viernes, 22 de diciembre de 2017

La Iglesia y el Sexo




Si el sexo no fuese lo más importante de la vida, el Génesis no empezaría por ahí.
--Cesare Pavese--

Miren qué cosa más curiosa, resulta que para la Iglesia católica la masturbación ha sido un pecado nefando; camino directo para ir al infierno al que lo practicara. Pero he de decirles que ésta manía persecutoria se debe a un error de interpretación de la Biblia. La idea de masturbación u onanismo (satisfacerse uno mismo) se debe a Onán, hijo de Judá (patriarca bíblico)..
Cuando murió su Er, su padre, Judá, ordenó a Onán que se acostara con su viuda (era la tradición judía que obligaba a preñar a la mujer de su hermano si éste moría sin descendencia). Onán obedeció, pero dice la Biblia que derramaba el semen en el suelo (no quería competencias hereditarias). Dios castigó a Onán y le hizo matar. Tristemente, la Iglesia, tal vez por desconocimiento, (dudo que a sabiendas) consideró a Onán como masturbador e hizo de éste gesto un pecado abominable. Gracias a ésta ojeriza los jóvenes cristianos de toda la vida lo hemos pasado fatal y con unos remordimientos terribles, además de apechugar con la amenaza constante de todo tipo de plagas sobre nosotros si persistíamos en el asunto Bueno, obvio decirles que la mayoría hacíamos oídos sordos estas intimidaciones..
La Iglesia católica, de alguna manera, tenia prohibido leer la Biblia a niños, jóvenes y mujeres hasta hace muy poquito tiempo. El motivo y aunque cueste creerlo, el trato tan permisivo que ésta le da al sexo. Y si lo piensan bien, es increíble que la base y principio fundamental del cristianismo como es la Biblia, esté censurada para la mitad de sus fieles. Y conste que la otra mitad, los varones adultos, no podían entenderla, pues la misa y el resto de liturgia se recitaba y leía en latín, y ya me dirán quien conocía esta culta lengua.
Lo de la Iglesia con el sexo es como lo de un matrimonio mal avenido, se llevan fatal. Y la cosa no viene de ahora ni mucho menos, ha sido así prácticamente desde los inicios del cristianismo. Pero tiene su explicación...
Curiosamente, la Biblia (no la Iglesia) que es el armazón donde se sustenta nuestra religión cristiana, ha tratado muy bien el tema de la sexualidad y el erotismo. No tiene empacho en fomentarlo y en absoluto se escandaliza por estos temas.Quizás sea porque sus autores eran todos judíos, y estos no eran pacatos a la hora de practicar y permitir el sexo entre las personas.
Los judíos, que de alguna manera son nuestros antepasados religiosos, consentían perfectamente que en una pareja y de mutuo acuerdo se pudiera practicar todo tipo de relaciones sexuales, incluso el sexo oral y hasta el anal... ¡Si, no se escandalicen!. Esto es así porque su finalidad como pueblo era crecer y ser numerosos, y para eso había que procrear. Ellos en sus orígenes eran un pueblo pequeño y necesitaban ser muchos para sobrevivir pues estaban rodeados de naciones hostiles. Por lo tanto no es de extrañar que fomentasen y alentasen todo tipo de relaciones carnales o maritales entre ellos, lo que importaba era traer niños al mundo.
Los pecados mas castigados para los judíos, y por tanto se reflejan en la Biblia eran, por este orden: idolatría, injusticia social y adulterio (las mujeres eran propiedad exclusiva del marido y para nada menciona otro tipo de actos sexuales como pecaminosos..
Para los judíos el sexo era una cosa normal y hasta aconsejable, porque para ellos el cuerpo es tan importante como el alma. No así para la Iglesia que lo que le interesaba exclusivamente es la salvación de las almas. El cuerpo es corruptible, débil e impuro y por lo tanto debemos mortificarlo. Por eso aconsejan reprimirlo en todo lo que suponga satisfacción de algún tipo.
Muchos dicen que la Biblia, (que no la Iglesia) es un libro escabroso porque habla con toda naturalidad de: incestos, desviaciones sexuales, prostitución, sodomía, voyeurismo etc. es decir, asuntos de hombres y de mujeres. La Iglesia, sin embargo, va más allá, se niega en redondo a tocar, siquiera, el cuerpo pecaminoso de los seres humanos. No va con ellos eso de: lo que se van a comer los gusanos que se aprovechen los... 
En fin, juzguen ustedes...
Dicho queda…
Joaquín Yerga



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