Aunque el bipartidismo hoy en día no esté precisamente de moda creo que a nosotros no nos viene mal. España no es como Italia donde la política va por un lado y la economía por otro, de hecho aquí llevan décadas en desgobierno y sin embargo el país sigue creciendo y aun situado entre los siete países más ricos del mundo en PIB. Aquí, en nuestro país necesitamos estabilidad gubernamental y si es posible mayorías absolutas, lo digo así de rotundo.
Puede sonar mal pero a los hechos me remito. De los cuarenta
años que llevamos de democracia y en los
que tanto hemos prosperado, una gran parte de ellos han sido con mayorías parlamentarias, bien del Psoe o del PP. Creo
que con esta composición de las cámaras se pueden aprobar leyes que siempre
estarán redactadas con buena intención, en provecho de la mayoría de los
españoles y sin necesidad de componendas con minorías nacionalistas insolidarias o partidillos de ideología
extrema o peregrina.
Es verdad que en los
últimos años los dos partidos mayoritarios con posibilidad de gobernar han defraudado a
gran parte de los ciudadanos, se ha cometido muchos abusos y una pequeña
proporción de políticos de estos dos partidos están imputados o directamente
condenados por malversación de caudales públicos o por financiación ilegal, pero
eso ha sido posible por dos grandes realidades: una, las dos décadas de vacas
gordas en donde todo valía (en todos los estamentos de la sociedad, no solo en
el plano político) y dos, estos partidos llevan gobernando cuarenta años entre
los dos, en la administración central, autonomías y ayuntamientos, por lo tanto
son los únicos que tienen poder y con ello posibilidad de delinquir. Está claro
y el tiempo lo demostrará que todo el que toque moqueta es susceptible de ser corrompido sea de
cualquier ideología o partido político, esta anomalía se da en las personas no
en las instituciones.
En la mayoría de países
desarrollados y estables del mundo predomina las dos consabidas y naturales tendencias
de carácter político-social; derecha e
izquierda o lo que es lo mismo conservadores
y progresistas. Agrupados así diluyen radicalismos peligrosos en ambas
partes, absorben y centralizan a los extremos.
El partido conservador en
España (PP) aglutina a todo el espectro de la derecha, desde el liberalismo más
individualista hasta los neonazis, pasando por los cristianodemócratas,
nostálgicos de la dictadura, monárquicos etc. sin olvidar algunos republicanos
suaves. Estos son partidarios de la mas estricta aplicación de las leyes anti
delincuencia, del orden, de la propiedad privada, de minimizar el estado,(porque
así habría menos gasto y se pagarían menos impuestos). Habría que tener en
cuenta que los posibles votantes de esta ideología serian los más pudientes:
empresarios, ejecutivos, emprendedores, clase media etc., es decir los que más
tienen que perder pues poseen más patrimonio y mejores sueldos, también son los
más activos, creativos y los que más arriesgan.
En el terreno religioso,
los católicos más fervientes, por otra parte mayoría en España, junto con los
menos practicantes, encuentran en la derecha su ideario más afín, se incluye
entre los primeros los antiabotistas, precisamente por cuestión confesional.
También han sido siempre, por lo menos a priori, los más patrióticos,
defensores de una nación única, central
y con el castellano como principal idioma .Todo esto es real, pero hay
otros españoles que están surgiendo y cada vez son más numerosos, que votarían
a un centro derecha con veleidades proabortistas, aconfesional y federalista.
En el Psoe , el otro gran
partido, la otra pata del bipartidismo reúne en su seno solo a parte de la izquierda,
se pudiera decir que los moderados, partidarios de la propiedad privada pero
con un estado grande mas redistribuidor de la riqueza. Encontraría su fuente de
simpatizantes entre los jóvenes, en sectores rurales del sur y en los medios
urbanos menos acomodados, ávidos de incentivos de todo tipo.
El gran problema que se
encuentra actualmente esta parte de la izquierda moderada es la pérdida de sus ideales
ancestrales. Una vez derruido el muro de Berlín y mostrado al mundo occidental,
incluidos nostálgicos socialistas, el panorama tan desolador que había en los
antiguos países comunistas, se acabó de golpe con la utopía, sostenida durante
siglos, de un mundo justo en donde todos los ciudadanos sean iguales, sin
ricos ni pobres. Estos países por cierto, solo lo habitaban gente pobre y sin derechos.
Una vez demostrado que el
menos malo de los posibles sistemas de gobierno, el capitalista democrático,
donde la propiedad privada es el motor que moderniza y hace progresar al mundo,
no hay argumentos de peso que mueva masas de votantes, como antaño, a favor de las
doctrinas mas de izquierdas o totalitarias.
La izquierda por tanto,
perdida la batalla de la economía, ha tenido que buscar nuevas metas para
ilusionar a su gente entre las que encontramos: la ecología, los derechos
humanos en el mundo, la igualdad de sexo etc. todas muy loables pero también
algunas muy equivocadas, sobre todo en España, como son por ejemplo la
indefinición, por no decir en muchos casos el apoyo incomprensible a
nacionalismos periféricos, egoístas y
racistas y la consiguiente aptitud absurda y vergonzante a todo lo
español, esto ha hecho que muchos no sepan dónde está su sitio.
La otra izquierda, más
radical, curiosamente casi desaparecida en la mayoría de países desarrollados,
aquí en España, aprovechándose de la crisis y de que nunca han gobernado, con
lo pueden jugar con pólvora del rey,
está en auge, incluso nutriéndose de los desencantados del socialismo moderado
con lo que la pata izquierda del bipartidismo está quebrada y eso no es bueno
para los intereses del país.
A mi entender, después de
todo lo que ha pasado y aprendida la lección, al igual que en el resto de
países importantes, en el bipartidismo esta el futuro. Con unos partidos
políticos reagrupados en dos grandes bloques: conservadores y progresistas,
pero honestos, transparentes y con ideas claras.
La delgada línea que
separa estas dos ideologías debe ser mínima porque el mundo moderno no da para
mas; en todas partes de occidente son
proclives a un capitalismo moderado y democrático, con respeto a los derechos humanos,
estado laico, leyes justas e igualitarias y seguridad jurídica para mercadear
en este mundo globalizado.
La consabida cita de que
los extremos se tocan, nos da una
idea de lo nefasto que seria para la unidad de España y para un desarrollo
sostenible de nuestro país, el que algún día nos encontremos con un mapa político
compuesto de multitud de partidillos radicales sin posibilidad de pactos,
ofreciendo cada uno el oro y el moro y
haciéndolo ingobernable, seria pasto de nacionalismos periféricos, de
tendencias bananeras o demagogos antediluvianos. El retroceso seria
considerable, ¡que dios nos coja
confesados si eso ocurre!
Joaquín Yerga
01/07/2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario