El actor, su mujer y otras cosas de meter.
La
última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visité la
Estatua de la Libertad.
(W.
Allen)
Estaría
a cumplir 130 años y doy por sentado que hoy en día pocos se
acuerdan de él, pero sepan que hubo un tiempo que fue el rey de la
comedia y del entretenimiento. Durante más de veinte años reinó
absolutamente en el mundo del cine. Su nombre Charles Chaplin, pero
todos lo conocemos como “Charlot”.
La
fama y el prestigio de Charles Chaplin llegó tan lejos que las
grandes multitudes le agasajaban y se daban de tortas por conocerlo.
Allá donde iba, en los aeropuertos, en las estaciones del tren o en
los cines de medio mundo se agolpaba el gentío para verlo. Sin
embargo a pesar de la enorme popularidad que obtuvo y del mucho
dinero que ganó, sus orígenes fueren muy humildes.
Su
padre fue un cantante de garitos de medio pelo que acabó
alcoholizado y murió de cirrosis. Su madre una mediocre actriz de
variedades que por azares de la vida acabó medio loca. Ambos se
separaron siendo el pequeño Charlie muy niño. Después y como
consecuencia de la mala relación de ambos y de su declive tanto
físico como económico se vieron abocados, él y su hermano Sidney,
mayor que él, a casi mendigar por las calles de Londres, su ciudad.
Charlie
había trabajado alguna vez con su madre en el teatro y de ahí le
vino la vena artística. Con diecinueve años entró a trabajar con
la compañía de teatro de comedias de Fred Karno e hizo con ella
giras por Inglaterra y por Francia. Más tarde cruzaron el charco a
los Estados Unidos, y esa fue su suerte… Al ver a lo lejos el
puerto de Nueva York, se cuenta que gritó emocionado ¡América, he
venido a conquistarte!.. Y tanto que lo hizo.
Una
vez en los Estados Unidos recorrieron todas las ciudades importantes
con su compañía de teatro, hasta que un productor se fijó en él y
le ofreció un pequeño papel de actor. Pero tenía que trasladarse a
un pueblecito llamado “Hollywood” (Bosque encantado) situado al
norte de Los Ángeles. Hollywood era entonces una pequeña aldea en
donde algunos arriesgados cineastas habían montado unos pequeños
estudios para rodar cortometrajes huyendo de las garras de la
compañía de Thómas Édison, que tenia la patente de las
rudimentarias cámaras de cine.
El
primer año de su estancia en California rodó unas treinta y cinco
películas cortas, como se hacían entonces, y se inventó el papel
de “Charlot”, el vagabundo poeta y soñador, un tipo solitario
que con su bombin y su bastón se mete en todos los fregaos pero que
tiene muy buenos sentimientos. El éxito fue tan fulgurante que se
montó su propia compañía de cinematografía, la United Artist, con
dos socios importantes y que ya habían triunfado en el cine, el
actor Douglas Fairbanks y la actriz Mary Pickford.
A
partir de la crear su propia empresa su fama subió como la espuma y
se hizo de oro. Rodó montones de cortometrajes y la gente aclamaba
por medio mundo sus películas. Ni que decir tiene que con solo
veintiséis años ya era multimillonario. De la noche a la mañana se
convirtió en la estrella mejor pagada de todos los tiempos. Pero con
la entrada del cine sonoro su buena estrella fue declinando
paulatinamente.
Siendo
ya rico y excelente productor de cine, rodó su mejores películas.
La Quimera del oro, Luces de la ciudad, Tiempos Modernos, Candilejas,
o El Gran Dictador, (parodiando a Hitler) son cintas que aun hoy
están consideradas obras maestras.
Pero
si como artista de cine fue un genio, su vida privada y sexual no le
fue a la zaga. El tío fue un mujeriego y conquistador de tomo y
lomo. Se dice que llegó a acostarse con más de dos mil mujeres. Se
casó cuatro veces y entre sus amantes reconocidas se contaban las
mejores actrices del momento como Edna Purviance o Paulette Goddard.
Para hacernos una idea del buen gusto del actor para con las mujeres
les cuento unas suculentas anécdotas...
Cuando
se casó por primera vez andaba liado todavía con la actriz Edna
Purviance (sale en muchas de sus películas). Su futura mujer Mildred
Harris, tenia solo 16 años, él más de treinta. Se divorciaron solo
meses después.
No
mucho mas tarde conoció a otra actriz, Lita Grey de 16 añitos, él
sin embargo pasaba ya de los treinta y cinco. Un año después vino
el divorcio con escándalo incluido, ella le demandó por crueldad
mental y le sacó una importante suma, mas de un millón de dólares
de la época.
En
1932 con 42 años protagonizó junto a la bella Paulette Goddard la
película, “Tiempos Modernos” y encandiló a la chica de tan solo
20 primaveras. Se casaron en China y se divorciaron en Los Ángeles
tres años después. Por supuesto entre casamiento y casamiento hubo
de todo, desde demandas por paternidad a romances sonados con mujeres
de todas edades y condición .
Su
último matrimonio fue un escandalazo en América, la elegida, Oona
O´Neill de tan solo 17 años, Chaplin rondaba ya los cincuenta y
cinco. Ella era hija del gran escritor y premio Nobel de literatura,
Eugene O´Neill, que se opuso, sin mucha suerte por cierto, a la
boda.
El
matrimonio con Oona fue el más duradero de todos, y fueron muy
felices. Ella estaba coladisima por el actor, la prueba es que
tuvieron nada menos que ocho hijos, entre ellos a nuestra querida y
conocida Geraldine Chaplin, que ha trabajado tanto en España con
Carlos Saura. A partir de este enlace el actor se enmendó en estos,
siempre espinosos asuntos amatorios.
Charles
Chaplin murió en 1977 en Suiza, donde llevaba residiendo muchos
años, a los 88 años. Anteriormente tuvo que exiliarse una larga
temporada de los Estados Unidos acusado de actividades procomunistas.
Se había refugiado en Europa donde, por cierto, le adoraban. Unos
años antes de morir viajó a Hollywood, que le perdonó sus
veleidades políticas a recoger un Oscar honorifico por toda su
carrera.
Sin
duda, Charles Chaplin fue un genio desmesurado, tanto como artista
como en su vida amorosa. ¡Qué tendría, además de unos ojos azules
inmensos, dinero y fama, que tantas chicas se volvían locas por
él!.. ¡Y yo con estos pelos!!
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
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