viernes, 29 de julio de 2016

Perdón por la intromisión.





La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontramos las pastillas que nos aliviaran.
B. Davis


Algunos aprovechamos cualquier asunto de rabiosa actualidad, o no tanto, para arrancar con algún articulillo, y así airear nuestra opinión al respecto. Da igual el tema a tratar, debe ser que en ausencia de otros medios donde propagar nuestra ideología (entiéndase como el conjunto de ideas y no solo política), aprovechamos cualquier formato para expresarlas; hoy en día los blogs literarios nos viene que ni pintado.
No sé qué entenderá la psicología moderna (como ciencia que estudia nuestra alma) para este tipo de, digamos, aberración literario-lenguaraz que nos domina. Posiblemente y como todo lo que sucede en nuestro ser más profundo denotará algún tipo de carencias, ya sea de carácter afectivo, emocional o vete a saber. Pero... Bien pensado, tal vez influya más que nada el hecho de saber que alguien en la distancia se molesta en leer las cuatro simplezas que escribe un tipo, con ínfulas de escritor pero, que no pasa de ser un cansino exhibicionista.
Expuestos, pues, los preámbulos voy sin más dilación al tema de hoy; y es que: tres horas al día tumbado en el sofá viendo la tele deteriora nuestro sistema cognitivo considerablemente. Éste es el resultado de un reciente estudio bastante serio y que publican hoy algunos diarios.
No hace falta remitirse a tan sesudo estudio para darse cuenta de manera palpable que la caja tonta… atonta,  y valga la redundancia. Imagino que lo de la tele será según lo que veamos. Y lo del sofá irá más bien por lo del sedentarismo, es decir, la falta de ejercicio físico.
Supongo que perder el tiempo amargamente tardes enteras deleitándose con “los graves asuntos” que le acontecen a Belén Esteban o a Kiko Hernández en Sálvame, no debe ser muy estimulante para el desarrollo y movilidad de nuestras conexiones neuronales. Más bien al contrario, las adormecen cuando no las enmohecen. Pero no solo debemos minusvalorar este programa de Telecinco, en general todos los de la cadena son un pésimo alimento didáctico para nuestras entendederas.
Casi todos los canales de televisión  tienen actualmente una programación penosa, si la miramos con ansias pedagógicas o de entretenimiento. Si acaso se salva la Segunda, de Televisión Española, pero, ¡Claro!  Apenas la ve nadie... Bueno,  si atendemos a la opinión de la gente tendría un 50% de audiencia, aunque luego, según los datos del  EGM,  apenas alcanza el siete u ocho por ciento. Esto demuestra que la gente entiende que, habría que ver la Segunda por su contenido social y formativo, pero como se lo pasa pipa es viendo "Sálvame".
Creo que la televisión es el único medio que a mucha gente, sobre todo mayor, le llega la información; por lo tanto habría que aprovecharlo  para inculcarles otro tipo de cultura más provechosa, que de otra manera ni la huelen. Y ya se sabe,  un país culto es un país con mejor futuro y bienestar... La alternativa es una población súper enterada de los cotilleos de famosos, o de las alineaciones de los equipos de fútbol, pero potencialmente analfabeta en asuntos primordiales como: civismo, tolerancia o incluso democracia.
Otro informe de la Unión Europea, y perdónenme por ser tan reiterativo, indicaba que en España tan solo la mitad de su población tiene conocimientos aceptables de asuntos financieros básicos para poder gestionar sus propios ahorros (el que los tenga ¡claro!..)  En países como Dinamarca o Alemania la sapiencia en estos asuntos alcanza el ochenta por ciento... ¡Y luego nos quejamos de la rapiña y engaño de los bancos!!.
Se podría argumentar a favor de nuestra ignorancia que, por ejemplo, por ser países latinos en donde el sol señorea gran parte del año nos permite desarrollar nuestras vidas en la calle, y que esto invita a la población a un tipo de relaciones más directa y humana, por supuesto nada que ver con los nórdicos, que su duro clima fomenta la vida hogareña, más apropiada para recogimientos y lecturas. Esto es cierto y por supuesto influye, pero también la estricta enseñanza católica, nuestro pasado, o las peculiares costumbres hispanas tienen mucho que decir de nuestro atraso. Porque, fijémonos en Australia o en los estados del sur de los Estados Unidos, como... California, Tejas o Florida, zonas extremadamente cálidas como la nuestra, pero en donde el éxito y prosperidad tiene mucho que decir.
No quiero ni debo terminar este escrito haciendo proselitismo de moralidad o buena conducta ¡Quién soy yo para eso! pero no puedo resistirme aconsejar: ver lo imprescindible en la tele, y como alternativa… leer  de vez en cuando algún libro,  y los consabidos: pasear, ir al cine etc.   Ya se sabe,  por la buena salud de nuestro cerebro que por otra parte lo es todo.
Dicho queda...
                                                                       Joaquín Yerga


No hay comentarios:

Publicar un comentario