Prefiero morir apuñalado en el metro de Nueva
York que de aburrimiento en las calles de Moscú.
(Felipe González)
Por
empezar por algo sólido, digamos que hay tres sistemas troncales
con los que los individuos convivimos en el mundo llamado… occidental, y que son fundamentales. De ellos depende en
gran medida nuestra calidad de vida.
Estas tres maneras
generalistas (comunismo, capitalismo y medio pensionista), y sus
derivadas, están sujetas todas ellas
al tipo de gobierno que tengamos.
Me explico…
Si el
gobierno entiende (bien por las bravas o
por sufragio universal) que lo correcto
para evitar desigualdades entre los
individuos lo mejor es que todas las propiedades y los sistemas de producción
estén en manos de él y que luego sea este el
que distribuya los bienes, estaríamos hablando de sistema comunista.
Normalmente este tipo de gobierno se
impone a través de alguna revolución y los dirigentes que han accedido a él se
perpetúan en el poder.
Esta
forma de entender la convivencia (todos los sistemas influyen de manera
determinante en nuestra manera de vivir) tiene la particularidad de que suena muy bien.
Teóricamente es una pulsión muy humana. Poca gente estaría en contra de un sistema que asegure que vamos a ser todos iguales, que no va a ver ricos y pobres. Luego viene la realidad, y la experiencia no dice que es una utopía
porque sencillamente es un plan
irrealizable. Como decía alguien, todos
nacemos iguales pero es la última vez que lo somos. Afortunadamente cada
individuo es único e inimitable por lo tanto la tabla rasa es imposible.
El
pragmatismo y la experiencia no asegura
que, en cuanto la parte
productiva de un país depende de un
estado enorme (todos son funcionarios) nadie se responsabiliza de nada. Al no
tener incentivos y estar todos igual de
retribuidos y valorados, la mayoría de
los individuos se vuelven apáticos e improductivos con lo que la sociedad no
prospera. Nadie se esfuerza por innovar ni por salirse el guion establecido.
El régimen
comunista (por cautela no se permite a la gente expresarse en las urnas, por lo
tanto es un régimen) ha estado en uso y
vigor en diferentes países y a lo largo de muchas décadas. El principal espejo en donde se
miraban estos regímenes era la antigua Unión Soviética, estructurada de manera
marxista. Después de estos años y en
comparación con el sistema opuesto (el capitalista) se demostró como un rotundo
fracaso. La mayoría de la gente vivía mucho peor y con un nivel tecnológico
caduco. En cuanto aflojó la represión se derrumbó estrepitosamente
y la población acogió el capitalismo, con sus virtudes y defectos, de manera alborozada.
Ningún
país que haya vivido en el comunismo más genuino, y haya salido de él, ha vuelto a las andadas, más bien al contrario
se ha multiplicado en la población el sentimiento más anticomunista.
Si de
libertades individuales o de información
hablamos estos sistemas están muy escasos
de ellas, le va en ello su supervivencia.
Otra
particularidad que tienen estos
regímenes es que al no haber medios de información independientes es muy difícil valorar la situación real de la
población y de sus estructuras socioeconómicas. Países en el mundo que sobreviven con gobiernos
comunistas los hay y de diversa índole. En
Cuba, sin ir más lejos, sabemos y
conocemos, más o menos, la escasez de productos medianamente manufacturados y
cómo la población sobrevive dignamente.
Haciendo una extrapolación entre
países y épocas seria… tal y como vivíamos en España en los años sesenta.
Posiblemente
allá en Cuba no haya de los llamados… sin techos, desplazados o mendigos del tipo que genera el modelo capitalista. Lógicamente
influye en esta deficiencia social
la fuerte competencia productiva que se da en un mundo libre con el inevitable
desplazamiento de los más débiles. Aun así,
incluso este minoritario sector de la población (5%) debería estar
protegido en sus necesidades básicas en un sistema intermedio, es decir en un
capitalismo atenuado como el europeo.
En
China, otro de los países con el comunismo como sistema de gobierno ( lo implantó Mao hace ya más de sesenta años)
ha derivado a un modelo dual. Este modelo es, políticamente
totalitario, es decir, sin libertad de prensa, sin posibilidad de elegir
gobierno y con un férreo control policial de la población, sin embargo en lo
económico permite la propiedad privada y de libre mercado, con lo que este
inmenso país ha prosperado de una manera formidable.
Entiendo
que el éxito de los chinos radica en que coge lo más efectivo de cada sistema.
Del marxismo su fuerte control en los medios y en las calles procurando una
práctica seguridad, y sin oposición que
les rebata. Del capitalismo la
productividad de la propiedad privada.
Bien es verdad que esta prosperidad tiene sus
penitencias, entre ellas, un deterioro del
medio ambiente, una explotación de la masa trabajadora y un viaje acelerado a
la manera occidental de vivir. Aun así, en cuanto el nivel de vida vaya
llegando a un tope aceptable todas estas deficiencias irán mejorando y los chinos alcanzaran el estado de bienestar
europeo más pronto que tarde. Pasó en
Europa hace cien años.
El marxismo-leninismo debe triunfar solo en
sociedades muy primitivas y
culturalmente atrasadas en donde la sumisión y
pasividad de lo colectivo camufla lo innovador y creador de lo individual. El país sometido a un
modelo de esas características termina siendo una sociedad aborregada y
delatora en donde impera el pasotismo, la inanición y el atraso.
Con el
pretexto de la igualdad lo que realmente sucede es que la Nomenclatura (los jefes) son los
verdaderos beneficiarios de las
prebendas del estado. Un estado en donde al final consiguen realizar lo que tanto se han empeñado… que no haya ricos. Ya seremos todos iguales…iguales de pobres ¡claro!
Luego
está lo del capitalismo. A priori suena muy mal pero resulta que en el capitalismo hemos
vivido siempre los españoles y la mayoría de los países desarrollados del
mundo, y en él estamos.
Un
capitalismo, no salvaje, moderadamente controlado por autoridades independientes
para que realmente funcione la libertad
de mercado y no haya monopolios abusivos (socialdemocracia) a mi modesto
entender, seria el apetecible. Este sistema es el que está asociado a una mayor
democracia y con él, y lo digo por la
experiencia acumulada de siglos, se
benefician el 80% de la población (clase media). Luego está
ese 10% de marginados (en mayor o en menor grado) o expulsados del
sistema. Esto último es uno de los hándicaps que debemos solucionar. En un sistema comunista
se invierten los términos para que un 5% vivan bien (Nomenclatura y arrimados)
el resto 85% sobreviven casi en la
penuria.
Por cierto, el 100% de la ayuda al tercer mundo proviene
de países capitalistas. Y no es opinión…
Joaquín Yerga
11/04/2016
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