jueves, 23 de noviembre de 2017

Ocho apellidos extremeños..




La vida se soporta
tan doliente y tan corta,
solamente por eso:
roce, mordisco o beso
en ese pan divino
para el cual nuestra sangre
es nuestro vino.
--Rubén Darío--


Apellidarse Gómez, Barroso o Sánchez por decir algunos, está mal visto en España, o por lo menos no tiene el pedigrí que debiera. Y no sólo porque los consideremos vulgares nosotros mismos, sino que a otros apellidos de cualquier zona no castellana lo elevamos a la séptima potencia, y simplemente por ser de origen nacionalista periférico, tan de moda hoy.
Es tanta la matraca que nos llevan dando, catalanes y vascos, sobre todo, con esa supuesta supremacía cultural y económica, que hasta en asuntos étnicos les admiramos. Creo que estamos en un proceso parecido al llamado “Síndrome de Estocolmo”, según el cual, no sólo nos menosprecian al resto hasta el punto de pretender dejarnos en la estacada e independizarse de nosotros, por atrasados y paletos, sino que encima vamos nosotros y les admiramos por ello. Sí, porque nos hemos llegado a creer que son mejores, mas guapos y mas listos que nosotros, aunque puede que esto último sea lo único cierto porque, miren...
¿Cuántos niños españoles de origen castellano tienen nombre vasco, incluso ahora catalán? No quiero dar muchos ejemplos para no ofender a nadie, pero haberlos haylos, y muchos. Pues sepan que no siempre ha sido así, hasta hace unas pocas décadas era justo lo contrario.
Resulta que hasta principios del siglo XX lo castellano, en lo cultural e idiomático, era lo mas "in". Era, sin duda, la lengua de la gente mas moderna y actual. Y no digamos en siglos pasados en los que hablar euskera o gallego, incluso catalán, era signo de, casi, analfabetismo. Ésta gente que ahora se vanagloria con aires de superioridad de sus mini-idiomas, antes se avergonzaban de ellos por retrógrados. Pero el tiempo pasa, y las modas, y ahora estamos al otro lado del péndulo.
Está claro que no hay nombres feos, ni apellidos inapropiados, tienen simplemente el valor o el carisma que queramos darles. La mayoría de las veces, por cierto, influidos por tendencias efímeras. Y resulta que la moda está ahora del lado de los nacionalistas y en contra de lo castellano, es decir, de lo nuestro.
En España, parece ser, sólo los catalanes y vascos tienen amor a su tierra si nos atenemos a los nombres que les dan a sus hijos. En el resto del país, según las listas de los más comunes, apenas cambian en cualquier región, todos tiran de las novedades del famoseo. Salvo en esas dos autonomías antes mencionadas que rebuscan lo indecible en su inexistente pasado noble para distanciarse del resto y endilgarle a sus vástagos supuestos nombres aborígenes. ¿Cuándo se ha visto en tierras vascongadas nombres de niños como Irati, Ibai, Aimar, June? Nunca. Pues ahora son los más usados allí. Por cierto, si alguien me dice cuáles de estos nombres son de niña o de niño prometo felicitarles..
Y pásmense, de los treinta apellidos más comunes en España, absolutamente todos son castellanos, siendo García el más usado. Nada menos que tres millones de españoles lo llevamos de primero o de segundo; yo lo llevo de tercero. El segundo más común, González, y el tercero Fernández. Y, miren que sorpresa, de los veinte más habituales de Cataluña, tan solo el apellido Torres (catalán) ocupa el puesto número dieciocho, el resto son todos castellanos, ocupando García el primer lugar, López el segundo y Martínez el tercero.
Pero no sólo Cataluña nos trae de cabeza, miren lo que ocurre en el País Vasco. De los veinte primeros apellidos todos son castellanos excepto el que termina la lista precisamente, es decir, el que hace el número veinte, que es Aguirre, el único de origen vasco. ¿Qué les parece? ¿Y para eso tanta matraca? Y nosotros acojonados con esta gente. Claro que bien es verdad que con la emigración de años pasados les inundamos de apellidos; de esos que ellos consideran inferiores.. En fin...
Dicho queda…
Joaquín Yerga




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