miércoles, 27 de julio de 2016

Perdonen que no me levante...




El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.
Voltaire


Hay ocasiones, muy pocas por cierto, en las que uno anda muy suelto de ideas para escribir. En otras, sin embargo, no aparecen ni a la de tres. Éstas ideas, abstractas ellas, se materializan posteriormente en palabras y con ellas organizamos frases, que unidas y ordenadas debidamente explican y aclaran (aunque no siempre) el concepto de lo queremos transmitir. Es decir, sencilla y llanamente y para no enmarañar al personal escribir sobre algo. Lo que digo es pura retórica... ¡Por Dios! que nadie piense que estoy filosofando.
Esta tarde sentado tan a gusto en mí reducido y humilde escritorio, y con la página de Word  aun en blanco, (virginal y prístina ella) espero como agua de mayo alguna señal procedente de alguna embrionaria idea que surja en mi cabeza para así poder arrancar con algún articulillo medianamente sólido, pero me temo que tendré que resignarme, mis neuronas están echando la siesta, o meditando, así que por primera vez y sin que sirva de precedente voy a comenzar de otra manera. En vez de ir de lleno a un tema en concreto y desarrollarlo, hoy, y puesto que ando espeso de motivación voy a ir descartando asuntos sobre los que no pienso escribir bajo ningún concepto.
¿De política?... ni pensarlo. Ya se encargan los medios audiovisuales con sus debates políticos a todas horas de soliviantarnos y hacernos creer que estamos en una pre-guerra civil casi todos los días. Pasar de vez en cuando de la abrumadora actualidad es un acto de fina sabiduría que refuerza nuestra quietud.
¿Escribir algún divertido relato?... Tampoco hoy tengo sutileza para eso. Ya he advertido de la pasividad de mis células grises, como diría Poirot, (el detective estrella de Agatha Christie). Hace falta que aparezca de manera espontánea alguna ingeniosa ocurrencia. Y eso sucede, me temo, de pascuas a ramos. Para editar algún cuento o relato corto hay que tener muy presente, no solo presentarlo debidamente, sino sorprender al lector con un final inesperado. A menudo compilar una historia creíble y más o menos entretenida en tan poco espacio, no es tarea fácil. Además se constata perfectamente que no estoy a partir un piñón con las Musas.; me rehuyen, no se me acercan. Lo digo tal y como lo siento.
¿Y volver con lo de Cataluña?...  Es faena política, pero abarca muchas más disciplinas., aun así paso olímpicamente del asunto... Es un mono-tema siempre latente y que llevamos con él hace más de cien años. Y que, por cierto, mucho me temo nos seguirá dando muchos días de gloria; informativamente hablando ¡claro!... porque éstos arrogantes nacionalistas nunca se darán por vencidos.
¿De guerras, de terrorismo?... me niego a escribir siquiera más de dos líneas a cerca de los lamentables actos terroristas, tan absurdos, que están perpetrando islamistas radicales en algunos países del mundo. Son tan carentes de sentido común que apenas merece comentarios, solo desprecio.
¿Y qué tal de economía?... Aunque algo me interesa el asunto no es el día más adecuado para hablar de ello... Y es que yo de sapiencia en lo tocante a los dineros, lo justo. Apenas me administro en casa. Con ajustar ingresos y gastos me apaño... Si hicieran lo mismo que yo el Sr. Montoro y en el Ministerio de Hacienda, no tendríamos que destinar un tercio de los gastos a pagar los intereses de la descomunal deuda que nos atosiga. No hay más que proceder en el estado como en la casa de cada uno, es decir, gastar lo que se tiene.
¿Y de sexo?... nunca lo he tocado. Me refiero al tema como tal, no pensemos mal. jeje... Algún día abordaré el asunto de manera extensa y sincera, mientras tanto como novedad y  aunque tampoco es pertinente hoy extenderse demasiado, anotar la salida al mercado de la llamada Viagra femenina en forma de pastillas. Sólo quiero aportar una pequeña advertencia muy personal… algunos posiblemente tengamos que hacer acopio de la masculina si aquella surte el efecto que vaticinan sus creadores.
¿Y de Fútbol?... ¡Dios mío!, con solo mencionarlo me abandonarían mis tres seguidores de Twitter  y, los cuatro de Facebook. El fútbol y la política son materia propicia para cabreos varios y mamporros dialécticos, (a veces también físicos) Son temas delicados y polémicos y como tal hay que tratarlos... Que conste, y a mi humilde parecer, no debería ser así porque la política son ideas, y si éstas son democráticas, todas son respetables. En el deporte rey en cambio el que preside y reina es el corazón. Aquí la razón no pinta nada, todo es emoción, sentimiento y tradición. Y ante éstos “sólidos argumentos”  no valen juicios ni reflexiones.
Como he decidido esta tarde no hablar de asuntos fundamentales y no obstante debo completar el folio, me voy a tomar la libertad de escribir sobre un propósito muy loable. Y que suele encantar, por cierto, al género femenino (por otra parte más inteligente y sensible que el contrario) del Amor, de mis amores, pero... me quedo sin espacio. Seguiré otro día…
                                       Joaquín Yerga
                                       12/04/2015



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