domingo, 19 de mayo de 2024

El terrible secreto de una buena amiga

                                                                                       


Cuando murió su padre mi amiga quedó desolada; él había sido el gran referente de su vida.. Recuerdo que a raíz de eso me dijo:

---Gracias a Dios, Joaquín, que aún tengo a mi madre a mi lado y la quiero, pero con mi padre fue distinto. Nunca nos tuvimos secretos, fue mi confidente; sin él me siento vacía.

Me lo confesó durante el entierro. Su padre había muerto relativamente joven. Luego tardé en volver a verla, pero una tarde, dos meses después de aquello, se pasó por casa y me contó un secreto:

–-Joaquín, desde el día que murió mi padre, ni mi madre ni yo nos atrevimos a tocar sus cosas, pero la otra mañana lo hice. Decidí rebuscar sus cajones, y encontré una carta suya. Iba dirigida a una tal Encarna, ¡¡y no era a mi madre!!.

Quedé estupefacto. Conocí a su padre y nunca pensé que fuese capaz de semejante atrevimiento. Sufría mi amiga al recordarlo, pero reconozco que me intrigaba lo que me estaba contando; así que le animé a seguir: 

--¡Vaya!---exclamé---y de qué iba la carta ¿de amor?

---Y tanto que era de amor---me confirmó---una tristeza enorme me invadió al leerla. Me acordé de mi madre, la pobre. Desde luego, no todo en casa fue del color de rosa que me hicieron creer. Pero tomé una decisión, mi madre jamás se enteraría de la carta, ni sabría nunca, de esa mujer!---concluyó tajante

Se me puso a llorar emocionada. Busqué un pañuelo limpio en un cajón y se lo di. Mientras tanto ella sacó la carta de su bolso y me la dejó leer: 

Efectivamente la carta iba dirigida a Encarna, una mujer de Córdoba. Deduje al leerla que habían tenido hacía un tiempo un tórrido romance. Él la echaba de menos y quería volver. Por cierto, la carta nunca fue echada al buzón.

Esa noche mi amiga se quedó a cenar en mi casa y, entre lágrimas y también alguna sonrisa que conseguí provocarle después me fue pormenorizando la historia y lo que investigó después. Me dijo que no se atreve a preguntarle nada sobre el asunto a su madre; teme remover un pasado que a ella no le va a gustar..

La velada se prolongó más allá de la madrugada. Tomamos unas copas, y hablamos de nosotros, y reímos, y...

Joaquín




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