Perdonen que no me levante...
El
secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.
Voltaire
Hay
ocasiones, muy pocas por cierto, en las que uno anda muy suelto
de ideas para escribir. En otras, sin embargo, no aparecen ni a
la de tres. Éstas ideas, abstractas ellas, se materializan
posteriormente en palabras y con ellas organizamos frases, que
unidas y ordenadas debidamente explican y aclaran (aunque no
siempre) el concepto de lo queremos transmitir. Es decir, sencilla y
llanamente y para no enmarañar al personal escribir
sobre algo. Lo que digo es pura retórica... ¡Por Dios! que
nadie piense que estoy filosofando.
Esta
tarde sentado tan a gusto en mí reducido y humilde escritorio,
y con la página de Word aun en blanco, (virginal y prístina
ella) espero como agua de mayo alguna señal procedente de
alguna embrionaria idea que surja en mi cabeza para así
poder arrancar con algún articulillo medianamente sólido, pero me
temo que tendré que resignarme, mis neuronas están echando la
siesta, o meditando, así que por primera vez y sin que sirva de
precedente voy a comenzar de otra manera. En vez de ir de lleno
a un tema en concreto y desarrollarlo, hoy, y puesto que ando
espeso de motivación voy a ir descartando asuntos sobre los que
no pienso escribir bajo ningún concepto.
¿De
política?... ni pensarlo. Ya se encargan los medios audiovisuales
con sus debates políticos a todas horas de soliviantarnos y
hacernos creer que estamos en una pre-guerra civil casi todos los
días. Pasar de vez en cuando de la abrumadora actualidad es un acto
de fina sabiduría que refuerza nuestra quietud.
¿Escribir
algún divertido relato?... Tampoco hoy tengo sutileza para eso. Ya
he advertido de la pasividad de mis células grises, como diría
Poirot, (el detective estrella de Agatha Christie). Hace falta
que aparezca de manera espontánea alguna ingeniosa ocurrencia.
Y eso sucede, me temo, de pascuas a ramos. Para editar algún cuento
o relato corto hay que tener muy presente, no solo presentarlo
debidamente, sino sorprender al lector con un final inesperado.
A menudo compilar una historia creíble y más o menos entretenida en
tan poco espacio, no es tarea fácil. Además
se constata perfectamente que no estoy a partir un piñón
con las Musas.; me rehuyen, no se me acercan. Lo digo tal y como lo
siento.
¿Y
volver con lo de Cataluña?... Es faena política, pero abarca
muchas más disciplinas., aun así paso olímpicamente del
asunto... Es un mono-tema siempre latente y que llevamos con él
hace más de cien años. Y que, por cierto, mucho me temo nos
seguirá dando muchos días de gloria; informativamente hablando ¡claro!... porque éstos arrogantes nacionalistas nunca se darán por
vencidos.
¿De guerras, de terrorismo?... me niego a escribir siquiera más de dos líneas
a cerca de los lamentables actos terroristas, tan absurdos, que están
perpetrando islamistas radicales en algunos países del mundo. Son
tan carentes de sentido común que apenas merece comentarios, solo
desprecio.
¿Y
qué tal de economía?... Aunque algo me interesa el asunto no es el
día más adecuado para hablar de ello... Y es que yo de sapiencia en
lo tocante a los dineros, lo justo. Apenas me administro en casa. Con
ajustar ingresos y gastos me apaño... Si hicieran lo mismo que yo el
Sr. Montoro y en el Ministerio de Hacienda, no tendríamos que
destinar un tercio de los gastos a pagar los intereses de la
descomunal deuda que nos atosiga. No hay más que proceder en el
estado como en la casa de cada uno, es decir, gastar lo que se
tiene.
¿Y
de sexo?... nunca lo he tocado. Me refiero al tema como tal, no
pensemos mal. jeje... Algún día abordaré el asunto de
manera extensa y sincera, mientras tanto como novedad y
aunque tampoco es pertinente hoy extenderse demasiado,
anotar la salida al mercado de la llamada Viagra femenina en
forma de pastillas. Sólo quiero aportar una pequeña advertencia
muy personal… algunos posiblemente tengamos que hacer acopio de la
masculina si aquella surte el efecto que vaticinan sus
creadores.
¿Y
de Fútbol?... ¡Dios mío!, con solo mencionarlo me abandonarían
mis tres seguidores de Twitter y, los cuatro de Facebook. El
fútbol y la política son materia propicia para cabreos varios y
mamporros dialécticos, (a veces también físicos) Son temas
delicados y polémicos y como tal hay que tratarlos... Que conste, y
a mi humilde parecer, no debería ser así porque la política
son ideas, y si éstas son democráticas, todas son respetables.
En el deporte rey en cambio el que preside y reina es el corazón.
Aquí la razón no pinta nada, todo es emoción, sentimiento y
tradición. Y ante éstos “sólidos argumentos” no valen
juicios ni reflexiones.
Como
he decidido esta tarde no hablar de asuntos fundamentales y no
obstante debo completar el folio, me voy a tomar la libertad de
escribir sobre un propósito muy loable. Y que suele encantar, por
cierto, al género femenino (por otra parte más inteligente y
sensible que el contrario) del Amor, de mis amores, pero... me
quedo sin espacio. Seguiré otro día…
Joaquín
Yerga
12/04/2015
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