miércoles, 6 de septiembre de 2017

La hora de los valientes





Si perdonas demasiado se acostumbran a fallarte
Proverbio




Impedir el tan manoseado referéndum que pretenden hacer los independentistas catalanes no es solo un acto de patriotismo, que también, sencillamente es un asunto de supervivencia. Nos jugamos con ello el pan y la sal; los nuestros y los de nuestros hijos. No solo es el tajo y partición territorial y poblacional terrible de España que significaría de llevarse a cabo, sino que sería, sin duda, nuestro hundimiento emocional para decenios.
No niego estar expectante ante lo que se avecina el próximo uno de octubre de este 2017, aunque estoy convencido, y mas nos vale, que la montaña parirá un ratón. No hay mas alternativa que su fracaso.
Es evidente que los nacionalistas catalanes han ido demasiado lejos en su pulso al estado, y deben naufragar. Ya lo dijo una vez Felipe González “todo aquel que le eche un pulso al estado, lo pierde” Esperemos que éste lo pierdan, y bien.
Lo que nos jugamos los españoles es mucho, a pesar de que demasiada gente apenas le muestren atención. Llevamos más de cinco años con esta matraca y ya va siendo hora de hacerles entender... que jamás lograrán separarse. Aunque estoy seguro que el problema subsistirá por mucho tiempo, porque son muchos los convencidos, y porque llevan cuarenta años adoctrinando a los jóvenes para tal fin.
El problema para nosotros no es solo que ésta gente se independice, también lo es los que vendrían detrás y la imagen de poca credibilidad que daríamos al mundo. Sin duda estaríamos a la altura de cualquier país bananero. Nadie se puede hacer una idea lo que supondría para España una independencia unilateral de Cataluña.
Con Cataluña incluida, somos el país número doce del mundo en riqueza y bienestar. Estamos considerados una de las grandes potencias de Europa y del planeta. Y cuentan con nosotros a la hora de cualquier decisión que afecte a alguna parte importante de la humanidad. Pues todo lo perderíamos de un plumazo si consentimos la secesión.
España, a pesar de los pesares, no es de los países con mas desigualdad territorial de Europa, y aunque aun subsisten diferencias de riqueza entre las distintas regiones, esto se amortigua gracias al trasvase de fondos que hacen las mas ricas a las mas pobres. Cataluña y Madrid son las dos regiones que contribuyen con sus excedentes al reparto y uniformidad económica de la nación. Si permitimos que los independentistas se salgan con la suya es muy posible que volvamos a ver en nuestro país aquella desgraciada imagen de miles de familias emigrando de sus casas a otros lugares.
Si desde una visión puramente egoísta y por nuestra propia subsistencia como país serio debemos impedir a toda costa un referéndum, que con seguridad ganarían ellos, lo es más aun desde nuestra frágil salud mental colectiva. Creo que no sabríamos salir del marasmo emocional que nos supondría la ruptura de España. Ya nos pasó una vez con Cuba y Puerto Rico, que sufrimos una depresión general y duradera de caballo. Y eso que estos al independizarse solo eran colonias de ultramar. Imaginémonos por un momento una partición traumática de nuestro país; mejor no pensarlo.
A los españoles nos ha llegado la hora de echar el resto. Todas las instituciones; jueces, gobierno, resto de partidos (excepto los de Podemos, que de estos mejor no hablar) y fuerzas de seguridad del estado, debemos estar unidos mas que nunca e impedir por cualquier medio el anunciado referéndum, porque nos jugamos todo. Es sin duda el mayor problema que hemos tenido nunca como colectivo desde la guerra civil, y no exagero.
Las leyes están para cumplirlas y ningún país civilizado consiente lo contrario. Si quieren la independencia que lo hagan por medios democráticos, es decir que nos convenzan al setenta y cinco por ciento de los ciudadanos, (que es lo necesario para reformar la constitución,) y entonces y solo entonces, con nuestro consentimiento, adelante.
Lamentablemente no podemos contar con todos, el partido llamado de ultraizquierda, Podemos, ha decido alinearse con los independentistas, y golpistas, porque al fin y al cabo lo que pretenden hacer no es mas que un golpe a nuestra joven democracia ¡Claro! que la estrategia de Podemos y confluencias es sencillamente: cuanto peor nos vaya a los españoles mejor, ellos sacarán mas tajada para implantar su ansiado sistema comunista, al estilo Venezuela o Cuba, (países superdesarrollados y felices, como todos sabemos). Y si para ese cometido tienen que ir del brazo de los partidos de derecha y racistas (porque nos odian) como la antigua Convergencia, y el PNV, o proetarras como Bildu, da igual. Imagino y espero que algún día la historia les pase la debida factura por sus actos.
Esperemos, por el bien de todos, que la cosa no vaya a más. Que el día uno de octubre, a pesar de la rabieta por no poder votar el referéndum y después de las consabidas salidas de tono, manifestaciones, declaraciones altisonantes etc. las aguas vuelvan a su cauce y volvamos a entendernos. No queda otra.
                       Joaquín Yerga
                           06/08/2017

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