lunes, 18 de mayo de 2015

A propósito de la vida

                                                                                                                                                                    


Las células de nuestro cuerpo se renuevan una serie limitada de veces durante una vida entera, y cada vez que sucede se debilitan un poco hasta llegar a estar exhaustas, a este proceso le llamamos envejecimiento. Lógicamente cuantas más veces se repliquen, es decir mas años vivamos, más posibilidades hay de que alguna falle en su programación de, "suicidarse", y por lo tanto dimane en cáncer. 
Una vez, hace ya tiempo, se realizó una prueba médica espectacular en los Estados Unidos. Se recogieron y conservaron en probetas células tumorales de una enferma con cáncer. De esto han pasado ya más de sesenta años. Ésta paciente, Henrietta Lacks, murió poco después pero sus células malignas siguen reproduciéndose furiosamente en varios laboratorios del mundo y así seguirán eternamente, es decir, ¡son inmortales!.
Nuestro cuerpo pudiera aguantar algún día no muy lejano hasta la envidiada edad de 130 años. Con los muchos conocimientos sobre salud de los que gozamos actualmente y con el bienestar económico de una mayoría de la población, los seres humanos podremos permitirnos el lujo próximamente de llegar a la llamada “tercera edad” en una situación inmejorable. Bien es verdad que para ello muchos habremos contraído, y sanado después, algún tipo de cáncer. 
Joaquín


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