¿Mi
mejor verano ¿ Sin duda, uno que todavía no he vivido.
(P.Roth)
Se nos fue julio y
también su vecino de almanaque y fatigas agosto de este anodino 2014. Aun nos
queda septiembre para completar el actual verano pero todo apunta que este
rezagado y complementario mes estival pase a la historia sin hechos relevantes, e informativamente hablando sin mayor pena ni gloria.
Según están las cosas
mejor es digerir el tiempo sin grandes acontecimientos de última hora pues como dice el chiste ¡¡que
me quede como estaba!! Imagino que siempre habrá sido así, las cosas buenas, a
nivel global, no vienen de golpe sino que poco a poco y con el paso de los años
las valoramos positivamente sobre todo si mejoran las que tenemos en ese momento. Las negativas por el contrario
se presentan de manera imprevista y nos
hacen cambiar en todos los sentidos de forma brusca y desagradable.
Es corriente que durante el verano y más en
agosto haya menos noticias del tipo socio-política en general de las que nos tienen acostumbrados
los medios audiovisuales el resto del año; los políticos se cogen
vacaciones así como los periodistas y
lamentablemente estamos supeditados a ellos. Ellos deciden cuándo algo es
importante y cuando no lo es, de ellos depende poner al país patas arriba o que
haya serenidad y normalidad, aunque en este querido país nuestro esto último es
muy subjetivo. Precisamente por esta falta de noticias políticas, económicas o
sociales que son tan habituales la mayor parte del año surgen otras aparentemente
significativas y que a fuerza de
aparecer en los medios se convierten en “serpientes de verano” es decir
aparecen de golpe, todos hablan de ella y después desaparecen y no que queda
rastro de ella, este fenecido verano no ha sido prolijo en ellas pero alguna ha
habido.
Este año se ha hablado
lamentablemente de guerras así que más que serpientes han sido monstruos de
muchas cabezas. Comenzamos las vacaciones con el eterno conflicto árabe
–israelí, mas de mil quinientos muertos, niños heridos o desplazados y destrucción
masiva, imágenes en los telediarios a la hora de comer como de costumbre… pues a
estas alturas de septiembre parece no haber existido y la misma historia se
repite con las guerras de Ucrania y las pavorosas imágenes de los decapitados en el incipiente
estado islámico del norte de Irak.
De aquí de nuestro país
no ha habido mucho que arrascar en cuanto a novedades si acaso el sorprendente
“caso Pujol” y su prole con su fabulosa fortuna amasada de manera depredatoria,
por cierto este affaire nos viene bien a los partidarios de la unidad de la
nación pues ha desactivado o enfriado en cualquier caso de manera clara la
fogosidad de muchos partidarios de la independencia de Cataluña que nos tenían
prometido un otoño entretenido; estos nacionalistas habían insuflado a la población que allí no tenia cabida la corrupción,... eso era cosa de los españoles.
El penoso asunto del virus del ébola en África y su posible repercusión en España por el contagio, traslado y posterior fallecimiento del misionero y colaborador medico Miguel Pajares, también ha llenado páginas de periódicos y horas de tertulias, quizás fue asunto principal durante la primera parte de este.. suave verano, climatológicamente hablando, que se nos escapa,…. ahora ya nadie se acuerda.
El penoso asunto del virus del ébola en África y su posible repercusión en España por el contagio, traslado y posterior fallecimiento del misionero y colaborador medico Miguel Pajares, también ha llenado páginas de periódicos y horas de tertulias, quizás fue asunto principal durante la primera parte de este.. suave verano, climatológicamente hablando, que se nos escapa,…. ahora ya nadie se acuerda.
Por lo demás, parece que
volvemos a aquellos agostos de antaño, con sus consabidos atascos en las
carreteras, con playas a rebosar y
bulliciosas fiestas repartidas generosamente por toda nuestra “piel de toro”. Hablando
de todo un poco algo tendremos los españoles además del buen clima para que
seamos el tercer país del mundo receptor de turistas y visitantes, casi
cincuenta millones pisaran este año nuestro solar patrio, esto nos deja unos
caudales equivalente a lo que nos gastamos en petróleo y teniendo en cuenta que
somos los más dependientes de este preciado líquido elemento de Europa, pues
calculemos.
Aprovechando el tema
veraniego, el binomio verano- vacaciones posiblemente vaya a ser nuestra
panacea económica como país. Si aprendemos a hacerlo bien, con el patrimonio
cultural que nos han dejado nuestros antepasados, nuestras montañas y nuestras
playas tenemos el futuro casi asegurado.
No somos de grandes industrias como los alemanes, ni poseemos las condiciones socioeconómicas apropiadas para que surjan muchos Bill Gates
o Mark Zuckerberg, (el fundador de Facebook) , pero sí tenemos la suerte de pertenecer a un país democrático, con un
nivel de vida aceptable y con un sistema sanitario envidiable, esto unido a lo
que lo que nos ha regalado la naturaleza, hace de España un destino inevitable
y envidiable para todos los sufridos, y estos sí, industriosos y emprendedores
ciudadanos europeos.
Continuando con el asunto,
al que he llegado por cierto estrujando al máximo la cara positiva de este sempiterno verano nuestro y habiendo sido
testigo directo este agosto pasado en Fuengirola y Marbella de cómo contribuyen ingleses o alemanes a nuestro desarrollo con los parabienes en forma de divisas con que nos
obsequian la mayoría de estos turistas (también hay otros por desgracia que
solo nos dejan como dádivas ruido y basura) no deberíamos avergonzarnos en
basar gran parte de nuestra economía en complacer a estos visitantes,
facilitándoles su estancia entre nosotros a través de los numerosos puestos de
trabajo generados a tal efecto, eso sí, procurando atraer a un turismo de
calidad que conlleven salarios de
calidad. No nos debemos acongojar por parecer un país de albañiles y camareros,
como peyorativamente nos acusan algunos europeos, ahora que una gran parte de
los primeros están en paro por circunstancia que todos conocemos, tendremos que
potenciar y mejorar los puestos de
trabajo que nos proporciona el turismo, no queda otra.
A pesar de que aún colea
el verano, a todos los efectos comienza ya una nueva temporada y
esta se presenta atractiva en muchos
ámbitos, especialmente en el económico, por si se confirma la salida patosa de
la crisis, en lo político, se vislumbra ya las elecciones autonómicas y
municipales del mes de mayo con la incógnita del fin del bipartidismo y la irrupción
de Podemos, y a más corto plazo el desafío
catalán; umm…. ¡interesante panorama!
Joaquin Yerga
02/09/2014
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