Cosas que nunca te dije
No
juzguéis y no seréis juzgados
Jesucristo
Teniendo
en cuenta que Jesucristo tal vez sea el hombre más influyente
que nos ha dado la historia y los siglos, es francamente poco lo que
sabemos de él. Algunos historiadores se aventuran a decir que apenas sabemos nada de su vida. Pero entresacando algún dato
que otro y revisando notas y textos de gente que vivió en su época
y lugar podemos arriesgarnos a cumplimentar el curriculum personal
de su vida y andanzas; aunque advierto que éste es muy poco
convencional. Muchos os sorprenderéis al descubrir cosas de él que
nadie jamás os han contado.
Sí, mirad, algún
dato fiable nos revela que su padre, José, fue ciertamente un
carpintero viudo, ya mayor y posiblemente con hijos. Su madre, María, sin embargo, era casi una niña cuando se casó con él. Quizás
por eso en cuanto Jesús se dio a la vida pública su padre
desaparece de la escena; lo más probable es que ya hubiera muerto y
por eso no se le vuelve a mencionar en ningún texto bíblico.
Otro
hecho desconcertante porque jamás nos lo contaron es que María no
era tan pobre como podríamos pensar. Todos sabemos era hija de
Joaquín y Ana, pero su padre sorprendentemente era un adinerado propietario y disponía de ovejas y terneras. ¿entonces? ¿Por qué
de la pobreza y humildad del pesebre en Belén?
Otro
gran enigma son los más que probables hermanos de Jesús, porque
haberlos haylos. Según una carta de S. Pablo a los corintios se
informa que al morir Jesús sus hermanos se instalaron en Jerusalén.
El más conocido, Santiago (no confundir con el apóstol) se hizo
cargo de la comunidad cristiana de esa ciudad y sabemos que fue
lapidado en el año 62 dc.. Los otros fueron: Jacob, José, Judá y Simón; incluso se cree que también hubo
hermanas, aunque de esto apenas hay datos. Todos estos realmente
serían hermanastros, es decir, hijos e hijas de José, que los traía
de otro matrimonio anterior cuando se desposó con la, casi, niña
María.
Pero siguiendo
con la vida no conocida de Jesús, deducen expertos que el idioma materno de
Jesús fue el arameo; apenas sabia hebreo, que era su raza, y tuvo que
aprenderlo en la sinagoga. Hay historiadores que creen que era muy
inteligente; tanto que llegó a aprenderse todas las leyes judías de
memoria, incluso a interpretarlas, quizás por eso le llamaban
“Maestro”..
Jesús
emprendió la vida publica ya maduro, tenia entre 30 y 32 años.
Recorrió diversos territorios y trató con mucha gente. Esto le hizo
adquirir ciertos conocimientos de filosofía. Se hizo bautizar en el
río Jordán por su primo Juan el Bautista, que ya profetizó
sus peripecias futuras. Estos episodios si nos son más conocidos.
Si bien es cierto que de su juventud conocemos muy pocos datos, no así de sus últimos
días, que está la cosa más clara. Se sabe con cierta seguridad que
la Última Cena fue en jueves, la detención esa misma madrugada, y
la crucifixión y muerte el viernes. El sábado lo enterraron, pero
nos falta el año definitivo de estos acontecimientos. Hubo un lío a
la hora de confeccionar el nuevo calendario que aun no se ha
solventado.
¿Y del
aspecto físico de Jesucristo qué sabemos?... pues muy poca cosa. Bien
es verdad que siempre nos lo han representado como un hombre joven,
de apariencia europea y con el pelo largo y medio rubio, pero eso es
imposible porque Jesús era judío de pura cepa. Para el que no lo sepa, los judíos puros son semitas y estos poseen unas características muy definidas, son parecidos a los árabes, es decir, morenos y de piel más bien tostada.
El
primer retrato que tenemos de Jesús apareció en una pared de unas
catacumbas romanas del año 180 d..c.. O lo que es lo mismo, 145 años
después de su muerte y nos lo presentan como un hombre ciertamente
semita, con la nariz puntiaguda, barbudo, de labios gruesos y con el
pelo negro y abundante. Ésta es la imagen que más se ajustaría a
su verdadero aspecto. Aunque la primera autoridad importante que
habla de la apariencia física de Cristo es el obispo san
Ireneo de Lyon, que aseguró que existían representaciones de la
época hechas por gente que lo conoció, pero lamentablemente se han perdido esas
referencias.
Lo
cierto y verdad es que todo lo que sabemos de Jesús es lo que las
autoridades del momento quisieron que supiéramos, pero que no tiene
que ser necesariamente la verdad de lo que pasó. Pero ya lo dijo una
vez un tal Harold Bloom, estudioso de la Biblia, “Todos los hombres y mujeres que conozco
tienen dentro de sí su propio Jesús” Y al final eso es lo que cuenta, ¿no les parece?
.
Joaquin Yerga
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