viernes, 9 de junio de 2017

Los cuatro jinetes del Apocalipsis





Es mejor estar callado y parecer estúpido que abrir la boca y disipar las dudas.
A. Lincoln




Al contrario que nosotros, que valoramos tarde y mal y olvidamos rápido, los norteamericanos veneran a sus Padres de la Patria como seres sobrenaturales. Para ellos son el espejo donde mirarse y están bien orgullosos de la nación que crearon una vez, hace unos escasos 250 años.
Los primeros de esos padres fueron los llamados, siete fundadores, que redactaron la Carta de Independencia en 1776, culminando así la emancipación definitiva de Inglaterra. Sin embargo, pasado el tiempo y acaecida la historia se ha depurado esa lista y son cuatro los que han quedado como los pilares en los que se sostiene el gran armazón heroico-emotivo de los Estados Unidos: George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt. Todos ellos han sido presidentes.
Los que hayan visto la película de Hitchcock, “Con la muerte en los talones” recordarán ya casi al final de ella, el escenario donde está ambientada. Se trata ni mas ni menos que del monte Rushmore. Allí están esculpidas las cabezas de esos cuatro personajes épicos de la nación. Y se acordarán de Cary Grant (Mr. Káplan) descolgarse por la inmensa nariz o sujetarse en las orejas de una de las enormes efigies mientras era perseguido por dos esbirros. Éste famoso conjunto de estatuas está situado cerca de la localidad de Keystone en el estado de Dakota del Sur. Lo modeló un tal Gutzon Borglum, ayudado por mas de cuatrocientos trabajadores. Se realizó la proeza entre 1927 y 1941, y los bustos miden cada uno dieciocho metros de altura. Impresiona contemplar las cuatro cabezas sobresaliendo de las graníticas rocas de la montaña.
De los cuatro estadistas tan principales quizás Abraham Lincoln sea, con mucho, el mas admirado por todos. Lo fue por muchos motivos pero el más importante, sin duda, el haber salvado a su patria de su desmembramiento durante la guerra de secesión. A estos Padres de la Patria se les honra con vehemencia porque hicieron mucho por su país, sentaron las bases de lo que luego sería el mas poderoso del mundo. No obstante y como todo ser humano imperfecto que somos, cada uno de ellos tienen otra cara menos amable. Mi propósito es mostrarles hoy ese lado oscuro y turbio de cada uno. Aun sin menospreciar, por supuesto, su gran labor política.
Si hacemos bien las cosas y empezamos por el mas antiguo, es decir, por orden cronológico, deberíamos hacerlo por:
George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos. Fue un rico propietario de Virginia y quizás el mejor preparado para ponerse al frente de las fuerzas independentistas. De pequeño padeció de viruelas y al superarlas quedó ya inmunizado de ellas. Este percance le sirvió después para aguantar impertérrito la epidemia de éste virus que, parece ser, esparcieron los ingleses adrede para acabar con los americanos de esa manera tan ruin, en vez de hacerlo noblemente con las armas. Otra de las curiosidades de Washington fue la fea dentadura que tenia. Se quedó sin dientes a los veinte años, aunque como era un manitas de grueso calibre él mismo llegó a fabricarse unas cuantas a lo largo de su vida. Y le funcionó, una de ellas se muestra en el Museo de Odontología de Báltimore. Por cierto, éste personaje, junto al resto, plasmaron en la Carta de Fundación muy bonitas palabras sobre la igualdad entre los hombres y tal, pero el gran George llegó a tener, hasta su muerte, a mas de doscientos esclavos negros en sus fincas.
Eso sí, al terminar la guerra tal fue su prestigio que muchos de sus compañeros quisieron hacerle primer rey de los Estados Unidos. Menos mal que el se negó. ¡A saber en lo que habría derivado el tema…! Como todos sabemos a la capital de este inmenso país, así como al estado de la costa oeste cuya ciudad principal es Seattle (cuna y sede de Microsoft) se les puso el nombre de Washington, en su honor.
El tercer presidente, y otro gran hombre idolatrado por los yanquis fue, sin duda, Thomas Jefferson. Al igual que George Washington terrateniente y aristócrata. Éste fue el verdadero ideólogo del cotarro y el más preparado de los padres fundadores. Estudió e hizo de todo, filosofía, literatura, arquitectura etc. Durante su presidencia compró Luisiana a Francia por dos perras y creó la universidad de Virginia. Se casó con una joven viuda de veintitrés añitos y tuvo unos cuantos hijos. No obstante enviudó muy pronto y se amancebó con una esclava negra de su propiedad Sally Hemming, con treinta años menos. Parió ella un montón de niñitos mulatos de él. Por supuesto, como eso estaba mal visto mantuvo el largo romance en secreto. ¡Claro! que cuando la gente visitaba su residencia se sorprendía sobremanera al comparar el gran parecido físico de estos niños esclavos con el bueno de Thomas. Hace unos años la revista Nature se propuso hacer un estudio. Recogieron unas muestras de ADN de gente de la zona y resulta que mas de 800 personas portan un cromosoma especial que solo puede ser del tercer presidente, “el despabilado y fogoso” Jefferson.
Al ser el principal redactor de la Constitución Americana, en donde se dice que todos los hombre nacemos y seremos iguales, demuestra que un poquillo hipócrita al igual que Washington, si que era, pues en su diario y cartas personales escribió cosas como: “No se debe permitir la mezcla de blancos y negros porque eso degrada a la humanidad...” Y cosas peores…
Otro al que tampoco le gustaba mucho los negros ni las mujeres fue Abraham Lincoln. A los norteamericanos que no les importa reconocer estos, digamos, sensibles datos ya lo saben y los toleran. A los que no los aceptan tendrán que negar la evidencia o taparse los oídos.
Abraham si fue un humilde granjero de Illinois que gracias a su verborrea llegó a ser presidente en un momento crucial de los Estados Unidos. Al igual que Churchill salvó a Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, Linconl libró a los americanos de una división del país. Pero esto no quita para que, según muchos, fuera un racista. Es cierto que emancipó a los negros, pero lo hizo como estrategia militar y no como hombre ecuánime y humanitario. Lo de las mujeres iba por otros asuntos. Fue un homosexual sin llegar a salir del armario, entonces no se podía. Se casó y tuvo hijos pero él como se lo pasaba pipa era con gente de pelo en pecho. Murió asesinado por un sudista al final de la guerra.
El jinete que nos falta de los Cuatro del Apocalisis es el gran,Theodore Roosevelt. Éste fue presidente a principios del siglo XX y a nosotros los españoles nos debería traer malos recuerdos. Fue él quien maniobró en Cuba con malas artes para declararnos la guerra con la intención de quedársela ellos. Y lo consiguió, por cierto. Está considerado por los norteamericanos como un buen presidente por las muchas leyes progresistas que aprobó. En temas personales diremos que se casó muy joven con una chica de buena familia que murió a los dos días de dar a luz su hija. Su madre, la Sra. Roosevelt, había muerto once horas antes. Él lo pasó muy mal y se retiró de la vida pública, pero solo por un par de años. Dejó escrito en su diario “Hoy se ha ido la luz de mi vida”, Claro que la luz volvió poco después, pues se casó otra vez con otra joven. Y ésta si le duró hasta el final de sus días.
Los Estados Unidos es el país mas rico del mundo. Su democracia es de las mas consolidadas de la historia y todo eso en buena medida se lo deben a esos cuatro Padres de la Patria. Recientemente ha aparecido otro personaje revolucionario y digno de fama, Donald Trump, aunque me temo que a éste no le esculpirán su busto en el monte Rushmore, pues quizás no llegue a cumplir los cuatro años de mandato. Yo lo propondría como el primer Padrastro de la Patria, y esperaría al resto.
Dicho queda…
                                Joaquín Yerga
                                09/06/2017


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