sábado, 6 de septiembre de 2014

La Diada

                                                                Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.
                                                                                                           (J.W.Goethe)

   En los próximos días se celebrará el día (Diada) de Cataluña y un mes después la anunciada consulta para la independencia y  aunque al resto de los españoles, por lo menos a una mayoría de ellos, parece no importarles demasiado yo sí creo que nos jugamos mucho.
   Para no entrar de golpe en materia quiero exponer algunos antecedentes previos. Antes de la revolución francesa los países y los pueblos en general no estaban habitados por ciudadanos sino por súbditos del rey. Eran monarquías más o menos absolutistas y los reyes eran dueños de las personas y sus destinos. Los pueblos y las propiedades pertenecían a diferentes miembros de la nobleza que estaba organizada de manera más o menos jerarquizada y en donde el poder máximo era el rey. Estas posesiones pasaban de padres a hijos de tal forma que siempre permanecían en las mismas manos.      Los reyes y herederos se casaban unos con otros dentro de las cuatro o cinco casas reinantes y así agrandaban o disminuían sus dominios. Los habitantes de estos no contaban para nada y los pueblos en donde residían podían pasar de un imperio a otro sin ellos participar.  A partir de 1789, con la revolución,  hubo un cambio drástico de ordenamiento, las gentes, es decir los habitantes se encontraron con la novedad de ser dueños de sus territorios y en consecuencia de sus países, pasaron a ser ciudadanos de pleno derecho. Todo esto necesito un trámite de años, reivindicaciones y mucho sufrimiento. Actualmente ya nadie discute que los ciudadanos de cada país somos los dueños absolutos del mismo y podemos elegir  quien nos gobierne y que sistema nos interesa más.
   La formación de los diferentes países en el mundo y sobre todo en Europa está determinada y asentada hace muchos años, o siglos en el caso español. Nosotros hemos padecido más que otras naciones de nuestro entorno por diferentes motivos: reyes absolutistas nefastos, exacerbaciones religiosas, guerras civiles etc. todo ello derivó  y contribuyó  a que fuésemos un pueblo atrasado y  acomplejado. Desde hace casi cuarenta años por fin hemos conseguido realizar los sueños de nuestros próceres  más insignes, Jovellanos, Fernando de los ríos, Joaquín Costa, Besteiro, Ortega y Gasset, Marañón y tantos otros que imaginaron una España unida y diversa a la vez, culta y democrática, libre y solidaria, desarrollada y en donde se respeten todas las opciones personales; nosotros somos los privilegiados que casi palpamos esa España soñada.  A pesar de que no todo es perfecto y siendo consciente de que hay gente que lo pasa mal, jamás en nuestra dilatada historia tantos españoles vivimos tan dignamente.
   Justamente ahora que hemos conseguido todo eso, de estar entre las quince o veinte naciones del mundo en donde vivir merezca la pena, un privilegio solo permitido a una parte mínima de la población mundial, surgen territorios en donde sus habitantes egoístamente quieren romper la baraja y volver a las andadas.
  Lo que sea de Cataluña o de cualquier otra región del país lo tenemos que decidir entre todos los españoles, pues afecta a la totalidad. Ese derecho que nos ha costado tanto en conseguir y que es el que siempre han perseguido los sectores más modernos y progresistas, aquí es España desde la constitución de 1812, no podemos perderlo por cuestiones vagas o pseudoprogresistas como es el derecho a decidir que esgrimen los partidos más de izquierdas y los nacionalistas. Lo que sea de esta región será lo que queramos todos, incluidos extremeños, gallegos o murcianos por nombrar algunos.
   Si permitimos la consulta corremos el peligro de que gane el sí a la independencia pues ellos han jugado con ventaja, llevan años gastándose el dinero de todos en propaganda insuflando a los jóvenes la falsa idea de que no son españoles y además les robamos.
   Si consiguieran separarse de España ¿qué sería de nosotros ¿ A Cataluña siempre se le ha beneficiado desde el gobierno de turno y desde hace ya varios siglos. Le hemos concedido prebendas, últimamente bajo amenaza de revueltas nacionalistas y todos los expertos coinciden que su riqueza es tal debido a su pertenencia a España desde hace más de quinientos años.
   Sin duda alguna este es el mayor problema que tenemos los españoles desde hace más de setenta años. Si Cataluña fuese independiente, España, nuestro país seria insignificante en Europa y no digo ya en el mundo.
  A pesar de la grave crisis que padecemos, de los más de cinco millones de parados y otros graves problemas, todo esto es coyuntural, algún día pasará siempre ha sido así pero si a un gran país como es el nuestro le permitimos un desgarro de esta magnitud: una cuarta parte de su territorio el más diverso, con casi ocho millones de habitantes, además el mas prospero y desarrollado, el mazazo político, económico y cultural seria apoteósico, no seriamos los mismos y no exagero.
  Además de los problemas de índole económico y estructural esta el psicológico, creo que no seremos conscientes del shock traumático que soportaríamos hasta que ocurriera y después ya no habría marcha atrás. Por eso sería conveniente  que los partidos políticos, que no quieren una Cataluña independiente, pero actúan de manera irresponsable a mí entender, malinterpretando una democracia,  real según ellos, de manera exquisita permitiendo que una parte de españoles decidan por la totalidad, se lo hiciesen mirar.
   No nos equivoquemos, ellos , los nacionalistas, han aprovechado los recursos y poderes que le hemos dado de manera desleal y los han utilizado en contra nuestra de manera mentirosa durante casi cuarenta años y algunos de nosotros con el.. buenismo que nos caracteriza  nos saltamos nuestras propias leyes, le concedemos  la oportunidad de que se vayan con su riqueza y nos dejen tirado en la más absoluta indigencia moral y  económica  basándonos en un supuesto… derecho a decidir de los pueblos, como si el catalán estuviese oprimido.
   Imaginemos por un momento como quedaríamos: treinta y dos millones de hab., un 25%  menos de PIB., tasa de paro 30% aprox. y la media en todos los parámetros de riqueza por los suelos, a nivel de Bulgaria o Rumania, si le permitimos la independencia, al ser la región más prospera con diferencia,  nos quedaría la media bajísima.
   Más consecuencias que percibo: al prescindir de los fondos que traspasa Cataluña a la caja común, y con Madrid no se podría contar de la misma manera al empequeñecer el país, Andalucía y Extremadura sufrirían una merma  de caudales públicos impactante, no podrían financiar la seguridad social ni pensiones, ni llegarían otras ayudas que le permiten ahora subsistir dignamente, esto la población debería saberlo ¿debemos permitir una consulta con estas graves consecuencias , basándonos en una supuesta libertad de decidir ¿ Hasta ese extremo queremos llevar la irresponsabilidad de un país acomplejado por culpa de años de dictadura ¿. Ningún país del mundo permiten sus leyes la separación de una parte de su territorio ¿ Somos nosotros, como tantas otras ocasiones, los más tontos de la clase ¿.  ¿Y después que¿ ¿abrimos la puerta a que se vayan otras regiones?
   Yo me conformaría con que a todo el mundo se le explicara de manera clara y nítida las consecuencias de ser tan buenos y archidemocratas y supieran que los más perjudicados serian los pobres, como siempre, andaluces y extremeños a quien en teoría dicen defender los partidarios de la consulta y después que decidan en consecuencia. Yo lo tengo claro.
                                                                                                            Joaquín Yerga

                                                                                                              06/09/2014

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