De Ikea y otras rubias.
Las
albóndigas del Ikea están hechas con la gente que no encuentra la
salida de la tienda.
(Una
noticia que no está confirmada)
”Muerte
a los reyes” Ésta consigna tatuada en su cuerpo y escrito en
francés se la encontraron los médicos de Carlos
XIV, rey de Suecia, cuando fueron a amortajarlo el día de
su fallecimiento. Ésta peculiar paradoja ocurría allá por el año
del señor de 1844.
Pudiera
parecer cuanto menos incomprensible, o que de una inocentada se
tratara, pero tiene una explicación plausible. Éste rey antes de
coronarse, en absoluto provenía de familia real. No era de sangre
azul ni era sueco, sino un plebeyo. Si, con todas las de la ley,
un plebeyo y además francés.
Resulta
que antes de aceptar la corona de Suecia que le
propuso una comisión formada por los personajes más relevantes
de ese país, éste buen hombre había sido un general del ejército
de Napoleón. Es más, uno de sus favoritos. De hecho,
fue éste,(Napoleón), el que le hizo casar con una antigua amante
suya Desiré, que era a su vez hermana de la mujer de su
hermano José (Pepe botella para los castizos
madrileños). Y ya sabemos la preocupación del gran corso
(Napoleón) por colocar estupendamente a toda su familia y
amiguetes.
Jean-Baptiste
Bernadotte, así se llamaba el futuro Carlos XIV de
Suecia cuando todavía era plebeyo. Y como venía de la
revolución francesa (fue un furibundo revolucionario y
antimonarquico) pues de ahí lo del tatuaje. Cuando la guerra
de Francia contra Suecia estaba al mando
de las tropas francesas, y tan bien se portó con los prisioneros
suecos que éstos le cogieron tal cariño que viendo que su rey no
tenía posibilidad de engendrar herederos se acordaron de Jean
–Baptiste. Al morir el rey (el de toda la vida) sin
descendencia directa, coronaron a este suertudo general de Napoleón
como rey de Suecia con el pomposo nombre de Carlos XIV.
Una
pincelada de curiosidad… en la batalla de Waterloo, cuando
todos los ejércitos europeos se coaligaron para vencer a Napoleón,
(cosa que lograron) al amigo Bernadotte le tocó luchar
contra su antiguo jefe. Parece ser que no tuvo empacho en
hacerlo (ya había sido coronado). Y es que, “la pela
es la pela”. Por cierto, el actual rey de Suecia, Carlos
Gustavo XVI, es descendiente directo de este antiguo plebeyo
¡Lo que son las cosas!!
Por
hablar de todo un poco, y aprovechando que estamos
en Suecia, pregunto. ¿Qué conocemos los
españoles de este gélido país?. ¿Qué sabemos de sus gentes?.
Apuesto a que si hiciéramos una encuesta sobre ellos en
la España profunda (que es casi toda) nos dirían lo
siguiente…
Que
es un país lejano. Que sus mujeres, las suecas, tan rubias y tan
despampanantes venían todos los veranos a Benidorm o a Torremolinos a tostarse con nuestro
sol meridional. Y que traían, por cierto, soliviantados
a los machos ibéricos. Algunos pueden que recuerden a IKEA,
a Pipi Calzaslargas, a los coches Volvo, o
incluso al grupo eurovisivo Abba. Pues yo si me lo permiten
les voy a contar algo más de ellos…
Para
el que no lo sepa, Suecia, es de los países más extensos
de Europa. Es casi como el nuestro en tamaño, aunque solo
tiene unos diez millones de altos y rubios habitantes. Que
está situado en el extremo norte del continente y que su parte
más septentrional se mete, casi, en el polo norte.
Decirles, también, que pertenece al grupo de los llamados países nórdicos,
junto a Noruega, Finlandia y Dinamarca y que
sus moradores provienen de los antiguos vikingos. De hecho, sus
idiomas están emparentados, todos son de origen germánico, excepto
Finlandia que tiene afinidad étnica con Hungría. Lo
más habitado y desarrollado del país es la zona centro. Ahí está
situada su capital Estocolmo. Y sobre todo el sur, con sus
otras dos grandes ciudades, Goteburgo y Malmoe. La
mencionada capital es una ciudad muy bonita y bien cuidada, de unos
setecientos mil habitantes, aunque su zona metropolitana cuenta
con algo más de un millón y medio… Muchos le dicen la Venecia del
norte, por sus canales y puentes.
Los
suecos han sido desde hace mucho tiempo gente muy emprendedora y
culta. Tienen una universidad, la de Uppsala, cerquita
de Estocolmo que ha sido y es, una de las más
prestigiosas del mundo. En esa universidad se entregan los famosos
premios Nobel… Les recuerdo que Alfred Nobel fue
el inventor de la dinamita. Él creó unas cuantas empresas de
armamento y se hizo muy rico. Después, un poco arrepentido por
el uso tan cruel de estas armas, destinó parte de los beneficios de
sus empresas a crear, (y dotar de un pastón) una serie de
premios a gente que hicieran un gran bien por la humanidad.
Otra
de las virtudes que tenemos que envidiar de los suecos seria su amor
a la naturaleza… Su país es un modelo de sostenibilidad entre
industria y medio ambiente. Gran parte de la industria maderera y del
papel que usamos en Europa procede de sus extensos bosques
de pinos y abetos. Y sin embargo lo hacen con tal primor y
técnica que su superficie arbolada aumenta cada año.
Suecia fue
de los primeros países en evolucionar hacia el estado del bienestar.
Fue modelo (después muy imitado) en implicar a la población
para que todos gozaran de las prebendas de una sociedad moderna (en
educación, sanidad y servicios sociales). En igualdad de
género también fueron pioneros en proporcionar una cierta
discriminación positiva para alcanzar eso tan ansiado llamado,
paridad real de sexos.
El
sistema de gobierno que proporcionó este desarrollo social tan
envidiado fue el socialdemócrata. Actualmente está un
poco denostado porque la situación mundial ha cambiado. Ahora toca
reducir el déficit y los impuestos para ser competitivos.
Era
tal la ingenuidad de los suecos hasta principio de los ochenta que
asesinaron a su primer ministro Olof Palme (amigo y
tan admirado por Felipe González) porque a nadie se le ocurrió
ponerle escolta; nunca pasaba nada.
El
país fue de los primeros en acoger refugiados políticos de los
diversos conflictos mundiales, y digo fue porque ahora se están
replanteando el asunto. Debido a los problemas de seguridad y orden
público en las ciudades, de parte de la población acogida,
están endureciendo estas políticas antes muy laxas.
Suecia ha
tenido y tiene grandes empresas multinacionales de todo
tipo. ¿Quién no recuerda a?…Volvo, Ikea (ésta paga sus impuestos
en Holanda) Erickson, Saab, Electrolux, o Tetra Park (la de los
envases).
El
modelo económico sueco consiste básicamente en el pago de muy altos
y progresivos impuestos. No obstante, reciben después de papá
estado mucha asistencia de todo tipo. Entre ellas: un subsidio
de paro envidiable, estudios universitarios completos gratis, o
ayuda a mujeres embarazas, (que ya nos gustaría aquí). Sin
embargo, esto hace también que muchas empresas trasladen sus sedes
centrales a otros países más permisivos en temas tributarios.
Suecia se
ha puesto también de moda últimamente por su literatura. Han
surgido tantos autores de novela negra que se ha creado un
género propio de autores suecos. Hay muchos y muy buenos. ¿Quién
no ha leído algo del recientemente fallecido Henning Mankell y
su inspector Wallander? O de ¿Camilla Lackberg, y
Mari Jungstedt?... Esta pasión surgió o creció con la
famosa trilogía de “Los hombres que no amaban a las
mujeres” del malogrado Stieg Larsson.
Suecia
ha sido, y lo sigue siendo, un mito en todos los aspectos para
nosotros los meridionales. Por sus valquirias tan rubias, por los
indómitos vikingos, por su modelo económico y ahora también por…
IKEA. Yo, además de por todo eso adoro este país por ser la
tierra de mi adorada Greta Garbo y por engendrar en su seno a mi otra
rubia prefe, Ingrid Bergman....
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
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