En ese último país se pueden permitir la osadía de funcionar sin presidente y sin gobierno durante décadas. De hecho, desde la segunda guerra mundial ha habido allí una amalgama de partidos políticos desmesurada y han tenido que coaligarse, a veces contranatura, para agrupar escaños y autoridad. Aun así hubo etapas de reiteradas elecciones generales ante la imposibilidad de mayorías, pero, (y he ahí la peculiaridad de este gran país), la economía ha seguido creando riqueza igualmente. Es decir, la clase política va por un lado y la población y la economía por otro, y… todos tan a gusto. Lógicamente y como todos sabemos, España no es así.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
¿Tan diferentes?
En ese último país se pueden permitir la osadía de funcionar sin presidente y sin gobierno durante décadas. De hecho, desde la segunda guerra mundial ha habido allí una amalgama de partidos políticos desmesurada y han tenido que coaligarse, a veces contranatura, para agrupar escaños y autoridad. Aun así hubo etapas de reiteradas elecciones generales ante la imposibilidad de mayorías, pero, (y he ahí la peculiaridad de este gran país), la economía ha seguido creando riqueza igualmente. Es decir, la clase política va por un lado y la población y la economía por otro, y… todos tan a gusto. Lógicamente y como todos sabemos, España no es así.
domingo, 27 de diciembre de 2015
Huida al paraíso
A veces nuestros labios, como locas
mariposas de amor, se perseguían;
los tuyos de los míos siempre huían,
y siempre se juntaban nuestras bocas.
Los míos murmuraban: -¡Me provocas!
Los tuyos: -¡Me amedrentas!, respondían;
y aunque siempre a la fuga se atenían,
las veces que fugaron fueron pocas.
(Manuel Ugarte)
Entre mis libros de cabecera uno de los que más aprecio le tengo y que guardo como oro en paño es de poesía. No es demasiado voluminoso, anda el pobre un poco ajado y con las tapas desgastadas por el tute que le doy. Recurro a él de vez en cuando para reconfortar mi ánimo, sobre todo cuando éste no es excelente; cosa que sucede según épocas y circunstancias como a cualquiera.
El librito de mis desvelos lleva el enunciado Tesoros de la poesía. Y digo recurro a él porque me sirve de bálsamo emocional para tiempos atribulados. El tomo en cuestión recoge una recopilación de las mejores poseías en castellano. Las mejores para su autor, por supuesto, pero he de reseñar que éste era ni más ni menos que Rafael Alberti, que algo de poesía sabia.
Escribir en verso es un modo sólo apto para maestros de las letras. Sólo las personas verdaderamente sensibles, capaces de percibir lo más sublime que les rodea son poetas. Si además poseen un vocabulario abundante y saben expresarlo de manera inteligible, entonces y sólo entonces son auténticos poetas. Y es que, buscar la frase con encanto que tenga todo el sentido, aunque sea figurado, pero dentro de las reglas del obligado metraje poético es tarea de genios.
No obstante, una cosa es escribir poesías y otra muy distinta admirar y gozar con la poesía que han creado otros; sobre todo si estos han sido los grandes poetas ya consolidados de nuestra extensa literatura.
Estoy seguro que a mucha gente le conmueve un bonito y turbador poema. Desde siempre ha sido esta la manera más directa y emotiva de entrar en el corazón de las personas. Para describir un bucólico paisaje o un amor despechado nada mejor que contarlo en versos.
Pretendo hoy, en este breve artículo, hacer mención de algunas de las mejores y más sublimes poesías de nuestra lengua. Sé que no hay espacio suficiente en este par de folios para detallar los versos completos, pero si algunas pinceladas de ellos.
Ya con el latín como idioma oficial del Imperio Romano, (al que pertenecimos durante más de seiscientos años), disfrutamos de excelsos poetas como Juvenal, Ovidio (poeta del amor), Virgilio (el más famoso) etc. pero esa parte de la literatura apenas la consideramos como nuestra.
Fue al inicio de la formación de nuestras lenguas romances como el gallego, el castellano o al catalán; todos idiomas vulgares (lo hablaba el vulgo, es decir el pueblo en contraposición con el clero y las clases altas que seguían utilizando el latín, más culto) cuando comenzó nuestra verdadera literatura.
El castellano fue el dialecto que se impuso en la mayor parte de la península, (gracias al mayor peso militar y económico de Castilla) por lo tanto los mejores poetas escribieron en esta lengua. De los primeros romances completos, (además de las llamadas, Jarchas mozárabes), tenemos el fabuloso y extenso poema Del Mío Cid, de autor desconocido, que describía las andanzas bélicas y amatorias de este héroe castellano.
Pero del poeta, con nombre y apellidos, del que primero tenemos constancia, fue el monje riojano, Gonzalo de Berceo, allá por el siglo XII, que escribió cosas como esta… (y que se entienden perfectamente a pesar de estar escrito en los albores de nuestra lengua).
Quiero fer una prosa en román paladino,
en cual suele el pueblo fablar a su vecino,
ca non so tan letrado por fer otro latino:
bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino
Después siguieron a lo largo de los siglos otros muchos como el pícaro Arcipreste de Hita y su Libro del buen amor, el Marqués de Santillana y sus Serranillas y así hasta llegar a unos de mis preferidos, Jorge Manrique y su maravillosa elegía, Coplas a la muerte de su padre, del siglo XV, ahí van unas pinceladas…
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando,
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte,
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo después de acordado
da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquier tiempo pasado fue mejor.
Apuesto lo que sea, y es que aquí coinciden todos los expertos, que esta es la mejor elegía de nuestra lengua.
Después, saltando por encima de muchos buenos poetas, algunos injustamente olvidados, como Boscán, Garcilaso de la Vega etc. nos aparece por orden cronológico nuestro insigne Fray Luis de León. De él he entresacado estos versos…
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda, por donde se han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
No hay duda que se anticipaba a las recomendaciones de psicólogos y orientalistas de hoy en día. Nos aconsejaba ya en el siglo XVI, sosiego y paz interior.
Unos años después encontramos al místico San Juan de la Cruz, del que extraigo el siguiente verso…
En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
Y qué decir de Góngora…
La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice
que escucha su mal:
“Dejadme llorar orillas del mar”
Y de Quevedo…
Madre, yo al oro me humillo;
él es mi amante y mi amado,
pues, de puro enamorado,
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero
Y… ¿Calderón o Iriarte o Samaniego y sus fabulas? Seguro que todos aun nos acordamos de ellos, del colegio.
Del siglo XIX destacamos a Espronceda y sus Con diez cañones por banda…o a Zorrilla y su Don Juan y ¿Campoamor? y… ¿Bécquer?. Éste ultimo otro de mis poetas preferidos. ¿Quién no se acuerda de…?
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa
¡habrá poesía!
Y… qué decir de Rosalía o Rubén Darío, hasta hacer un alto en el camino y admirar a otro de nuestros mejores poetas, para muchos el mejor, Antonio Machado y su…
Una noche de verano,
estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa-
la muerte en mi casa entró
se fue acercando a su lecho,
ni siquiera me miró-
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue se rompió
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
la muerte no respondió
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
O este otro poema…
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
Me encontrareis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
La cosa no da para más…
Joaquin
lunes, 21 de diciembre de 2015
Paisaje para después de la batalla
lunes, 14 de diciembre de 2015
El debate
lunes, 7 de diciembre de 2015
Y el ganador es...
sábado, 28 de noviembre de 2015
Rajuela
jueves, 19 de noviembre de 2015
Se fue al cielo sin despedirse
Cerró los ojos, de mirar cansados,
la sombra de la muerte por su alcoba,
espiaba. Quiso bajar hasta el jardín.
Decía cosas tan vagas, que ya nadie sabe
si en su palabra sin matiz había
algo que fuera humano.
--Agustín Acosta--
Maxi era un encanto de mujer y se me ha ido al cielo hace unos días..
La vi por primera vez hace ya mucho tiempo. Desde el principio nos caímos bien. Debió ser que ella vio en mí al hijo que perdió una vez en duras circunstancias..
Lo del hijo fue para ella una espina clavada en lo más profundo de su alma, un baldón en su vida del que nunca se repuso; jamás hablaba de él. En parte se hizo responsable de su muerte. ¡Tonterías!.. Las drogas y las circunstancias de aquellos primeros ochenta fueron los culpables
Cuando llegué al barrio y nos conocimos, enseguida me puso al corriente de las novedades y cotilleos del vecindario, sin ningún pudor. A mi sorprendió todo aquello; yo que venía de un pueblo en donde este tipo de comportamientos si estaba a la orden del día. Lo que yo menos esperaba era que aquí en la ciudad el chismorreo de vecinas existiera de esa manera tan ordinaria.
Maxi no siempre fue así, desde luego, ni siempre tuvo ese aspecto de abuela venerable. Tendría poco más de cincuenta años, aunque ya estaba viuda, cuando la conocí.. Yo apenas rebasaba los veinte, e irrumpía en la ciudad con ganas de comerme el mundo..
Recuerdo que solía hacerla feliz hablar de su juventud. No hacía más que repetirme lo bien que se lo pasaba en aquellos años en Arganzuela, su barrio.. Y fue cierto, os lo aseguro, un par de amigas de ella que la conocieron me hablaban de lo guapa y coqueta que era, y cómo presumía a sus veinte años.
Y me hablaba, ¡Oh, si! Me hablaba con picardía de aquellos vestidos caros que se compraba y cómo disfrutaba agradando a los mozos!... Y me recordaba los bailes de entonces y cuánto le gustaban. Decenas de fotos suyas de aquellos tiempos me hacía ver como prueba fehaciente de su sinceridad.
Y, fijaos, a pesar de su ya avanzada edad en estos últimos años, nunca perdió su compostura y distinción en el vestir. Sin proponérselo, creo que su figura emanaba una aureola de innata elegancia.
--Quien tuvo retuvo, Joaquín---me decía alguna vez riendo de buena gana
--No lo dudo Maxi, no hay más que verte- –replicaba yo complaciéndola
Llevaba viviendo sola casi toda una vida; jamás se quejó de su soledad. Siempre se las componía para hacer algo útil y conveniente.
La noche que murió creí ver un halo de luz transportar su espíritu lejos, al infinito. Os juro que salió del tejado de su vieja casa, frente a la mía. Tal vez fue un sueño, o una premonición, pero algo triste y conmovedor a la vez se removió dentro de mí..
Murió sola, sí, pero lúcida como siempre y rodeada de sus más queridos recuerdos, porque nunca se alejó demasiado de su vetusto joyero en donde guardaba sus collares de perlas, blancas (su alhaja favorita), su alianza de matrimonio que un día le regaló su compañero del alma y los marcos de plata, ya gastada de tanto lustre, con las fotos de su hijo.
Yo no pude acompañarle en su último suspiro, y lo sentiré siempre. Cualquier cosa hubiera hecho por haberle podido dar el último beso de despedida, por desearle buen viaje a la eternidad y por decirle que le diera un abrazo a ese hijo tan llorado que yo nunca conocí..
Sé que ahora estará feliz entre los suyos, aunque otra parte de los suyos, entre los que me incluyo, quedaremos aquí, en su calle de siempre, junto a su casa, y echándola de menos..
Joaquín
lunes, 16 de noviembre de 2015
Yo, no soy francés
jueves, 12 de noviembre de 2015
Los hombres que no adoraban a las mujeres...
La violencia lo conquista todo, pero sus éxitos son efímeros.
A. Lincoln
Tal día como hoy hace dos años exactamente, tropecé en Cibeles con una ruidosa manifestación. Había sido convocada por una serie de organizaciones y partidos políticos, (creo que por una vez estaban todos los que son). Iban algunos con pequeñas pancartas en las que se podían leer eslóganes como… No a la violencia machista… y otros por el estilo. Encontré en la cabecera de la marcha a dirigentes o convocantes del evento megáfono en mano vociferando diatribas al viento… Sí, al viento, porque realmente no sé quién o quiénes eran los destinatarios, pues de todos los que por allí rondábamos se daba por hecho que estamos rotundamente en contra de ese tipo de violencia.
He de reconocer que me chocó el tema, no entendí, (y a estas alturas del tiempo transcurrido sigo igual de incrédulo) qué es lo que pretendían conseguir con la gesta de reunir en la calle a varios miles de mujeres y hombres venidos de todas las provincias del país. Incluso apuesto que todos venían con viaje y bocadillos pagados.
En algún instante, durante la contemplación de la marcha, llegué a pensar (no es la primera vez que sucede) que algunos de los que se manifestaban, llegado el caso y según qué circunstancias pudieran violentar ellos mismos a sus propias mujeres o compañeras de su entorno inmediato.
Entiendo que las intenciones de los participantes de la protesta fuesen loables y estupendas, pero permítaseme discrepar de manera precisa con la utilidad de la misma. Cuando un hombre obsesionado e iracundo mata a su pareja, la raíz del problema está en la crueldad intrínseca del individuo, que se refuerza e incrementa bajo algún pretexto, sea este una separación o de otro tipo domestico. Que nosotros pancarta en ristre y en plan buenista desfilemos por la Castellana voceando consignas bienintencionadas, evidentemente no aporta nada a la cuestión.
Poco aporta, tampoco, el minuto de silencio que los ayuntamientos y otras instituciones adoptan como acto de solidaridad con las asesinadas. Lo entiendo si acaso como un gesto de impotencia. Si sirviera para que alguien se sintiese reconfortada lo aceptaría, pero me temo que no es el caso.
Es verdad que en lo que llevamos de año son ya más de veintisiete las mujeres asesinadas por sus parejas y trece los niños que se han quedado huérfanos. Es una cifra intolerable. También hay que hacer notar, aunque esto no merma para nada el problema, que muchos de los implicados en este drama son extranjeros. Todos sabemos que en otras culturas el machismo impera en sus sociedades y eso es muy difícil de erradicar teniendo en cuenta el poco tiempo que llevan residiendo en nuestro país. Pretendo decir con esto que las medidas que se han legislado al respecto y hasta el momento en España no son tan malas y que vamos por el buen camino. En esto pasa un poco como con la delincuencia común, y aunque sea políticamente incorrecto manifestarlo, una proporción de estos casos, posiblemente más del 30%, se den en parejas procedentes de otros lares, allende nuestras fronteras.
Por otra parte se da la paradoja de que en países aparentemente más civilizados y con cultura democrática superior a la nuestra, Suecia o Dinamarca, por poner un par de ejemplos, curiosamente se dan más casos de violencia domestica que en nuestro país. Y esto a pesar de que la mujer lleva allí décadas emancipadas. Acordémonos de la trilogía sueca de… Los hombres que no amaban a las mujeres, escrita por Stieg Larsson, precisamente como denuncia ante el grave y silencioso problema que se daba allí. Esto tira por tierra la teoría, según la cual, éste fenómeno es más propio de países latinos con costumbres más machistas… ¿Quién se atrevería a pensar ni por un momento que esos paraísos de cultura e igualdad fuesen líderes en Europa de mujeres asesinadas?... Entonces…¿cuál es la solución?
La solución no viene, obviamente, en emular a los países musulmanes, que se corresponden por cierto con una cuarta parte de la población del globo, en donde este tema no se trata, ni tan siquiera superficialmente.
Tampoco hay que buscarla en oriente, empezando por la India, en donde las noticias de violaciones y homicidios de mujeres son apabullantes… O en China, tener hijas allí era una afrenta y un gasto extra para las familias hasta hace dos días. De hecho muchos miles de niñas eran abandonadas al nacer. Ahora tienen un grave problema, hay una desproporción considerable de sexos, sobran varones.
África tampoco ayuda en la solución. Allí la cosa tampoco pinta muy bien para el sexo femenino. Todos hemos oído o visto con qué asiduidad se practica la ablación en chicas jóvenes. Una acción horrible para las mujeres y un acto de machismo incalificable.
Tengo como todo el mundo criterios propios sobre el tema. Creo en que el maltratador que llega a realizar un acto así de canalla con una mujer, trae de marchamo en su genoma la violencia o la ira, o la adquiere en los albores de su existencia. El hecho de ejercerla sobre la mujer sería por ser más débil físicamente. Es decir, en realidad es un acto de cobardía por su parte. Fijémonos en la rabiosa actualidad y comprobemos cómo muchos niños acosan de manera inmisericorde a otros compañeros del mismo sexo en las escuelas, simplemente por ser débiles. Lo que ahora llamamos bullying, y que por cierto a existido siempre.
Muchos hombres son violentos por naturaleza y ejercen esta violencia allá donde una eventualidad lo requiera. La vemos a diario en disputas entre vecinos, o en incidentes de tráfico...¿Qué no harán con sus mujeres?.. Casos extremos de asesinatos de mujeres es difícil que se erradiquen totalmente, porque un individuo parcialmente perturbado y en un momento de ira siempre estará presto al arrebato, y eso es muy difícil de paliar.
Pero en lo que si podemos y debemos incidir es en la educación desde la más tierna infancia. Y hacer comprender a todos nuestros jóvenes que cada uno es libre y soberano para hacer con su vida lo que estime oportuno… Nadie se debe a nadie en contra de su voluntad.
Por otra parte, el deber de los políticos es incluir en nuestras leyes artículos claros para una justa convivencia. Y que se apliquen ya desde las escuelas la consigna aquella de… la igualdad entre mujeres y hombres es sagrada….Todos deberíamos grabarnos en el frontispicio imaginario de nuestra grandeza como seres en humanos evolucionados, un lema que dijera… Nadie tiene derecho a privar de su vida a un semejante.
Aplicando estos buenos deseos, sin duda, NO acabaremos con algunos o muchos crímenes de nuestras mujeres, pero SI contribuiremos a disminuir el maltrato, el desprecio, o las humillaciones de los hombres para con las mujeres.
Dicho queda…
Joaquín Yerga
30/05/2017