El
jinete que nos falta de los Cuatro del Apocalisis es el gran,Theodore
Roosevelt. Éste fue presidente a principios del siglo XX y
a nosotros los españoles nos debería traer malos recuerdos. Fue él
quien maniobró en Cuba con malas artes para declararnos la guerra
con la intención de quedársela ellos. Y lo consiguió, por cierto.
Está considerado por los norteamericanos como un buen presidente por
las muchas leyes progresistas que aprobó. En temas personales
diremos que se casó muy joven con una chica de buena familia que
murió a los dos días de dar a luz su hija. Su madre, la Sra.
Roosevelt, había muerto once horas antes. Él lo pasó muy mal y se
retiró de la vida pública, pero solo por un par de años. Dejó
escrito en su diario “Hoy se ha ido la luz de mi vida”, Claro que
la luz volvió poco después, pues se casó otra vez con otra joven.
Y ésta si le duró hasta el final de sus días.
Los
Estados Unidos es el país mas rico del mundo. Su democracia es de
las mas consolidadas de la historia y todo eso en buena medida se lo
deben a esos cuatro Padres de
la Patria. Recientemente ha aparecido otro personaje
revolucionario y digno de fama, Donald Trump, aunque me temo
que a éste no le esculpirán su busto en el monte Rushmore, pues
quizás no llegue a cumplir los cuatro años de mandato. Yo lo
propondría como el primer Padrastro de la Patria, y
esperaría al resto.
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
09/06/2017
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