Por eso amo esta calle de soledad y hastío,
que ensancha sus aceras para alejar las casas,
mientras te espera en vano mi corazón vacío,
que es una calle triste por donde nunca pasas...
--J. A. Buesa--
Por un momento estuve pensando en cómo decirle aquello, aprovechar cuando le pregunté por su salud, y luego encajarlo sutilmente en la conversación que mantenía con ella aquella mañana, pero decírselo sin acritud, y que de alguna manera tomara nota y actuara en consecuencia, es decir, recapacitara. Creo que no lo conseguí; mi vecina M. es muy suya:
---He leído que vosotras, las mujeres, tenéis la zona del cerebro que manipula el lenguaje más desarrollada que los hombres---le solté en cuanto tuve oportunidad---por eso sois más parlanchinas---proseguí---y mira qué cosa, hasta los jóvenes educados en ambientes, digamos más habladores, son mejores estudiantes y sacan mejores notas---concluí temiendo verle algún gesto de desagrado en su cara.
Por supuesto no se cumpieron mis temores. No se dio por aludida. Es más, ella tiene hijos, aunque ya mayores, y hasta un nieto, así que aprovechó el asunto y como siempre me soltó una tralla mezclando carreras universitarias de los hijos, enfermedades suyas y de su marido, travesuras de su nieto etc. etc. y encima terminó diciéndome:
---Joaquín, hablar mucho denota ser muy sociable, por eso dicen que las mujeres somos más longevas jajaja.
Quedé anonadado. O sea, la tía se había percatado del asunto y aún así no se cortó un pelo. En la puerta la dejé carcajeándose a mandíbula batiente..
Claro que el que mucho "casca" se queda como Dios, satisfecho y relajado, y no me extraña que viva un porrón de años extras, no necesita psicólogo. Sin embargo el que escucha acaba hecho unos zorros, cansado, extenuado, agotado, destrozado, molido, hecho migas y sólo con ganas de irse a su casa haciéndose una y mil veces el mismo reproche ¡¡Quién coño me mandaría a mí preguntarle por la salud a la plasta de M. mi vecina!!..
En fin..
Joaquín
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