Amiga..
Vivo por un sueño
imposible.
Sueño que me ves
pasar y me llamas;
me pides ir
contigo; tienes que contarme algo.
Yo, que estoy loco
por hablarte y decirte
que eres el amor
de mi vida,
balbuceo unas
palabras inconexas, sin sentido..
Tú sonríes y me
das un beso.
Entonces la sangre
vuelve a circular por mis venas.
Soy el hombre más
feliz del mundo.
Pero el sueño
acaba, tu imagen se desvanece
y yo vuelvo a mis
anodinas circunstancias..
--Joaquín--
La historia personal
y literaria del Marqués de Sade es alucinante; de
las que se puede decir sin exagerar, y perdóneseme la vulgaridad,
“para mear y no echar gota”. Nació en París en el seno de una familia noble, por
lo tanto preparación académica no le faltaba al menda.
Su vida fue un no
parar de escándalos sexuales y libertinaje. La primera vez que
pasó por “chirona” fue a raíz de un escándalo con unas
prostitutas que solicitó para sus sádicos juegos sexuales. Una de
ellas lo denunció por crueldad manifiesta. Llegó a azotarlas y a
practicar con ellas todo tipo de perversiones. En otra ocasión (se
cree que también participó su mujer) contrató a seis jóvencitas y
un jovenzuelo que, recluidos en su mansión, estuvieron haciendo con
ellos todo lo que imaginar pudiéramos, y que si lo contara, la
mayoría de los que esto leyere se espantaría por su desmesura.
El marqués tenia
fina estampa; esbelto, ojos azules, y de cabellos dorados y ensortijados, le vino
que ni de perlas su belleza para atraer a toda clase de amantes. Incluso llegó a seducir a su cuñada con la que huyó una temporada
a Italia. Por todo lo contado y
por los escandalosos libros que escribió estuvo en la cárcel más
de la mitad de su vida, exactamente veintiocho años; y muchos de
ellos en celdas de castigo.
Su obra completa
estuvo incluida en el indice de libros prohibidos de la Iglesia
Católica por inmorales. A raíz de publicar su libro más
desvergonzado, “Justine y los infortunios de la virtud” fue
juzgado y condenado a la guillotina, pero logró huir y librarse de
lo último. En el libro describe y alaba toda clase de perversión
sexual, desde violaciones de niñas, incestos o zoofilia. Napoleón
llegó a decir de él, que era el libro más abominable de
depravación jamas escrito por nadie.
Leer sus libros,
advierto, es un acto de esperada inquietud, por su dureza. Por
ejemplo de “120 jornadas de Sodoma” recomiendo
mucha templanza pues se describen escenas de coprofilia, violaciones
y demás filias muy fuertes. De “Filosofía de
tocador” quizás se quede sólo en terriblemente obsceno y
pornográfico, pero de “Justine” prepárense
para lo peor, y acuérdense por cierto, de lo que dijo Napoleón de
la obra. Yo, atrevido como soy, he leído los tres..
Y a todo
esto; Sadismo nos ha quedado como la palabra más
universal para describir la obstinación máxima del malvado para
hacer daño. Eso nos da una ligera idea del personaje del que se
tomó. En un principio, Sádico, aludía al placer sexual
que sentía el torturador fustigando a otro, o a otra. Ahora es más
genérico y se refiere al infame que se recrea con saña con el dolor
ajeno.
Como digo, no les
aconsejo leer la extensa obra del Marqués, pues pudiéranse los más
timoratos verse afligidos en su estabilidad emocional, incluso
sexual, pero saber y conocer un poco de lo que va la cosa es un acto
de sabiduría. Además creo con certeza que la realidad de los
tiempos que corren supera con creces cualquier depravada imaginación.
En fin...
Joaquin Yerga