La tranquilidad de España bien
vale la vida de un hombre.
(Segismundo Moret, de origen catalán,
republicano y presidente del congreso,
sobre la enfermedad en prisión de Sabino Arana, padre del nacionalismo vasco)
El último artículo que me atreví a exponer al escarnio público fue uno relacionado con la poesía, tema delicado y sublime; tan solo unos cuantos romanticones trasnochados, como yo, osaron echar un vistazo al asunto. Incluso me consta que algunos (más bien algunas) se deleitaron con la breve recopilación de poemas que mostré.
Si con poesía no levanto pasiones entre mis fieles,
imagino que con el breve y precipitado tratado de historia patria con el que amenazo
abajo, los… cliqueos al Me Gusta, se reducirán a la media
docena de…entregados admiradores, contando además que más de la mitad de estos lo harán por pura cortesía. Pero a la espera de nuevas y más interesantes ideas, aun así hoy
me apetece hacer un rápido repaso a nuestra primigenia historia como país.
Al Ándalus, con este nombre
denominaban los invasores
musulmanes a toda la península ibérica,
y no solo a la actual Andalucía, como suele
creerse. La palabra Andalucía deriva
de unos de los pueblos bárbaros que entraron en Hispania en el siglo V d.c., los vándalos.
En esa fecha el imperio romano
estaba ya en plena descomposición, se había dividido en dos partes, occidental
y oriental, al frente de cada cual gobernaba un emperador distinto. El imperio
oriental, (luego se denominaría Bizantino), aguantó mil años más, hasta la
caída de su capital Constantinopla en manos
de los turcos, (ya islamizados), a mitad
del siglo XV. Esa fecha precisamente 1453, marca
el inicio de la Edad Moderna y el
fin de la oscura… Edad Media.
El imperio occidental sin embargo, (donde nos
incluíamos nosotros), más pobre y menos desarrollado, fue pasto
de invasiones de los pueblos de Europa oriental, la mayoría de ellos de origen germánico. Estos
pueblos venían huyendo de otros, aun más
fieros, los Hunos, con su famoso jefe Atila
al frente. Los Hunos procedían
de las estepas asiáticas, y las diferentes tribus germánicas asentadas en las llanuras centroeuropeas (visigodos,
vándalos, suevos) así como los alanos, de origen asiático, les tenían verdadero pavor. Empujados por este miedo a los Hunos atravesaron la Galia y entraron en Hispania, malamente defendida por cierto, por los restos
de las,( antiguamente invencibles), legiones romanas.
Los suevos se asentaron en lo
que ahora es Galicia, y aunque no eran demasiados, (unos 150.000
individuos), el aislamiento de la zona
hizo que aun hoy en día se dé allí una mayor
proporción de personas con rasgos
característicos norteuropeos, es decir,
ojos azules y tez mas blanca.
De los alanos sabemos que se
repartieron entre la Lusitania (actual Portugal y Extremadura) y el levante.
Acabaron mezclándose con los hispanos- romanos de la zona.
Los visigodos, (comúnmente llamados Godos), entraron también en esa época y en nuestra historia para
quedarse. En un principio permanecieron en lo que ahora es Cataluña, pero poco después derrotaron a los suevos y vándalos y se apoderaron de toda la península. La dominaron durante los trescientos años siguientes
hasta la entrada de los musulmanes en el
famoso y nefasto año… del señor del 711.
¿Quien no se acuerda de la famosa lista de los reyes godos? Bien larga y penosa de memorizar, por cierto.
Los visigodos (godos occidentales para
diferéncialos de los ostrogodos), según estudios bastante serios, nunca superaron los 200.000 individuos, lo que
hacía que fuesen una ínfima proporción entre los aprox. cuatro
millones de hispanos que habitaban entonces en España. Aun así fueron la clase dominante.
Evidentemente al ser ellos los
vencedores, ellos reinaron y ellos fueron los dueños de las mejores tierras.
Nos quedan unas suculentas muestras de su arte en algunas iglesias
pre-románicas, y sobre todo las joyas del tesoro de Guarrazar, en el museo Arqueológico
de Madrid, ahora renovado y muy aconsejable su visita. Este tesoro, en el que
destaca la corona del rey Recesvinto, lo escondieron bajo tierra y precipitadamente algunos
magnates godos cuando vieron aparecer al moro Musa (el jefe) camino de la conquista de Toledo, entonces capital
de España.
El paso de los vándalos por la península fue breve, pero intenso. Su… mayor
contribución a nuestra historia fueron
los terroríficos actos de pillaje y destrucción que hicieron en su
camino hacia el sur, hasta el punto que
el término vandalismo, sugiere, como
todos sabemos, barbarie. Pero sobre todo les debemos el nombre de nuestra… VAndalucía,
como ya dije al principio.
El indómito pueblo vándalo estaba
dividido en varias tribus. Los
que asolaron Hispania se llamaban vándalos asdingos (denominados así por sus largas y rubias
cabelleras). Permanecieron poco
tiempo en nuestra tierra. Vencidos y empujados por los visigodos, más fuertes y
numerosos, pasaron al norte de África donde se establecieron y crearon un pequeño imperio que duró unos
cien años más.
Los musulmanes hicieron su entrada triunfal
por Gibraltar (Yabal Tarik o monte
de Tarik, por el caudillo que comandaba las tropas). Se hicieron con la práctica totalidad de
España en unos pocos años. Una tarea que a los romanos les había costado doscientos la realizaron ellos en menos de una década. La
explicación no es muy complicada, los visigodos estaban divididos en dos bandos irreconciliables (¿nos suena
esto?). Uno de ellos pidió ayuda a los
moros,(islamizados desde hacía unos años), con la ingenuidad manifiesta de que
volverían a sus áridas tierras en cuanto terminase la tarea encomendada, pero ¡claro! listos ellos, viendo el percal que había en este lado del
estrecho: debilidad gubernamental, ricas tierras en donde asentarse y fabuloso
botín que saquear,(¿no recuerda esa tesitura al actual tema catalán?) no se lo pensaron dos
veces y en un santiamén recorrieron la
península de sur a norte apoderándose de ella en unos años.
A los musulmanes que entraron (árabes,
yemeníes, sirios y bereberes), si no los para el caudillo franco (qué mal suena
esto) Carlos Martel (antecesor de
Carlomagno) en mitad de Francia, hubieran conquistado media Europa,
Al final los moros se quedaron de pirineos para abajo dominando toda la antigua España visigoda hasta que surgieron unos pequeños condados en
ambas partes, extremas, del norte de la
península. En una de ellas surgió Asturias, en donde se habían refugiado algunos magnates
godos y en la otra unos condados catalanes de origen franco. Las dos partes
fueron creciendo y expandiéndose por el sur. La primera por la zona occidental
y la segunda por la oriental, motivo por cierto de disputas lingüísticas hasta
nuestros días.
La
reconquista total y expulsión de los musulmanes de la península llevó casi ocho siglos.
Terminó en 1492 (año mítico de nuestra
historia) y a fe de historiadores,
quedaron muy pocos y solo en algunas zonas. Poco después y a consecuencia de algunas revueltas fueron expulsados definitivamente por Felipe
III en 1613.
De los moros y su larga temporada en
España nos quedó, lógicamente, abundante
herencia. En monumentos civiles y religiosos, entre otros, las maravillosas: Alhambra
de Granada, la mezquita de Córdoba o
la giralda de Sevilla. Étnicamente no
tanto como se piensa, y sí fueron muy
numerosos los términos lingüísticos que aportaron al idioma castellano. Sin ir más
lejos ¿cuántos nombres de nuestros pueblos y ciudades, sobre todo del sur, les
debemos? ¿Y de ríos y montes? Por
cierto, ¿Somos conscientes que cuando decimos rio Guadiana, hacemos redundancia ¿ Guadi significa rio y Ana fue el nombre que le pusieron los romanos. Lo mismo vale para Guadalquivir, Guadalete etc.
De todas maneras, ha cambiado mucho el cuento. Hubo una época en que las costumbres musulmanas eran más refinadas y
exquisitas que las cristianas, incluso más tolerantes en lo religioso ¡Quién
lo diría!!!
Joaquín Yerga
11/01/2016
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