miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿Tan diferentes?

La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor
de lo que nos merecemos.
( G.B.Shaw)

 Las  que estamos viviendo, a mi parecer, están siendo unas  navidades  raras. Son las únicas que pasamos sin un gobierno aun  definido, todo está en trámite. Tengo la impresión, no sé si le pasará a más de uno,  que este año se han prolongado más de la cuenta, y es que las elecciones generales y la larga campaña electoral han trastocado un poco las sensaciones y las prioridades. Nunca unas elecciones al parlamento  habían coincido, casi,  con la navidad.
  En el tema político todo está  patas  arriba. La formación del gobierno estable que piden todos los agentes sociales  y económicos se presenta sumamente complicada. Tenemos por delante unos meses de gran incertidumbre que pudiera afectar a nuestras vidas.  Está claro que muchas empresas y fondos  de inversión mantienen paralizada sus inversiones hasta ver qué pasa o qué  sale de la serie de rondas de negociaciones que se avecinan.
  Es inédita en nuestro país la situación de ingobernabilidad que estamos, podemos decir…  padeciendo.  Nunca hemos vivido unas circunstancias semejantes. Las soluciones se presentan difíciles porque ningún partido  tiene  un número de escaños tan abrumador (aunque no tuviese mayoría absoluta) como para que los demás se sintieran constreñidos y les permitiese  gobernar.
  Hace un par de años decíamos, España no es Grecia, por no considerar comparable la distancia en salubridad económica entre ambos países. Ahora y ciñéndonos al tema estrictamente político recalcamos,  España no es Italia.
  En ese último país se pueden permitir la osadía de funcionar  sin presidente y sin gobierno durante décadas.  De hecho, desde la segunda guerra mundial ha habido allí una amalgama de partidos políticos desmesurada  y han tenido que coaligarse, a veces  contranatura, para agrupar escaños y autoridad.  Aun así  hubo etapas de reiteradas elecciones generales ante la imposibilidad de mayorías, pero, (y he ahí la peculiaridad de este gran  país), la economía ha seguido creando riqueza igualmente. Es decir, la clase política va por un lado y la población y la economía por otro,  y… todos tan a gusto.  Lógicamente y como todos sabemos,  España no es así.
  Aquí en nuestro país también somos peculiares,  pero en otros sentido, quizás más perverso  si cabe.  Aquí somos más tercos  y montaraces y llevamos la política hasta sus últimas consecuencias.  Me temo que en un prolongado desgobierno como el  italiano  volveríamos a las andadas  y  apuesto que nos  daríamos de mamporros, (al menos verbales) a las primeras de cambio.
  Llegó un día, no hace mucho,  que pensé, (pobre de mí), que habíamos superado las viejas inquinas y odios de nuestro ya conflictivo pasado.  Ahora compruebo  que fui un iluso,  estaba equivocado de rabo a cabo. Somos excesivos y pasionales,  también  y,  perdóneseme la licencia...un poco ridículos.
  Si,  ridículos,  porque en el siglo que estamos e integrados de lleno en la Europa moderna y super desarrollada no valen actitudes extremas.  Apenas hay diferencia entre unas políticas y otras, así que  ¿A qué vienen tantos aspavientos y posturitas?.
  Europa nos marca exactamente  lo que tenemos que gastar y lo que debemos entramparnos. Dentro  del  presupuesto  que nos...sugiere,  el ochenta por ciento son gastos fijos, es decir,  lo que nos cuesta: sanidad, educación y pensiones.  El veinte por ciento restante sería lo único que estaría sujeto al criterio del partido en el gobierno y,  no creo que haya mucha diferencia en la manera de repartirlo entre unos y otros.
  En otros aspectos y maneras  de proceder en la vida ¿Alguien,  de verdad encuentra muchas diferencias entre dos personas que dan un voto distinto a cada uno de los dos grandes partidos?
  Si en economía nos debemos a los designios del comisario europeo  Mario  Draghi, en el resto de asuntos capitales o de índole moral ¿Qué nos separa?
  El  dilema del aborto parece resuelto, la gran mayoría de ciudadanos y de todas las tendencias políticas no se inmiscuye, prefiere el estado actual. Del divorcio y adopciones en parejas gais, nadie discrepa ya.
  El tema religioso, que antes era motivo de discordia;  ahora la mayor parte de españoles está por una España laica o aconfesional. Nos quedan tan solo unos flecos en cuanto financiar más o menos los colegios concertados… minucias.
  Es en la integridad territorial del país donde pudiera haber más desencuentros, pero aun  en ese espinoso asunto, según el resultado de las últimas elecciones,  el setenta y cinco por ciento de los españoles estaría  en contra de cualquier  referéndum de autodeterminación que signifique romper el país.
  Quizás subsista aun discrepancia en la llamada, memoria histórica,  pero…  Franco murió hace ya más de cuarenta años y de la guerra civil  la friolera de setenta y cinco años que terminó.  La inmensa mayoría de españoles no la vivió. Durante la transición hubo una  reconciliación entre todos muy generosa  todos cedieron para  terminar de una vez por todas con las dos Españas.
  Abogo, como cualquier persona sensata, proceder como hacen en todos los países desarrollados del mundo, democráticamente. Optar por las diferentes opciones políticas, pero como diría Felipe González, sin acritud, porque a todos nos conviene vivir en paz y armonía en aras de hacer una España próspera.
  Imagino que todos los partidos que acceden a gobernar  lo hacen con la mejor intención, que no es otra que la de mejorar la vida de los ciudadanos. En los programas electorales de cada uno las diferencias entre ellos, (si me permiten decirlo), son de matices y es que no hay margen para más.
  Por otra parte estamos de lleno en una sociedad de libre mercado y capitalista en donde la propiedad privada hay que respetarla absolutamente y eso es lo que priva en el mundo, llamémosle… civilizado y democrático,  por lo tanto no queda otra que respetar sus normas.
  Por supuesto queda la otra opción… gastar mucho más de lo que se ingresa, intervenir empresas,  confiscar bienes de los pudientes o no tan pudientes, actuar de manera autoritaria y dictatorial una vez en el gobierno imponiendo ideas revolucionarias caducas, coartar la libertad de prensa y pensamiento etc. pero para eso habría que salir del organigrama  europeo; en la U.E. no hay cabida para ese tipo de políticas.
  Importa mirar por el bien de los españoles y no tanto el ombligo de cada uno. Deben ceder cada uno lo posible para alcanzar un buen pacto, por lo menos que dure un par de años, después que cada partido haga su campaña como siempre. Es mucho el dinero y prestigio que está  en juego cada día que pasamos  sin gobierno, (el coste nunca lo sabremos), seguro que será muy elevado. Nos jugamos mucho, entre otras regalías,  nuestras  pensiones. Lo digo por mi ya avanzada edad,  jeje
                                                                                          Joaquín Yerga
                                                                                           29/12/2015


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