Yo acuso...
No
des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendas que necesita.. y
soporta luego la ingratitud
M.
Unamuno
Corría
el invierno de 1898, a punto ya de finalizar el siglo y en Francia un
turbio asunto traía de cabeza a sus ciudadanos. Los periódicos
bramaban en primera plana sobre la noticia y escribian de él sin
parar. En la calle, en los bares y restaurantes era el tema principal
de las conversaciones, nadie quería perdérselo. El escándalo
alcanzó tal calibre que llegó a implicar incluso, a gran parte de
Europa occidental.
Resulta
que el capitán del ejercito francés Alfred Dreyfus fue acusado de
espionaje a favor de Alemania. Se le juzgó y fue condenado a cadena
perpetua, sin embargo sus familiares y amigos lucharon denodadamente
para demostrar su inocencia. Después de un tiempo litigando con la
justicia consiguieron involucran en el asunto al comandante
militarista Ferdinand Walsin que resultó ser el verdadero culpable.
A
pesar de la claridad del asunto el gobierno francés se negó en
redondo a revisar el juicio con lo que el follón que se armó fue de
aúpa. Dreyfus era judío y de izquierdas y el verdadero responsable
del espionaje, el comandante Walsin, un prestigioso militar de
derechas, al igual que el gobierno de entonces.
Así
de alterados estaban los ánimos en el país vecino cuando saltó a
la palestra el famoso escritor Emile Zola (conocido simpatizante de
izquierdas) con su célebre carta abierta, publicada en el periódico
L´aurore, y titulado “Yo acuso”, dirigido al presidente francés
Felix Faure.
Sin
ánimo de usurpar el contenido de esa carta, tan solo del contundente
titulo pretendo servirme para acusar sinceramente y sin
contemplaciones a los que entiendo han hecho, y lo siguen haciendo, un
daño terrible al crédito y convivencia de los españoles.
Al
igual que Emile Zola acusaba al presidente francés de connivencia
con los sectores reaccionarios de la sociedad, al no querer reabrir
el asunto Dreyfus, yo acuso a los nacionalistas vascos y
catalanes de perturbar gravemente la convivencia en España.
Les
acuso de aprovecharse de su riqueza económica (creada y
aumentada a costa del resto de españoles) para considerarse más listos, diferentes y de paso exprimir al estado. Y es que han jugado con ventaja, pues esa riqueza conlleva
inevitablemente mas posibilidades de progresar en todos los aspectos.
Y
les acuso de maldad manifiesta porque, para ellos seguir sacando tajada de las supuestas diferencias han espolvoreado
desconfianza en el resto del país hasta el punto de que nosotros
mismos dudamos de la calidad de nuestra democracia. Llevan décadas
diciéndonos que la nuestra es una democracia de baja calidad, o que
el franquismo aun extiende su larga y siniestra sombra sobre el
estado. Y todo esto porque no les dejamos ser independientes.
Y acuso, así mismo, a los independentistas y demás patulea de
trabajar a fondo para que España nunca llegue a ser el país que
queremos y necesitamos todos. Un país puntero en Europa en donde sea
perfectamente compatible la más rabiosa modernidad con nuestras
ancestrales costumbres. Sí, porque han hecho lo posible por denigrar
y menospreciar tradiciones centenarias. Solo las suyas son dignas de
admirar.
También
les acuso de engañar al resto de partidos políticos (sobre todo
a los de izquierda) haciéndoles creer que ellos han sido los
verdaderos antifranquistas y por tanto son los únicos dignos de
pactar cualquier ley que les favorezca, previo pago eso sí, o chantaje de
suculentas cantidades. Cualquier historiador ecuánime nos
diría que, ellos poco hicieron contra Franco, más bien al contrario, éste favoreció su despegue industrial. Incluso lo que aparentemente
nació como una banda terrorista contra el franquismo, ETA, (alentada
por algunos y comprendida por muchos) en realidad nació y se
desarrolló contra nuestra joven democracia y los casi novecientos
asesinados los cometieron, no con Franco, sino con A.Suárez, con F.González o con Aznar, todos presidentes democráticos.
Y
les acuso de alta traición porque después de haber pactado
todos juntos y refrendado después por los españoles un modelo
autonómico definitivo, han conspirado incesantemente contra el
estado durante muchos años, intentando socavar nuestra credibilidad.
Ahora se dicen mayoría en sus territorios pero es injusto, pues han
aprovechado nuestras leyes y candidez para adoctrinar y mentir sin
pudor a generaciones enteras.
Por
todo lo malo que nos pasa como país, por el enorme complejo que
arrastramos de nación de segunda, por hacernos creer como
vergonzantes nuestros símbolos patrios, por pervertir los verdaderos
valores de nuestra izquierda y por la constante mala imagen que nos
hacen arrastrar en el mundo, por todo ello y por mucho más, yo
acuso a los nacionalistas de ingratos, perversos, y traidores, y
los declaro culpables, por tanto, de la mayoría de nuestras
desgracias.
Dicho
queda.
Joaquín
Yerga
14/12/2017
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