La hora de los valientes
Si
perdonas demasiado se acostumbran a fallarte
Proverbio
Impedir
el tan manoseado referéndum que pretenden hacer los independentistas
catalanes no es solo un acto de patriotismo, que también,
sencillamente es un asunto de supervivencia. Nos jugamos con ello el
pan y la sal; los nuestros y los de nuestros hijos. No solo es el
tajo y partición territorial y poblacional terrible de España que
significaría de llevarse a cabo, sino que sería, sin duda, nuestro
hundimiento emocional para decenios.
No
niego estar expectante ante lo que se avecina el próximo uno de
octubre de este 2017, aunque estoy convencido, y mas nos vale, que la
montaña parirá un ratón. No hay mas alternativa que su fracaso.
Es
evidente que los nacionalistas catalanes han ido demasiado lejos en
su pulso al estado, y deben naufragar. Ya lo dijo una vez Felipe
González “todo aquel que le eche un pulso al estado, lo pierde”
Esperemos que éste lo pierdan, y bien.
Lo
que nos jugamos los españoles es mucho, a pesar de que demasiada
gente apenas le muestren atención. Llevamos más de cinco años con
esta matraca y ya va siendo hora de hacerles entender... que jamás
lograrán separarse. Aunque estoy seguro que el problema subsistirá
por mucho tiempo, porque son muchos los convencidos, y porque llevan
cuarenta años adoctrinando a los jóvenes para tal fin.
El
problema para nosotros no es solo que ésta gente se independice,
también lo es los que vendrían detrás y la imagen de poca
credibilidad que daríamos al mundo. Sin duda estaríamos a la altura
de cualquier país bananero. Nadie se puede hacer una idea lo que
supondría para España una independencia unilateral de Cataluña.
Con
Cataluña incluida, somos el país número doce del mundo en riqueza
y bienestar. Estamos considerados una de las grandes potencias de
Europa y del planeta. Y cuentan con nosotros a la hora de cualquier
decisión que afecte a alguna parte importante de la humanidad. Pues todo lo
perderíamos de un plumazo si consentimos la secesión.
España,
a pesar de los pesares, no es de los países con mas desigualdad
territorial de Europa, y aunque aun subsisten diferencias de riqueza
entre las distintas regiones, esto se amortigua gracias al trasvase
de fondos que hacen las mas ricas a las mas pobres. Cataluña y
Madrid son las dos regiones que contribuyen con sus excedentes al
reparto y uniformidad económica de la nación. Si permitimos que los
independentistas se salgan con la suya es muy posible que volvamos a
ver en nuestro país aquella desgraciada imagen de miles de familias
emigrando de sus casas a otros lugares.
Si
desde una visión puramente egoísta y por nuestra propia
subsistencia como país serio debemos impedir a toda costa un
referéndum, que con seguridad ganarían ellos, lo es más aun desde
nuestra frágil salud mental colectiva. Creo que no sabríamos salir
del marasmo emocional que nos supondría la ruptura de España. Ya
nos pasó una vez con Cuba y Puerto Rico, que sufrimos una depresión
general y duradera de caballo. Y eso que estos al independizarse solo
eran colonias de ultramar. Imaginémonos por un momento una partición
traumática de nuestro país; mejor no pensarlo.
A
los españoles nos ha llegado la hora de echar el resto. Todas las
instituciones; jueces, gobierno, resto de partidos (excepto los de
Podemos, que de estos mejor no hablar) y fuerzas de seguridad del
estado, debemos estar unidos mas que nunca e impedir por cualquier
medio el anunciado referéndum, porque nos jugamos todo. Es sin duda
el mayor problema que hemos tenido nunca como colectivo desde la
guerra civil, y no exagero.
Las
leyes están para cumplirlas y ningún país civilizado consiente lo
contrario. Si quieren la independencia que lo hagan por medios
democráticos, es decir que nos convenzan al setenta y cinco por
ciento de los ciudadanos, (que es lo necesario para reformar la
constitución,) y entonces y solo entonces, con nuestro
consentimiento, adelante.
Lamentablemente
no podemos contar con todos, el partido llamado de ultraizquierda,
Podemos, ha decido alinearse con los independentistas, y golpistas,
porque al fin y al cabo lo que pretenden hacer no es mas que un golpe
a nuestra joven democracia ¡Claro! que la estrategia de Podemos y
confluencias es sencillamente: cuanto peor nos vaya a los españoles
mejor, ellos sacarán mas tajada para implantar su ansiado sistema
comunista, al estilo Venezuela o Cuba, (países superdesarrollados y
felices, como todos sabemos). Y si para ese cometido tienen que ir del
brazo de los partidos de derecha y racistas (porque nos odian) como
la antigua Convergencia, y el PNV, o proetarras como Bildu, da
igual. Imagino y espero que algún día la historia les pase la
debida factura por sus actos.
Esperemos,
por el bien de todos, que la cosa no vaya a más. Que el día uno de
octubre, a pesar de la rabieta por no poder votar el referéndum y
después de las consabidas salidas de tono, manifestaciones,
declaraciones altisonantes etc. las aguas vuelvan a su cauce y
volvamos a entendernos. No queda otra.
Joaquín
Yerga
06/08/2017
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