lunes, 11 de diciembre de 2023

El abuelo feliz que cuidaba del nieto tristón

                                                                                   


 

      

Amo esta calle, acaso porque en ella subsiste

no sé qué somnolencia de arrabal provinciano;

pero a veces la odio, porque, aunque siempre es triste,

me parece más triste cuando te espero en vano.

--J. A. Buesa--


Lo acabo de leer: las personas alcanzan los mayores niveles de bienestar vital a los 20 años y después de la jubilación. 😯😯😯

Bueno, no os extrañéis. En lo que a mi respecta lo corroboro. Hace ya mucho que pasé los 20 y apenas recuerdo si fui feliz, pero en lo de la jubilación, ¡Uy!, en lo de la jubilación de acuerdo al cien por cien..

Hay psicólogos que sostienen que entre los 30 y los 40 tocamos fondo y es a partir de ese momento cuando todo suele ir a mejor. En ese periodo más temprano de la vida sufrimos más inestabilidad emocional y, en consecuencia, nuestra visión de futuro es más pesimista. Sin embargo, una vez alcanzados los 55, ¡Oh, aleluya!, se acelera la curva de la felicidad, que ya no tiene fin.. 😍😍😍

Preguntad, preguntad a los viejos del lugar qué tal andan de felicidad, que ya os dirán ellos con una sonrisa de oreja a oreja que de puta madre, con perdón.

¿Creéis que no va a ser feliz un tipo de setenta años, con veinte años de vida por delante, con no muchos achaques, con su paguita de 1500 euros a perpetuidad, con su piso pagado, viajando casi gratis dos o tres veces al año y con la agenda superocupada de bailes, yogas, sevillanas, tai chí, pilates etc. etc. y todo por el morro? ¡Vamos vamos, a mi que no me digan, están los tíos encantaos!.😚😚😚

¡Ah!, y si alguno hay por ahí que os dice que no es feliz del todo, que haberlos haylos, es porque tiene que cuidar a los nietos, sino de qué. 😅😅😅

En fin



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