jueves, 25 de agosto de 2016

En tu cama o en la mía.

                                                                                 




-¿Dónde estabas esta mañana?
-No recuerdo, hace demasiado tiempo de eso.
-¿Qué harás esta noche?
-Nunca hago planes con tanta antelación.
--Casablanca--

La mejor manera de consolarse que concibió la guapa Lauren Bacall mientras su marido, Humphrey  Bogart, agonizaba en un hospital, fue acostarse con Frank Sinatra.
Hay que reconocer que la idea no fue del todo mala. Nada mejor superaba al hecho de enjuagarse las lágrimas encamada con un tipo tan interesante y deseado como Franky. ¡Qué mejor que cambiar los lamentos de tristeza y sufrimiento por gemidos de placer!. Y es que con ésa gente de Hollywood, ya se sabe… ¡libertinos ellos!.
Cuatro fueron las veces que Humphrey pasó por la vicaria. Su matrimonio más conocido, el que le emparejó con esta intrigante de ojos verdes, la bella LaurenTrabajaron juntos en el Sueño eterno,  de Howard Hawks, y ya no se separaron. Bueno, eso es mucho decir, como acabo de contar.
Y ya sabéis que Bogart y la película Casablanca están indisolublemente unidos. Un millón de dólares costó rodarla. Pecata minuta si la comparamos con los 160 millones de la última de Tom Cruise 
Casablanca es una peli de culto para los amantes del cine, es la excelencia en cinematografía. Se filmó casi al inicio de la guerra, en 1942, cuando aún  estaban los nazis en sus horas más altas. Acababan de invadir Francia y gran parte de Europa.
En la ciudad de Casablanca, (protectorado francés entonces) respiraban aires de guerra aunque todavía no la sufrían. Y he aquí la contradicción: por una parte las autoridades eran francesas pero los alemanes dominaban la situación. Y en medio estaba Rick con su famoso garito, nido de intrigas o simple refugio de ludópatas de la ciudad.
El director de la peli fue Michael Curtiz, un exiliado judío que huía de los nazis. Sin duda realizó, quizás sin proponérselo, la mejor película de la historia del cine. Completó tal vez inconscientemente, un círculo virtuoso de romanticismo, pundonor y osadía, que muchos al terminar de ver la peli acabamos complacidos, emocionados, y con el sentido del deber por las nubes. 
Rick, un tipo en apariencia egoísta e interesado, oculta realmente un trasfondo de honestidad y romanticismo tal, que es capaz de jugarse la vida y su amor por la causa de la libertad. 
Emociona la escena final cuando, consciente de la importancia política de los personajes, Rick facilita la huida de Ilsa (Ingrid Bergman) a pesar de estar colado por ella, con su nuevo amor Víctor Laszlo (Paul Henreid) Y es aquí cuando su cómplice, el sargento de policía francés L. Renault (Claude Rains) pronuncia tal vez la más famosa frase del cine “Presiento que este es el principio de una gran amistad”.
En su día, Casablanca recibió tres Óscar, entre ellos a la mejor película. Apostaría que si se presentara a la próxima gala de entrega de ellos se los llevaría todos, de calle... ¡Amor de cinéfilo!.
Joaquín



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