martes, 12 de diciembre de 2023

Confesiones de un viejo verde

                                                                                     


Qué me decís de esa imagen estereotipada que tenemos todos de que, con la edad los hombres nos convertimos en unos gruñones y viejos verdes, ¿Será cierta?

Pues va a a ser que no. Todo apunta a que los viejos, al tener más control sobre las emociones, nos hacen ser más tolerantes. Es decir, el que sea gruñón viejo verde lo es porque ya lo era antes. Lo dice la ciencia, conste.

Hay facetas de la personalidad que cambian a mejor con la llegada a la vejeznos volvemos más agradables y menos neuróticos, más altruistas y confiados y hasta más simpáticos, incluso se nos reduce el narcisismo y la psicopatía, rasgos típicos de la juventud.

"La personalidad se asienta con el paso a la edad adulta y se estabiliza sobre los 30 años" Esto se decía antes... Jajaja, me río yo de esto. Ahora se sabe que los de sesenta somos más empáticos y estamos mejor adaptados socialmente que los imberbes. Sin ir más lejos, yo soy ahora más tratable que a los 30. ¡Vamos, como de aquí a Manila!..

Nuestra personalidad puede estar marcada por factores genéticos, es cierto, pero las presiones sociales la van modelando a lo largo de nuestra vida. Es decir, que nuestra personalidad está ligada a nuestro bienestar y al proceso de envejecimiento, 

¡Ah!, y eso de que, mientras más viejo más pellejo, ni de coña. Ahora los viejos somos: llevaderos, interesantes, complacientes, atractivos, doctos, amenos, cariñosos, cautivadores y, en comparación con los jóvenes (que están económicamente tiesos) forraos. 😋😋😋

En fin

Joaquín






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