lunes, 21 de diciembre de 2015

Paisaje para después de la batalla

   El resultado final de estas últimas elecciones ha sido, sin paliativos, un desastre para el conjunto de los españoles. Así,  con este panorama de escaños  tan repartidos  no hay valiente que forme un gobierno estable. Es si me apuran y mirado  por encima de cualquier interés partidista,  el peor resultado que se podría dar. Esperemos por el bien de España, que es el de todos, que los políticos cedan cada uno lo que tenga que ceder y  lleguen  a algún tipo de acuerdo satisfactorio.
 Es la hora de los políticos. Hasta ahora éramos los ciudadanos quienes con nuestro voto  elegíamos  de manera más o menos mayoritaria  al partido que queríamos que nos gobernase. Hasta la fecha de hoy, siempre  hemos designado con claridad meridiana la organización política que nos fuera a  dirigir los cuatro años que dura la legislatura  pero tras el incierto resultado de ayer son ellos los que se deben a un bien común que es España. Son ellos, los políticos, los que ahora se tienen que poner de acuerdo dando lo mejor de sí mismo y anteponiendo los intereses de partido por el general, si no es así, algún día se les pedirá cuenta.
  Los españoles  por más que hayamos avanzado en tantas cosas seguimos abrazados al pelotón de los torpes junto a Grecia y Portugal en el juego político. Hemos denigrado hasta la saciedad el bipartidismo, con el que también nos ha ido, por cierto, desde la muerte de Franco. Hemos hecho creer a tanta gente que este era un sistema defectuoso y  si nos ha ido mal estos últimos años era por su culpa.
 No hay duda que los nuevos partidos que han surgido le interesaba sobremanera este estigma para así ellos recoger los votos de los descontentos,  pero es de cajón que todos  y cada uno de ellos  le encantaría hacerse mayoritario a costa de los tradicionales. Entonces, de qué estamos hablando.  Seamos mayores por favor,  lo que pretendían realmente es hacer otro bipartidismo, solo que en vez de PP/PSOE,  serian ahora  PODEMOS/CIUDADANOS,  así de claro.
  Pues me temo que al final los que querían acabar con este sistema tan denostado lo han conseguido, ¡claro!  que ha sido para todos nosotros  una victoria pírrica y al igual que este antiguo rey griego, Pirro, que perdió tantos hombres  y bagajes en la batalla contra los romanos que casi deseó no haberla ganado, ahora pasa un poco lo mismo.  Es tanto lo que vamos a perder por la incertidumbre y el desgobierno, que mejor  habernos  quedado como estábamos…  y  si no,  al tiempo.
  Visto lo visto, este lunes postelectoral   se vislumbran  unas cuantas opciones a considerar y me temo que a cual peor. Por un lado el PP no puede gobernar en minoría porque el  Psoe ya ha manifestado que por ahí no pasa, es su enemigo a batir y antes muerto que desleal con sus  huestes.  A las primeras de cambio les harían una moción de censura para desalojarlos, tal y como ha pasado en Portugal.   A este partido, el Psoe,  para ponerse al frente de un hipotético gobierno les harían falta todos los votos de la izquierda más los independentistas y por supuesto estos les van a exigir para empezar a hablar su deseado referéndum para así  tener la opción de separarse legalmente. En resumidas cuentas los mejor parados, a pesar del descenso en votos, han sido los independentistas que ahora tendrían un gobierno sumamente débil para así sacar ellos la ansiada tajada definitiva. El resto de partidos están  descartados para cualquier opción sensata de liderazgo gubernamental.
 A mí  se me ha ocurrido una alternativa que pudiera ser usada, in extremis  y que ya se puso en práctica en el País vasco  hace un par de legislatura. También en Madrid Esperanza Aguirre la barajó. Esta consistiría en dejar gobernar al Psoe a pesar de su exigua cosecha de votos, haciendo el PP un acto de,  digamos,  abnegación o generosidad  absteniéndose en las votaciones pertinentes. En este sacrificio podría participar también Ciudadanos que ya ha manifestado su intención de anteponer los intereses de la nación a otros. Por supuesto  sería esta  una opción inédita en Europa y digna de estudio. Todo sea por salvaguardar los intereses económicos, incluidos  la prima de riesgo y  la estabilidad bursátil, por cierto,  cabezas visibles de la salud económica del país.
 Vaya por delante que a mí no me asusta una hipotética coalición de izquierdas teniendo a Podemos como inquisidor  y  hacedor de nuevas leyes. Quizás quedemos vacunados de una vez y para mucho tiempo de estas viejas políticas, puestas en práctica por cierto y con resultados visibles, en Venezuela y Cuba.
  De todas maneras si eso es lo que han deseado los españoles,  pues adelante. Aunque antes de dar el paso  pensemos que este nuevo partido ha pedido como condición, antes de negociar, llevar a cabo el dichoso  referéndum  para la independencia en Cataluña  y el País Vasco, con lo que ya vaticino la separación de estas dos regiones  si esto se llevara a cabo.
  A pesar de todos estos malos augurios esperemos hasta finalizar el plazo para la formación del nuevo gobierno. Hay que tener en cuenta también la presión de la Unión Europea  y otros importantes agentes económicos mundiales para que el resultado  de la coalición no altere  el normal desarrollo de una economía  de libre  mercado y respeto a la propiedad privada. De otra forma seriamos expulsados del club de los países, digamos… formales. jeje
                                                                                                      Joaquín Yerga
                                                                                                       21/12/2015



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