domingo, 31 de marzo de 2024

Los remordimientos de una hija para con su madre

                                                                                         



A mi madre se le vinieron los años.

Discúlpame mamá si contigo soy poco paciente, si cuándo me hablas lo mismo te digo que ya me lo contaste; si me enfado cuándo te abrochaste mal la blusa, si te fuerzo a que tomes un baño, o me molesta que ensucies cuándo se te derrama la sopa.

Perdóname porque sé que ya se han cambiado los roles, que hoy es cómo si fueras tú la hija y yo la madre, pero que, aún anciana conservas el pudor cuándo te aseo o te cambio el pañal.

Ya no puedes ir a mi paso, mamá, y se te olvidan las cosas, y yo no tengo perdón cuándo quieres hacer algo aún por ti misma y me desespero.

Discúlpame por no entender que contigo han avanzado más las manecillas del reloj, que tú calendario lleva más hojas gastadas, y que tú piel está ya curtida por el tiempo.

Perdóname, por favor, por no aprovechar cada instante a tú lado, por estar de prisa, por estresarme y rematar contigo. Por no comprender que si la vida me lo permite, tendré un igual destino, dónde dependa del amor y la paciencia de otros.

Si, madre, se te han venido los años y a mi un tanto el remordimiento. Cuándo te miro caminar lentamente a mi encuentro, cuándo veo que aún me observas con ternura y es entonces cuando me pongo a pensar que debo amarte y abrazarte más, porque no sé si ese día nos estaremos despidiendo.

Patricia A.


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