A un paso de la verdad...
Mi
psiquiatra me dijo que estaba loco y pedí una segunda opinión… Me
dijo que también era feo.
(Por
empezar con una sonrisa antes de que lloren)
Cochina envídia...
No
cochina precisamente,
pero
si sana envidia, eso es lo que me provoca la tranquilidad política y
el bienestar económico y social de
los
países del centro y norte de Europa.
Y
es que...
Envidio,
sí, y a rabiar sus anodinas cotidianidades, y su alto grado de
educación cívica. Envidio,
también, y hasta irritarme, su baja tasa de paro, su exiguo nivel de
corruptelas, el alto índice de lectura de sus habitantes y sus
abultados sueldos. Y envidio cómo no, su alta calidad democrática,
capaces de gobernar en coalición: liberales-conservadores y
socialdemócratas,
sin ningún pudor, cuando la situación lo requiere.
Estos
países, ubicados casi todos en la Europa mas septentrional, han
conseguido que sus habitantes sean personas formadas e instruidas, y
con un grado de progreso técnico envidiable que los hace, por otra
parte, menos ideologizados
políticamente que en los del sur del continente. Es
esta una suerte de desarrollo humano que pocas zonas del mundo
poseen.
Hay
que entender a todo esto que, el que una persona sea en cierta
medida adecuadamente ilustrada, no solo le vale para saber
más, leer más libros, o interesarse por asuntos, digamos más
peliagudos; le vale también para ser más tolerante,
entender la democracia en su justa medida, huir de extremos, o
incluso sacar mejor partido a su vida. ¿Será por esto último que
las personas cultivadas viven más?. No
lo digo yo lo dicen estudios recientes.
Tener
la suerte de pertenecer a un país con gente suficientemente
preparada es una bicoca como ser humano. En un país así sus
ciudadanos no se dejan engañar por falsos profetas o demagogos
que surgen como hongos en tiempos turbulentos haciendo ofrecimientos
imposibles de realizar y que luego pagan todos con creces.
Tampoco tiranos o dictadores encuentran en ese tipo de naciones su
campo mejor abonado.
Un
país así, en donde la mayoría del pueblo son gente suficientemente
preparada tiene todas las de ganar. Los privilegiados
habitantes de él saben lo que mejor le conviene a medio y largo
plazo y no se dejan embaucar por cantos de sirena cortoplacistas
o con promesas de recibir todo tipo de prebendas que nunca se
cumplirían y que posiblemente le llevaría al desastre en no
demasiado tiempo… Un país así es lo que necesitamos.
Perdonen
mi insistencia pero esa forma de vida la tienen y disfrutan, tan
solo unos pocos, aunque bien es verdad que son pequeños en tamaño y
población, con lo que se administran mejor. Estos,
envidiados estados
llevan muchas décadas en democracia y sus ciudadanos elijen siempre
a partidos moderados para que les gobiernen, porque saben que
los radicales les
llevan al abismo. Son modelos en tolerancia para con el prójimo, en
sociabilidad y respeto al medio ambiente, y saben que con poco
que ponga cada uno de su parte el beneficio comunitario es enorme.
Sus
economías son variadas. No disponen de grandes empresas pero tienen
muy diversificada su producción. El PIB de
cada uno de ellos es muy alto y la renta per cápita, por tanto,
bastante elevada (dobla
la nuestra)
En consonancia con
todo esto
los sueldos son importantes y el salario mínimo ronda los dos
mil euros.
Al
hilo de los derechos de sus gentes, que son cuantiosos, debemos
resaltar también los deberes, que no son nada despreciables.
Éste chollo lo tienen porque los productos manufacturados que
elaboran y exportan están muy mecanizados y la productividad es muy
alta, con lo que las empresas se lo pueden permitir. Al
mismo tiempo la masa trabajadora es muy competente y especializada.
La
mayoría de estos países se han forjado y prosperado en el
modelo socialdemócrata, lo
que conlleva impuestos muy elevados, pero reciben grandes
prestaciones del estado. Este sistema merma un poco el
emprendimiento y la innovación al desmotivar a actuales y futuros
empresarios, pero lo suplen con la alta cualificación de su sector
productivo.
El
sistema político que tienen casi todos ellos es la monarquía
parlamentaria (igual
que el nuestro)
es decir, el rey es pura figura simbólica con escaso poder. La
composición de las cámaras y conjunto de leyes, no obstante, es
variada y difiere en cada uno de ellos.
Este
escaso elenco de naciones han sido los más tolerantes, respetuosos
y democráticos del mundo y por ello son envidiados.
Ellos
han sido los inventores del Estado
del Bienestar,
y ellos llegaron a la bendita conclusión, según la cual, es más
digno y más humano el que toda la gente tenga acceso a los servicios
esenciales y a las mismas oportunidades, y no solo unos cuantos.
Aunque
bien es verdad que con la globalización y llegada, por tanto, de
nuevos países a la modernidad occidental, el sistema está en franco
retroceso, lamentablemente.
Me
apetece enumerar, por si a alguien se le escapa alguno, la lista de
estos, verdaderos paraísos de convivencia para los seres humanos:
Suecia,
es el paradigma y el
más
conocido de todos, pero no se quedan a la
zaga: Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica y Luxemburgo,
países todos con monarquías parlamentarias…ni tampoco
Austria, Finlandia o Islandia…
estos son repúblicas.
Suiza,
merece mención aparte porque su modelo político es una república
confederada de regiones. Muy duros
en cuanto a permitir la entrada de inmigrantes y muy rico (la
renta per cápita más alta de Europa, 82.000 euros; la de España
es 28.000)
Este
pequeño país centroeuropeo ha conseguido mucho económicamente al
ser sede de muchos bancos, depositarios gran parte de ellos de
grandes fortunas mundiales de dudoso proceder.
Suiza
se jacta de haber sido siempre neutral, con lo que está al margen de
cualquier organismo de cariz político (está
fuera del mercado común europeo y del euro).
Posee también unas cuantas de las mayores empresas mundiales. Por
cierto, en su seno alberga cuatro idiomas bien distintos (alemán,
francés, italiano y romanche) y se llevan de maravillas. No
lo usan para dividir
como hacemos aquí, sino todo lo contrario.
Fuera
de Europa a esta lista se le pueden añadir: Nueva Zelanda,
Australia y Canadá, pero
algunos de ellos entran ya en la categoría de grandes países, y eso
merece una
segunda entrega.
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
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