martes, 12 de diciembre de 2023

Un viejo verde fuentecanteño

                                                                                     



Amalo todo, bebe de las rosas,

como la abeja, el zumo y la dulzura,

entrégate a la gracia de las cosas,

la vida, como el arte, es la ternura.

--Ricardo León--



¿Será cierta esa imagen. estereotipada, que tenemos todos de que, con la edad los hombres nos convertimos en unos gruñones y viejos verdes?. 

Pues iros olvidando. Va a ser que no. Todo apunta a que los viejos, al tener más control sobre las emociones, los hacen ser más tolerantes. Es decir, el que sea gruñón viejo verde lo es porque ya lo era antes. Lo dice la ciencia, conste.

Hay facetas de la personalidad que cambian a mejor con la llegada a la vejez: nos volvemos más agradables y menos neuróticos. Sí sí, con la edad nos volvemos altruistas y confiados y hasta más simpáticos, incluso se nos reduce el narcisismo y la psicopatía, rasgos típicos de la juventud.

"La personalidad se asienta con el paso a la edad adulta y se estabiliza sobre los 30 años" Dicen.. Jajaja, me río yo de esto. Eso se creía antes. Ahora se sabe que los de sesenta somos más empáticos y estamos mejor adaptados socialmente que los imberbes. Sin ir más lejos, yo soy ahora más tratable que a los 30. ¡Vamos, como de aquí a Manila!..

Nuestra personalidad puede estar marcada por factores genéticos, es cierto, pero las presiones sociales la van modelando a lo largo de nuestra vida. Es decir, que nuestra personalidad está ligada a nuestro bienestar y al proceso de envejecimiento, 

¡Ah!, y eso de que, mientras más viejo más pellejo, ni de coña, eso era antes. Ahora los viejos somos: llevaderos, interesantes, complacientes, atractivos, doctos, amenos, cariñosos, cautivadores y, en comparación con los jóvenes (que están económicamente tiesos) forraos. 😋😋😋

En fin

Joaquín






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