jueves, 4 de enero de 2018

Perdidos en el paraiso




Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa
Anónimo


Al contrario de lo que se suele pensar, yo creo que en la autocrítica es mejor sobrepasarse tres pueblos que quedarse cortos. Y no solo en el terreno personal, también en el colectivo. Porque cuando uno es muy exigente consigo mismo tiende a la perfección pues no deja de depurar comportamientos y actitudes negativas con el encomiable fin de mejorar. Otra cosa es que en esa, digamos enriquecedora exigencia, lleguemos a no reconocer lo ya conseguido. Porque miren...
Si personalmente es bueno tener cierto grado de severidad con uno mismo en según qué conductas, a nivel colectivo lo es aun más, pues los beneficiarios somos todos. Pero insisto, también en pro del bien común es saludable ser conscientes de los logros conseguidos para así valorar adecuadamente lo alcanzado.
Sin ir más lejos en nuestro país somos muy dados a criticarlo todo. Y demasiado a menudo nos creemos los más inútiles de la tierra, debe ser por ese famoso complejo de inferioridad que siempre nos ha acompañado. Sin embargo, creo que es hora de reconocer nuestra realidad actual como pueblo. Para ello, voy a mostrar unos datos tan reales como recientes de nuestra sociedad.
En economía, los españoles no nos podemos quejar, pues hacemos el número doce del mundo en cuanto a riqueza global, es decir, lo que suelen llamar los economistas el PIB. Teniendo en cuenta que somos casi doscientos países en el planeta, no es mala posición. En renta per cápita, osea el dinero que tenemos cada español de media es de unos 25.000 euros por año. Aquí si estamos un poco más atrasados pues hay unos cuantos países, sobre todo europeos, (Suiza, Austria etc.) que aun siendo mas pequeños en conjunto que nosotros, sus habitantes son más ricos.
Si en economía somos unos privilegiados, (teniendo en cuenta lo que hay por ahí) en asuntos sociales tampoco vamos mal. Tenemos una educación, mejorable por supuesto, pero que ya gastamos el dinero suficiente, solo que hay que optimizar su eficiencia. En sanidad, es la española, según algunos estudios, una de las mejores del mundo. Esto es algo que podemos apreciar todos ¡Claro! que para valorarla lo como se merece deberíamos contrastarla con la de otros países... Y saldríamos ganando si lo hiciéramos, os lo aseguro…
Uno de los países del llamado primer mundo, civilizado y de tamaño medio es Argentina. Por emigrar a Argentina se daban de tortas nuestros abuelos hace setenta años. Es un país grande, rico en recursos naturales y sus habitantes son todos descendientes de europeos; su población es similar a la de España. Pues en Argentina el PIB (el dinero que se genera) es menos de la mitad que el de España.
Siguiendo con las comparaciones (en este caso no son odiosas) En Argentina se producen al año unas 2900 muertes violentas, en España 303. La vida media de un argentino es de 76 años, un español vive hasta los 83. La renta de un argentino es de 11.000 euros, la nuestra 25.000, y así podríamos seguir con todos los paramentos. En lo único que nos ganan y por goleada los argentinos es en fútbol y en amor a su patria.
Además de las comparaciones mostradas, también somos el segundo país más aceptado y querido por el resto del mundo. Nos visitan cada año la friolera de 75 millones de turistas, y casi todos salen encantados. Y no solo es por la playa y los numerosos días de sol al año, lo es también por nuestra seguridad, nuestra sanidad,  y nuestra manera de vivir. Qué duda cabe que cuando un alemán o un inglés coge quince días de vacaciones y se arriesga a visitar otro país, exige de éstas cosas básicas para estar a gusto.
Nuestro país es uno de los que más ha progresado de la tierra durante los últimos cuarenta años. Hemos pasado de ser insignificante y subdesarrollado a uno de los más apetecible para vivir. Consolidado, democrático y con las libertades individuales garantizadas, estamos entre los quince países más avanzados en derechos sociales. Tenemos un sistema de autopistas y autovías a nivel de Francia. la red de ferrocarriles del AVE es de las más extensas del planeta, con rapidez y puntualidad inusitada. Sin olvidar por supuesto nuestra peculiar manera de vivir y divertirnos.
Los españoles podemos seguir autoflagelándonos eternamente. Y podemos seguir pensando que vivimos en un país de pacotilla, allá nosotros, quizás eso nos haga, como decía la principio, seguir prosperando y no conformarnos con lo que tenemos. Tal vez esa autoexigencia por mejorar nos hagan más líderes algún día, pero siempre si no cambamos bruscamente el rumbo, eso sería volver a las penosas andadas de nuestra historia.
Os aseguro que esto no va de partidos ni de ideas políticas, me daría igual que gobernase la izquierda o la derecha, siempre que a España y a los españoles les vaya bien. Y por supuestisimo que hay muchas cosas que mejorar, pero andando se hace camino, y de vez en cuando hay que hacer una parada y echar un vistazo a lo recorrido...y valorar.
Dicho queda…
                                                                                          Joaquin Yerga

                                                                                             04/01/2018

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