La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando
a las opiniones de los demás.
(W. Churchill)
Ya tenemos otra
fecha mítica que enmarcar en el tablero de nuestra reciente historia… el
20 D. Afortunadamente con las próximas son ya muchas las elecciones
que llevamos desde el reinicio de la democracia y eso es señal de desarrollo
cívico y progreso democrático por nuestra parte.
Hay naciones que nos
llevan ventaja en esto de libertad y pluralismo, es cierto. Nosotros la
perdimos por culpa de la guerra civil y el franquismo pero estamos recuperando a
marchas forzadas el terreno perdido.
La nuestra es, digamos…
una democracia aun joven, hemos pasado ya la niñez y pubertad y estamos
alcanzando la mayoría de edad. Pero tal y como los adolescentes de hoy en día se
comportan podemos, decir que estamos razonablemente preparados para los nuevos tiempos.
Conseguir una
democracia plena con leyes justas y
acorde con los tiempos que corren no es
tarea fácil, para eso se necesitan muchos años de dura convivencia e identificarse íntegramente
con ella.
Las leyes las crean nuestros representantes según necesidades. Se
promulgan y después se aplican pero para que completemos todo un conjunto
de estas y se llegue a comprobar
su eficacia y proporcionalidad
hacen falta años, mucha experiencia
y sobrada preparación. En esto pasa un poco como con los nuevos medicamentos
que se descubren. Necesitamos lustros de
aplicación en cobayas para verificar que no tienen efectos secundarios antes de
sacarlos al mercado.
Nosotros, los españoles, aunque no lo creamos estamos llegando a un alto grado de perfección
en pluralismo y respeto entre todos,
incluidos las minorías. Hemos pecado a veces de novatos, es cierto, como recién
incorporados que estamos a este mundo de libertades, y... en muchas normas y actitudes creyendo ir un
poco más lejos que nadie en garantías
democráticas nos pasamos de rosca varios pueblos. Ahora de sabios es
rectificar y toca ajustar oferta y demanda en legislación política.
La democracia es un
juego muy complicado y sutil y para
llevarla a su más alto grado de perfección es necesario sortear muchos
escollos. A menudo, ante evidentes atropellos,
dan ganas de tirar por la calle de en medio y acabar con el problema de manera
contundente aunque bordeara la legitimidad. Pero al final aunque abunden y sean
fieros los enemigos es más inteligente
hacer buen uso de ella en toda su amplitud y utilizar todos los recursos que
nos ofrece. Me estaba acordando al respecto del desafío independentista, del terrorismo de ETA, de la corrupción etc.
Las soluciones que
nos ofrece una democracia avanzada a las agresiones que contantemente sufre, (a menudo) son soporíferamente lentas pero
cuanto el cuento termina casi siempre es satisfactorio para los demócratas. Incluso se da la
paradoja de que gracias a la generosidad
de esta, muchos pretenden destruirla desde dentro, aprovechando maliciosamente
cualquier resquicio legal.
Ahora, en estos próximos
comicios, las expectativas para la formación de un nuevo gobierno son inéditas.
Ya no dependemos de dos partidos en donde depositar nuestra confianza sino de
cuatro. Lógicamente tendrán que pactar entre ellos para alcanzar una mayoría
suficiente.
A mí, que sigo confiando en las bondades del bipartidismo a pesar de los pesares,
tampoco me quita el sueño este nuevo panorama, y en consecuencia miraré el lado positivo de
las alianzas. Si todo va como la lógica impone las diferentes opciones se
tendrán que reposicionar cada cual con su ideología y al final cediendo unos y mitigando
sus grandilocuentes pretensiones otros limarán asperezas y el que gobierne lo
hará de manera controlada y moderada. No le queda otra… afortunadamente para
todos…o no?
Lo que está muy
claro, a mi entender, es que no hay que
asustarse por el resultado que nos dé el conteo final de votos porque los márgenes de actuación son muy
estrechos y el personal apenas lo vamos a notar. Hoy en día las leyes europeas
cada vez son más numerosas y de obligado
cumplimiento, y esto unido, (para asuntos más
graves), la subrogación de posibles desvaríos legales al gran marco de
nuestra constitución, hace que la coalición que nos gobierne… no se salga de
madre. Hay que recordar que la constitución es susceptible de reforma pero es necesario
tres cuartas partes de votos favorables.
Nuestras leyes
electorales tendremos que actualizarlas más pronto que tarde pero de momento es
lo que tenemos. Yo me quedo con los que proponen, (a no mucho tardar), la segunda vuelta en
todos los comicios. En las generales, si
nadie obtiene mayoría por supuesto. Nos
hubiésemos ahorrado muchos quebraderos
de cabeza. ¿Cuánto nos han saqueado los
minipartidos nacionalistas por apoyar a
los diferentes gobiernos de turno? Y… ¿Cuánto hemos contribuido el conjunto del
estado por esto último a aupar a estos partidillos
vende-patrias?.. Vete a saber…
En las comunidades
autónomas también pero sobre todo en los ayuntamientos, en donde a veces lo preside, gracias al compadreo de alianzas, el que menos votos ha sacado y eso no es justo...o
no?
A pesar de las
pequeñas o grandes imperfecciones, el régimen
democrático que nos hemos dado y que llevamos con él cuarenta años es,
como diría Churchill, el menos malo de todos los inventados por el
conflictivo ser humano. Nunca jamás en nuestra dilatada historia hemos tenido
un tiempo tan largo de respeto entre todos, prosperidad y bienestar, así que… a
cuidarlo que no es poco.
El domingo día veinte
cada uno con su papeleta, cuyo acto de introducirla en la urna, es el cenit de
la democracia, elegirá a su
representante y entre todos nos gobernará el más votado, o en su defecto el
preferido de una hipotética coalición. El resto tendremos otra oportunidad
dentro de cuatro años. Eso sí, yo
recomiendo dar la confianza al partido que se ajuste a nuestra ideología y
ofrezca propuestas creíbles según
nuestro parecer y no votar con ira en contra de nadie, o con la nariz
tapada,(según dicen ahora). Cuatro años
son muy largos y da para mucho…incluso para arrepentirse amargamente. Dicho queda…
Joaquín Yerga
06/12/2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario