En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa.
--A. Machado--
Decía un conocido periodista que, a diferencia de lo que solemos creer, los vascos son los más españoles de todos. Precisamente esa insistencia en querer ser diferentes al resto los define como la mejor manera de ser español. Y es que (aunque ellos no se lo crean) lo son y, de la manera más genuina. ¿Los catalanes son harina de otro costal?.
Los vascos han sido siempre gente muy conservadora, mantienen a machamartillo sus fueros y costumbres y, por ende, los más carpetovetónicos y auténticos españoles pero, ¿y los catalanes?.
¡Uy, los catalanes!, ellos que han pasado por ser los más modernos y europeos, pioneros en España en industria, cultura y tantas singularidades más y todas vanguardistas, dudo ahora de su diferencia con el resto de nosotros.
Sí, dudo y mucho de su famoso y sobrevalorado seny catalán (sentido común) porque al igual que los vascos, se empeñan en ser ibéricos puros, es decir, actúan como los españoles de toda la vida: excluyentes, independientes, marrulleros, trúhanes, pícaros, y todos los defectillos más que nos queramos añadir.
Y es que, al final nos pasa lo que nos pasa porque, a fuerza de querer ser únicos y diferentes, resulta que somos todos muy iguales; nos pasa que preferimos ser cabeza de ratón a cola de león, y nos pasa que en cuanto nos hacemos guapos y ricos no queremos compartir con nadie nuestras prebendas recién adquiridas.
Yo lo siento por los que se hacen llamar nacionalistas o independentistas (de cualquier pelaje y color), se esfuerzan ellos en no querer ser españoles y resulta que sin saberlo son los más auténticos.
En fin..
Joaquín
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