sábado, 27 de septiembre de 2014

Gallardón y otras cosas


  

                            El progreso democrático no es bajar a la élite al nivel de la masa
                            sino elevar el nivel de la masa al de la élite.
                             ( G.Le Bron)




El ya ex ministro Gallardón ha pasado, en un par de años, de ser el miembro del PP más progre, (según el  periódico el país) cuando era alcalde de Madrid, a ser ultraconservador entre otras razones por ser el impulsador principal de la  elaboración de la nueva ley del aborto que quiso poner en marcha y que al final no vio la luz.
    Este país nuestro es incorregible, todavía, después de la copiosa historia que poseemos y habiendo vivido  ya treinta y cinco años en plena democracia, seguimos sin saber que queremos ser de mayor. En cualquier país occidental que se precie las grandes líneas maestras que estructuran la nación están bien delimitadas y con acuerdo total entre las principales fuerzas políticas, aquí no, aquí nos cuestionamos absolutamente todo.
    Lo de la ley del aborto es otro motivo más para tirarnos los trastos a la cabeza. Fue en tiempos de Felipe González cuando se promulgo la primera ley, necesaria entonces,  pues veníamos de una dictadura refrendada por la iglesia católica. Se legalizó sin la aprobación del PP, que después de llegar al poder no la derogó y acabaron de alguna manera por aceptarla pues el pueblo la consintió sin aspavientos. Vino después Zapatero que como en todo quiso darle la vuelta como un calcetín a lo establecido y sin ningún tipo de consenso saco una nueva norma, discutible en algunos aspectos (como lo de poder abortar niñas de dieciséis años sin el consentimiento de sus padres) y ahora el gobierno actual afortunadamente con buen criterio a mi entender, ha rectificado  y aunque haya una fuerte intención  electoral en ello ha paralizado las nuevas modificaciones que pensaba hacer de la ley, excepto lo de las niñas de dieciséis años, yo creo que acertó aunque le haya costado  el cargo a Gallardón, qué le vamos a hacer.
   Seguimos sin aprender de los errores y perseveramos en la manía o marrullería cortoplacista de gobernar solo para los ciudadanos que nos votan y no para todo el país como seria lo natural. Aquí en cuanto llega un nuevo partido al poder, saca sus leyes  según su ideología, las aprueba y están en vigor solo los cuatro años que dura la legislatura porque en cuanto llega al gobierno el otro partido lo primero que hace es derogarlas, y así nos va, continuamente de mudanzas y la población sin saber a qué atenerse.
   Yo apostaría a que uno de los males, esenciales, que nos aflige a los españoles y  que nos impide ser europeos modernos de primera es la fuerte carga ideológica que derrochamos para todo. Hay asuntos, capitales por cierto, en los que no  apreciamos  mas colores que el blanco o el negro, nada de grises, eso no va con nosotros, aunque también he de decir que quizás estas actitudes extremas se den  más en las clases dirigentes que en el pueblo,  luego este se deja llevar sin profundizar en las diferentes materias, solo a base de eslóganes vacuos.
    Si hablamos del aborto, como he señalado arriba, o todo o nada, encontramos rápidamente dos posturas irreconciliables derecha NO o izquierda libre total y además se hace fuerte proselitismo a favor o en contra ¿Que impide aprobar unas leyes de consenso que contenten a todos o por la menos a una mayoría de españoles para que nunca más se vuelva a tocar el tema ¿
    De la corrupción política que decir, ya sabemos, si el que comete la fechoría  es del partido contrario lo machacamos sin contemplaciones y extendemos la podredumbre a todo el partido, eso sí, si el mangante es del propio, corremos un tupido velo y tratamos de exonerarlo.
    De la cuestión de la unidad nacional, más de lo mismo, el PP mas centralismo y menos autonomías; los partidos de izquierda justo lo contrario. He de recalcar que en este tema curiosamente se han invertido las tendencias,  pues desde  siempre, (ya lo propuso Marx, el ideólogo del comunismo) y en todos los países a lo largo de la historia ha sido así, la izquierda  ha deseado  países fuertemente  centralizados para poder administrarlos mejor  y así  repartir luego equitativamente los bienes y de paso  evitar privilegios de todo  tipo, bueno, pues curiosamente aquí  los que parecen ser partidarios de la desigualdad  territorial son los partidos que llevan en su ADN el lema:  Uníos Hermanos Proletarios  y no digo que esto último sea lo mejor , lo que si pido es que en estos asuntos tan importantes para la igualdad de todos los españoles, las principales organizaciones políticas, sindicales, empresariales y en general todos los ciudadanos tuviéramos meridianamente claro que la unidad del país es innegociable porque nos va la libertad, la igualdad y el bienestar en ello, magnitudes  esenciales por las que tanto hemos luchado. Si fuese así ningún nacionalista se atrevería a desafiar al estado, nuestro estado.  ETA asesinó vilmente a más de mil españoles de todo signo político al querer  imponer  sus teorías independentistas  al resto, no lo consiguió a pesar de que tampoco aquí estuvimos todo lo unidos que deberíamos haber estado, no vamos a decaer ahora por muchos cientos de miles de nacionalistas catalanes que  salgan a la diagonal con sus banderitas al viento.
   Las leyes de educación que hemos engendrado desde la transición  tampoco han permanecido estables mucho tiempo, constantemente andamos reformándolas por motivos ideológicos mas que pedagógicos, como en todo; me temo que quizás tenga esto algo que ver con que ocupemos un pésimo lugar en la lista que elabora  la OCDE y el informe Pisa.
  Podría seguir así con muchos más temas( aunque aburriría) porque es una evidencia que en cualquier asunto que toquemos ponemos una fuerte carga ideológica y esto provoca  grandes disputas, deberíamos  ser más pragmáticos y entender que un gobierno,( también nuestro raciocinio), debe mirar nuestro bienestar, el de todos, de manera técnica, es decir contando con los recursos que tenemos y dentro del sistema capitalista que impera en el mundo civilizado actuar de la mejor manera posible, siempre con acuerdos , no hay tantas diferencias entre unos y otros, sobretodo dentro del estrecho margen de maniobra que nos deja la UE y nuestros  aliados. Va siendo hora ya de dejar la actitud, resumida en la simpleza de llamar Fachas a unos a la mínima  o el manido principio de… ser de izquierdas de toda la vida y hasta la muerte, entre otras razones porque no es práctico, tampoco lo contrario.
   Una manera inteligente y madura de proceder en la vida es actuar siempre de acuerdo con el momento que le toque a uno vivir y la circunstancia, sin olvidar por supuesto ciertos principios como seres humanos avanzados que somos. Cambiar de parecer con el tiempo es de personas sabias, lo mismo que rectificar si fuese necesario. Cuando se es más joven  e inexperto se piensa y  se actúa de cierta manera, quizás utópica, a medida que se va cumpliendo años por lógica y debido a las vicisitudes de la vida y a la experiencia se modifica  el pensamiento y las prioridades. Por todo esto me causa cierta desazón encontrar gente inamovible de pensamiento, admirándose de sus ideas fijas. Envidio la manera de actuar de los anglosajones en estos menesteres, son mucho más prácticos y menos idealistas que nosotros, ellos van a lo que más le conviene y no a los sacrosantos principios malentendidos , si hay que votar al partido laborista ( izquierda) se vota, por intereses del momento, si en las próximas elecciones hay que depositar la papeleta del partido conservador , pues no pasa nada, eso sí Inglaterra por encima de todo, ahí sí que se mojan y tiene sentido pues le va en ello su país que es lo mismo que decir todo y a las pruebas hay que remitirse, estas virtudes hace del país uno de los mas sólidos y prósperos del mundo y en donde sus habitantes tienen mayor nivel de vida, que es lo que importa al fin y al cabo;  podríamos poner otros ejemplos Australia, Canadá etc.
   Una de las aficiones favoritas nuestras es despedazamos entre nosotros  mientras nuestros  enemigos, de todo tipo, (internacionales, nacionalistas, económicos, de imagen etc.)  si  tienen claro de cómo actuar y aprovecharse de nuestras debilidades, véase el caso catalán.
                                                                                                            Joaquín Yerga
                                                                                                             27/09/2014

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