viernes, 17 de abril de 2015

Evolución

                                                                  

 La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar  a otros  seres   humanos, somos aún  salvajes.
( T.A.Edison)

  Aseveraciones tan rotundas del tipo: ¿Por qué somos como somos, en el peor sentido de la frase? ¿ Por qué nos comportamos como lobos con otros seres humanos ¿ ¿Por qué tantas guerras en el mundo, originadas estas por los más diversos motivos, a menudo nimios y peregrinos ¿ ¿ Por qué en cualquier parte y a cualquier nivel, constantemente  estamos a la greña física o dialécticamente con nuestros semejantes ¿  Casi todos hemos dicho, oído o pensado estas afirmaciones alguna vez. Últimamente de manera frecuente.  A nada que reflexionemos prevalecerá  la sensación de que son más los momentos que estamos hostiles con los demás que los amistosos. En la calle, con el coche, en la cola del supermercado, incluso en la familia es común ver adversarios por doquier a los que hay  que domeñar.
 ¿Somos realmente tan perversos como parece¿ ¿Vamos a peor en esto de la maldad como sugiere a veces la opinión pública en general ¿  Sucede con esto, me temo, como con otras cosas, que la percepción distorsiona la realidad.
  Efectivamente, si miramos con datos en la mano y con cierta objetividad comprobaremos que la humanidad ha cambiado a mejor en los últimos siglos o décadas, esto es una evidencia, no hay más que echar un vistazo a la historia y comprobaremos que antes era peor. Los humanos, a lo largo de nuestra existencia como tal y de esto hace ya la friolera de 100.000 años, que fue cuando dimos el paso a Homo Sapiens, siempre y como cualquier mamífero que se precie nuestra finalidad en la vida ha sido y es sobrevivir y perpetuar la especie.
 Aunque pudiera parecer evidente merece la pena recordarlo. Si hacemos caso a la evolución, no hemos irrumpido de repente en el planeta tierra ya completitos, formados y exentos de malicia.  No nos hicieron de repente  ángeles beatíficos,  solidarios, ni la providencia nos dictó que nos amemos los unos a los otros cuan sublimes querubines, más bien al contrario comenzamos al inicio de nuestro advenimiento como humanos marcando nuestro territorio y exterminando  cualquier amenaza seria que fuera letal para nuestra integridad física.
  La otra historia, la paralela, la que nos cuenta la biblia, sí es un buen punto de partida diferente para pensar en que habría habido tiempos mejores. Es esta la historia de la creación, la de Adán y Eva, la que según su voluntad, Dios se molestó en crearnos a su imagen y semejanza  para que fuésemos  hombres y mujeres ejemplares. Después por desgracia y como todos sabemos nos descarriamos y ahí andamos, a nuestro libre albedrio, a veces mejores y las mas peores.
 Si elegimos la primera opción, la evolutiva, está clarísimo que vamos a mejor. Sin remontarse muy atrás en el tiempo, tan solo hace un par de siglos, el mundo era una inmensa colonia de seres  semiesclavizados, analfabetos y con una miseria rampante, dominados por una clase exigua pero dominante de súbditos de unos pocos países europeos. Las guerras eran habituales por causas de todo pelaje  a menudo por caprichosos mandatos de reyezuelos o dictadores bananeros en busca de supuestos beneficios de índole económico o territorial. En estas constantes y continuas guerras proliferaban también los genocidios y hambrunas y nadie se preocupaba por nadie. La solidaridad entre seres humanos o países obvio decir que no existía, de hecho esta es una palabra de reciente uso.
 Somos inquilinos hoy en día de un planeta, con muchos problemas faltaría más, pero mucho más apacible y humano para vivir en él. Nunca jamás ha habido tantos millones de personas de casi todos los continentes con una calidad de vida tan aceptable.
 Está claro que la evolución paulatina del hombre generando progreso y nuevos descubrimientos científicos y tecnológicos  ha contribuido de manera sustancial  a su bienestar. Se dan supuestos admirables de humanidad que serian impensables tan solo a ojos de nuestros abuelos por ejemplo.  Han nacido asociaciones como las ONG, partidos políticos etc. cuya finalidad es la solidaridad entre los pueblos  y respeto mutuo. Así mismo aptitudes como mostrar clamor e indignación general  ante cualquier violación importante de los derechos humanos  etc. hace que se vaya tomando conciencia en todo en el mundo de que la situación ideal para el hombre o por lo menos la menos mala es cualquier opción que conlleve, como poco: Democracia (para que todos puedan expresarse) Dignidad (porque todos somos seres humanos, especie única) y Educación (porque siendo más cultos y sabios nos respetaremos mas unos a otros y optimizaremos mejor nuestros recursos  éticos y morales).
 También es verdad que aún queda mucho por mejorar. Hay zonas en la tierra en donde nacer todavía es penoso por el comportamiento de sus habitantes. Aun  se sufre en el mundo como en el pasado por unos cuantos males  endémicos como: Religión: muchos países de religión musulmanas andan enfrascados en guerras absurdas por nimiedades de tipo dogmatico o histórico en sus creencias. Pobreza: media África aun no acaba de salir de la ignorancia y atraso más absoluto, generando por ello matanzas tribales, exilios y enfermedades infecciosas.  Populismos: en casi toda América latina resulta eterno ya el subdesarrollo, ha pasado la población en varias décadas de sufrimiento e ignorancia debido a dictaduras bananeras  a continuar la pesadilla pero ahora por mor de repúblicas populistas ilusas. Nacionalismos: en algún punto concreto de la misma Europa como Ucrania aun se matan por esto.
 Si todo lo anterior supone en población mundial aprox. un 35%, el resto, Europa, Norteamérica, Oceanía y gran parte de Asia (exceptuando zonas de la India y oriente próximo) ha mejorado sustancialmente. Para que sirva de referencia, a principios del siglo XX tan solo una pequeña parte de Europa y Estados Unidos se podría considerar desarrollada, el 10% de la población.
 Si a nivel global en grandes zonas comunitarias o de países hemos prosperado de manera notoria, económica y culturalmente, individualmente quizás vayamos  más retrasados. En cuestiones personales aún queda mucho por mejorar. Todavía es común en la vida diaria de la gente aptitudes como falta de empatía hacia los demás, escaso respeto a personas más débiles, violencia de género etc. y es que en esto tan cercano interviene nuestro Yo más profundo y es aquí donde nos sale el animal que llevamos dentro; marcamos nuestro territorio todo henchido de egoísmo y egolatría, haciéndosenos constatar claramente que la mayoría de las veces manda mas las emociones que la razón.
 Nuestro  cerebro como es evidente ha evolucionado sustancialmente. Pasamos primero por el cerebro reptiliano, básico para el mantenimiento y la supervivencia física. Después generamos el sistema límbico que interactúa con el anterior e incorpora ya las emociones  y por ultimo y en ello andamos todavía hemos desarrollado la corteza exterior que es la más evolucionada y es aquí donde se origina, entre otras funciones, lo que nos hace más humanos: el raciocinio.
 Es absurdo dudar de que el cerebro sigue evolucionado, especialmente y como dije antes en la parte exterior de la corteza que es la que permite la conciencia y el pensamiento. Quizás llegue un día, muy lejano en el que alcancemos tal grado de lucidez y seamos tan razonables e inteligentes que nos comportemos como seres especiales. De momento, mientras llega esa evolución total, aprovechemos la parte positiva del proceso para intentar ser al menos, mejores personas.

                                                                                                 Joaquín Yerga
                                                                                                    16/04/2015


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