El partido del siglo
Los
ganadores tienen metas; los perdedores, excusas.
Anónimo
Se
terminó el partido llamado del siglo y ha ganado España por
goleada. Nadie duda a estas alturas que ha sido
agotador; de los que dejan huella de por vida en los aficionados.
Según
las casas de apuestas los pronósticos antes de disputarse el
encuentro eran: igualdad de probabilidades ante el resultado final
del mismo. Sin embargo el otro equipo, el perdedor, a pesar de jugar
con todas sus fulgurantes estrellas, nada más empezar dio muestras palpables de un
declive moral y físico preocupante. Su delantera, ante la falta de
un Messi que con su magia resolviera el encuentro, careció por
completo de la fortaleza y audacia de las que suelen hacer gala los
equipos de Primera. Con los jugadores del medio campo prácticamente
desaparecidos la defensa hizo aguas de manera escandalosa, con lo que el equipo llamado a
ser “Más que un Club”, defraudó a propios y extraños de modo alarmante. El capitán de ése equipo venido a menos, lejos de
reconocer su derrota sin paliativos a anunciado su fichaje por el
único club del mundo capaz de hacerse cargo de ruinas célebres, el
Racing Club de Bruselas, que ha asegurado a los medios informativos
que lo mantendrá un tiempo sin sueldo a la espera de resultados.
Por
la otra parte, el equipo español ha salido sin duda muy reforzado
del importante choque. Nadie olvida que partía con serias dudas de
resolverlo adecuadamente, pero ha sabido reaccionar a tiempo y al
final se impuso con un marcador contundente... de los que hacen
historia.
Todos
los entendidos apuntan a que el detonante que hizo a España motivarse y hacerse
un equipo uniforme y aguerrido fue la dura charla del seleccionador
unos días antes del partido. Y que todos los aficionados, por cierto, pudimos ver en directo. Después, la estrategia y planteamiento del
mismo a cargo del antaño cuestionado capitán el equipo fue
imprescindible para la victoria final. No hay que olvidar tampoco el
empuje aplastante y definitivo de la afición. Ése llamado jugador número doce, que ha sabido aupar al
equipo (con sus gritos de ánimo y sus constantes agite de banderas)
hasta lo más alto de la dignidad y del orgullo de unos colores.
Ahora,
como todo buen jugador que se precie, el vencedor no debe hacer leña
del árbol caído. Solo ellos, los derrotados, deberán recapacitar. Tendrán éstos
que recomponer sus depauperadas huestes con miras a hacer del equipo
uno mas humilde, capaz de jugar, (sin soberbia supremacía) en la misma
liga que el resto. Y por supuesto aceptar las normas que la federación europea y
nosotros mismos nos hemos dado.
Estamos de suerte, una
España más unida que nunca ha ganado la copa y la liga, y solo nos
falta para redondear esta excelente temporada ganar la Champions. Que
se juega por cierto, el próximo 21 de diciembre. Esto pinta bien. Todo el mundo nos señala como favoritos... vamos a no defraudarles ¡Aúpa España!
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
02/11/2017
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